América

2 de octubre

Bolsonaro lanza su candidatura a la presidencia de Brasil

El presidente y ex capitán del Ejército confirma que se presentará a la reelección desde Río de Janeiro, su cuna política. Arranca la tensa batalla entre Bolsonaro y Lula por la presidencia de Brasil

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, llora durante la convención nacional del Partido Liberal, hoy, en el Maracanãzinho de Río de Janeiro
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, llora durante la convención nacional del Partido Liberal, hoy, en el Maracanãzinho de Río de JaneiroANDRE COELHOAgencia EFE

El derechista Partido Liberal (PL) ha presentado este domingo al presidente Jair Bolsonaro como su candidato para las elecciones del 2 de octubre ante una audiencia de aproximadamente 11.000 personas en el estadio Maracanazinho de Río de Janeiro, un acto considerado como el inicio oficial de la candidatura de Bolsonaro según la ley brasileña. El ex ministro de Defensa Walter Braga Netto, es el compañero de fórmula elegido por Bolsonaro para ser su próximo vicepresidente, como ya había adelantado el propio Bolsonaro y se ha confirmado en la Convención del PL.

Bolsonaro ha protagonizado el acto en el estadio, decorado con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña y acompañado de su esposa, Michelle Bolsonaro. También Braga Netto ha comparecido acompañado de su mujer, informa el diario ‘Folha de Sao Paulo’. El acto ha comenzado con una oración del diputado federal y pastor Marco Feliciano tras la cual ha intervenido Michelle Bolsonaro en un palco decorado con una gran bandera de Brasil y la foto de Bolsonaro junto al lema “Por el bien de Brasil”.

En la convención de este domingo, Bolsonaro se ha centrado en los logros de su Gobierno para garantizar la libertad religiosa y económica, incluyendo sus esfuerzos para flexibilizar las leyes de propiedad de armas, según fuentes de la campaña consultadas por Reuters.

Bolsonaro ha insistido en sus acusaciones sin pruebas de un “fraude electoral a favor de Lula” en las próximas elecciones del 2 de octubre y ha cargado contra el Tribunal Federal: “Sabemos lo que es”. La audiencia ha respondido con gritos: “¡Supremo es el pueblo!”. Más adelante, Bolsonaro se refirió a “los sordos de negra capa” que “tienen que entender lo que es la voz del pueblo”.

En las próximas semanas, la ya tensa batalla entre los dos principales candidatos se prevé que se encienda aún más. A mediados de agosto, el ex presidente Lula y Bolsonaro serán liberados por las autoridades para realizar la mayor parte de su campaña política. El presidente brasileño tuvo ayer palabras hacia su rival, el expresidente de Brasil (2003-2010) y líder del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva, al que llamó “ladrón” y “borracho”. Además, Bolsonaro se mostró dispuesto a debatir durante la campaña electoral.

El lanzamiento de su candidatura se produce en un momento en el que Bolsonaro lucha por ganar adeptos entre los votantes, ya que la alta inflación sigue golpeando su ya controvertida imagen.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su esposa Michele Bolsonaro participan en la convención nacional del Partido Liberal, hoy, en el Maracanãzinho de Río de Janeiro
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y su esposa Michele Bolsonaro participan en la convención nacional del Partido Liberal, hoy, en el Maracanãzinho de Río de JaneiroANDRE COELHOAgencia EFE

Algunas encuestas sitúan al ex capitán del ejército casi 20 puntos porcentuales por debajo de Lula, que gobernó el país de 2003 a 2010 y sacó a millones de personas de la pobreza gracias a un agresivo gasto social durante un período de rápido crecimiento impulsado por las materias primas.

Su estrella ha caído un poco en los últimos años debido a las investigaciones de corrupción de alto nivel en su Gobierno -el propio Lula pasó más de un año y medio en la cárcel debido a una condena por soborno que luego fue anulada-, pero sigue siendo una figura relativamente popular entre los brasileños.

Sondeos Brasil
Sondeos BrasilTania Nietofreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@731b78c5

El Gobierno de Bolsonaro ha recurrido cada vez más al gasto social, incluyendo la entrega de dinero en efectivo a ciertas circunscripciones, en un intento de impulsar su campaña. El ex capitán del ejército retirado en 1988, cuando fue elegido concejal de Río de Janeiro en las elecciones municipales, ha intensificado sus ataques infundados al sistema de voto electrónico del país, lo que pone en duda que acepte una derrota.

El candidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva participa en un acto de campaña el jueves
El candidato presidencial Luiz Inácio Lula da Silva participa en un acto de campaña el juevesCarlos Ezequiel VannoniAgencia EFE

Bolsonaro agita el fantasma del fraude

“Se está preparando un gran fraude electoral. El sistema es completamente vulnerable”. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, debe explicar a la justicia electoral brasileña sus acusaciones de “conspirar a favor de Lula” en las elecciones del 2 de octubre ante embajadores de EE UU, la UE, España, Francia y Portugal.

El presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Edson Fachin, exigió este jueves a Bolsonaro “explicaciones” en un plazo de “cinco días” por reiterar sus denuncias de un posible amaño del voto electrónico ante embajadores de unos 40 países invitados a su residencia oficial en Brasilia. El ex capitán del Ejército lanza este domingo su candidatura en Río de Janeiro, su cuna política, después de reavivar la polémica sobre un posible amaño de los comicios presidenciales, en los que el ex presidente Lula da Silva parte como favorito con un apoyo en los sondeos que ronda el 45%, frente al 30% de Bolsonaro.

Bolsonaro arranca oficialmente su campaña a la relección tras recibir duras críticas por su reunión este lunes con los diplomáticos extranjeros en la que puso en duda la limpieza de las elecciones. El mandatario de 67 años, candidato por el Partido Liberal, alimentó el fantasma del fraude electoral aludiendo al ingreso de un “hacker” en el sistema de votación electrónica en las elecciones de 2018 que le llevaron a la Presidencia. Pese a que el Tribunal Superior de Justicia y la Policía concluyeron que el ataque informático no alteró los resultados, Bolsonaro sostuvo ante los embajadores que el Ejército debería apoyar a los organismos electorales para garantizar la transparencia en las elecciones del 2 de octubre.

“Es muy grave hacer una acusación sin prueba alguna”, critica el presidente del Tribunal Superior Electoral

Sin citar a Bolsonaro, Fachin respondió al presidente brasileño criticando los “rumores sin consistencia” y el “populismo autoritario” en la campaña: “Es muy grave hacer una acusación sin prueba alguna”. El ministro de Defensa brasileño, el general retirado Paulo Sergio Nogueira, envió hace dos meses una carta a Fachin para ser incorporado a la Comisión de Transparencia de las Elecciones, creado a finales de 2021 para auditar los comicios. Bolsonaro anunció la semana pasada la contratación de una empresa privada para auditar el trabajo del tribunal electoral.

Ante la posibilidad de que Bolsonaro se atrinchere en el poder en caso de perder las elecciones, los movimientos sociales integrantes de la campaña ‘Fuera Bolsonaro’ han llamado a retomar las protestas en la calle ante los “ataques a la democracia”. El integrante del Frente Pueblo Sin Miedo, Rafael Rud, ha alertado de que Brasil corre el riesgo de sufrir “retrocesos que pueden ser irreparables para la democracia y las elecciones”. El catedrático de Ciencia Política de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Fabricio Pereira, sostiene a LA RAZÓN que la denuncia de fraude sin pruebas de Bolsonaro es “un intento a la desesperada de aferrarse al poder”.

Rud sostiene que si las organizaciones civiles “no reaccionan ahora podría ser demasiado tarde”: “Básicamente esa reunión con embajadores fue emblemática de cómo el gobierno Bolsonaro ha encauzado esa perspectiva de golpe”. Un tercio de los ministros de Bolsonaro proviene del Ejército y más de 100 cargos de segundo nivel pertenecen a las Fuerzas Armadas. Bolsonaro ha defendido en reiteradas ocasiones el golpe militar del 31 de marzo de 1964. Cientos de miles de personas se manifestaron en Sao Paulo, Río de Janeiro y Brasilia el mes pasado para pedir la salida de Bolsonaro del poder, cuya imagen sufrió un gran desgaste por la mala gestión de la pandemia y los más de 677.000 muertos por covid en Brasil. La inflación interanual del 12% y la tasa de paro del 11,1% complican a Bolsonaro su intento de remontada.

Estamos enfrentando a un fascista rodeado de milicianos. Necesitamos recuperar la democracia”, aseguraba Lula desde Arrecife sobre los comicios el 2 de octubre

El ex presidente Lula da Silva (2003-2010), favorito en los sondeos, celebró un acto de campaña este jueves en Arrecife mientras el Partido de los Trabajadores (PT) oficializaba su candidatura: “No estamos enfrentando una elección común. Estamos enfrentando a un fascista rodeado de milicianos, que necesitamos derrotar para recuperar la democracia”. Pereira subraya “la tensión inédita” en esta campaña en la que se han registrado varios episodios de violencia, siendo el más grave el asesinato del dirigente del PT en Foz de Igaçu, Marcelo Arruda, al recibir dos disparos el pasado 16 de julio del agente de seguridad, José da Rocha, al grito de “aquí somos de Bolsonaro”.

Lula promete hacer “permanentes” las ayudas sociales de cinco meses que Bolsonaro ha aprobado antes de las elecciones

Lula, liberado en noviembre de 2019 exonerado de sus cargos por corrupción tras 580 días en la cárcel, se presenta en una coalición de siete partidos con la que pretende atraer a sectores de centro-derecha y aislar a los bolsonaristas. El frente amplio impulsado por Lula tiene como aspirante a la vicepresidencia a su histórico rival en el PT, Geraldo Alckimn. El candidato del Partido Democrático Laborista, Ciro Gómez, ex aliado de Lula, es tercero en los sondeos con el 10% de apoyo: “Quiero unir al país en torno a un proyecto, no a mi personalidad”.

Tras sacar de la pobreza a 28 millones de personas en sus ocho años de Presidencia, el ex obrero del metal promete hacer “permanentes” las ayudas sociales que Bolsonaro ha ampliado para los próximos cinco meses de 400 a 600 reales (110 euros). El presidente brasileño también prevé instaurar un subsidio de 178 euros para los camioneros y otro para financiar bombonas de gas. Ante la prohibición de aprobar ayudas sociales antes de las elecciones, Bolsonaro se ha visto a declarar el estado de emergencia para aprobar subsidios de 7.490 millones de euros. El Partido de los Trabajadores de Lula votó a favor de este aumento de las ayudas con el compromiso de ampliarlas si Lula regresa a la Presidencia.

Ante el duelo Bolsonaro-Lula en las elecciones del 2 de octubre, el analista de la Universidad Federal de Río de Janeiro, admite “un fuerte choque” pero rechaza que exista una polarización entre dos extremos ideológicos: “Lula lidera un frente amplio para mantener los principios de la democracia liberal. El otro bloque de extrema derecha criminaliza al rival político”. Pereira subraya la falta de principios democráticos de Bolsonaro: “Ataca a los negros, las mujeres, los progresistas o los periodistas. La campaña de Lula habla de democracia representativa. No hay polarización porque no se pueden equiparar ambos discursos”.

Tras las victorias de la izquierda en Colombia, Chile y Honduras, Lula promete “acabar con el hambre” en Brasil, donde 33 millones de personas sufren inseguridad alimentaria

La amenaza de Bolsonaro de rechazar el resultado “si no está debidamente auditado” recuerda a la oposición brasileña a la polémica destitución de Dilma Rousseff en 2016, cuando la sucesora de Lula fue expulsada de la Presidencia en un juicio político por desviar deuda pública al año siguiente, un truco contable que habían utilizado sus predecesores sin repercusiones. Bolsonaro dedicó su voto favorable como diputado al coronel de la dictadura militar brasileña (1964-1985), Carlos Brilhante, quién dirigió un centro de tortura en San Pablo, donde Rousseff fue torturada durante el régimen militar. Bolsonaro ha defendido en reiteradas ocasiones el golpe militar del 31 de marzo de 1964. El presidente brasileño también lo hizo este domingo al lanzar su candidatura a la reelección: “Este es el Ejército que está del lado del pueblo, que no tolera la corrupción, que no tolera el fraude, el que merece un respeto, el que se va a respetar”.

Pereira remarca desde Río de Janeiro el “preocupante apoyo” a Bolsonaro de “grandes sectores de las Fuerzas Armadas, la policía y grupos de ultraderecha”.

Tras las victorias de la izquierda en Colombia, Chile y Honduras, Lula promete “acabar con el hambre” en un país donde 33 millones de personas, el 15% de sus 212 millones de habitantes, sufren inseguridad alimentaria. Lula, en consonancia con la izquierda latinoamericana, promete una distribución más equitativa de la riqueza y mejores servicios públicos: “No necesitaba volver a ser presidente. Podría mantener mi título como el mejor presidente de la historia e ir a vivir los últimos años de mi vida en paz. Pero vi este país destruido. Así que decidí volver”.