Viaje oficial

Blinken exige contención a israelíes y palestinos para detener la escalada de tensión

El secretario de Estado de EE UU exige tomar medidas para desinflamar la región después de que el primer ministro israelí haya propuesto armar a la población civil para frenar la violencia

El secretario de Estado Anthony Blinken da la mano al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, este lunes 30 de enero
El secretario de Estado Anthony Blinken da la mano al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, este lunes 30 de eneroDEBBIE HILL / POOLAgencia EFE

Antony Blinken arrancó ayer su primera visita a Israel y los territorios palestinos desde la toma de posesión del nuevo Ejecutivo de Benjamín Netanyahu, en un viaje oficial marcado por la espiral violenta desatada en la región en los últimos días. En el primer discurso del secretario de Estado norteamericano al aterrizar en el aeropuerto de Tel Aviv, insistió en la “responsabilidad de todos para adoptar medidas que calmen la tensión, en lugar de inflamarla”.

Blinken dedicó la jornada de ayer a reunirse con el primer ministro israelí, el ministro de Exteriores, Eli Cohen, y el presidente del país, Itzhak Herzog. Durante la mañana de hoy, visitará al presidente palestino Mahmoud Abbas en la muqata de Ramala. “Hay que detener la violencia creciente que ya se ha cobrado demasiadas vidas israelíes y palestinas”, exclamó.

El pasado jueves, una redada militar israelí en Jenín se cobró la vida de nueve palestinos –mayoritariamente milicianos de la Yihad Islámica-, y el viernes por la noche un pistolero palestino mató a siete feligreses judíos cuando salían de rezar en una sinagoga de Jerusalén. En la madrugada del viernes, también se registró un breve intercambio de fuego en la frontera de la Franja de Gaza.

Ante el repunte violento, el Ejecutivo de Netanyahu anunció nuevas medidas para “combatir el terrorismo”: aprobar miles de licencias de armas para civiles; la inmediata demolición de los domicilios familiares de terroristas y revocar sus beneficios de seguridad social; o un mayor despliegue de policía y ejército en las zonas calientes de Israel y Cisjordania. El ministro de Seguridad Nacional, el extremista Itamar Ben Gvir, fue más allá y exigió ayer “enviar a los terroristas a la silla eléctrica”.

Blinken condenó el “horrífico” ataque en la sinagoga y las posteriores imágenes de celebración de las muertes llegadas desde las calles palestinas, e insistió en la urgencia de “adoptar medidas que contribuyan a rebajar la tensión”. También se refirió a los “llamados de venganza contra víctimas inocentes, que no son la respuesta”, en referencia a las proclamas emitidas desde sectores israelíes de aplicar más mano dura.

Irán nuclear y alianza con Riad

La violencia desatada en Israel y los territorios palestinos ocupó los primeros compases de la visita del secretario de estado norteamericano, pero su agenda inicial traía otras prioridades. En primer lugar, estudiar estrategias conjuntas con el nuevo Ejecutivo israelí para contrarrestar el programa nuclear iraní. “Irán no supone solamente una amenaza para Israel y la región, sino para el mundo entero”, afirmó. A su lado, “Bibi” consideró que “la comunidad internacional ya ha visto la verdadera cara de Irán. Trabajaremos conjuntamente para frenarles”. El domingo se atribuyó a la inteligencia hebrea un bombardeo con drones sobre un sitio militar en Isfahán, y Netanyahu avisó que seguirá actuando para diezmar el plan nuclear del régimen de los ayatolás.

Otro de los temas centrales del encuentro entre Blinken y Netanyahu fue la posible normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí, un deseo perseguido hace años por el premier israelí. No obstante, Riad exige poner fin a la ocupación militar de Cisjordania y avanzar en la solución de los dos Estados, condiciones difícilmente realizables en la actual coyuntura. El secretario de estado insistió que la expansión de los Acuerdos de Abraham –formalización de relaciones entre el estado judío y países árabes- “no es un sustituto a la paz palestinoisraelí”.

Contra los asentamientos

Ante los planes anunciados por el Ejecutivo israelí de expandir los asentamientos judíos en Cisjordania, Blinken insistió enpreservar la solución de los dos Estados como el mejor mecanismo para asegurar la libertad, seguridad y dignidad de todos”. Para el primer ministro israelí, un acuerdo con Arabia Saudí “acarrearía avances dramáticos que ayudarán a nuestros esfuerzos de traer seguridad, paz y prosperidad a la región y al mundo entero”.

Además de incidir en la importancia de preservar el statu quo en la Explanada de las Mezquitas (Monte del Templo) de Jerusalén y el apoyo de EE UU a la “coexistencia religiosa” –ante las previsiones de un próximo Ramadán explosivo-, Blinken remarcó la necesidad de retomar la cooperación de seguridad entre la Autoridad Nacional Palestina (ANP) e Israel. Tras la redada masiva en Jenín y la furia palestina desatada, Ramala anunció el corte de los vínculos estratégicos con las fuerzas israelíes, claves para la detención de militantes armados.

Defensa de la separación de poderes

Blinken también lanzó una crítica sutil a los planes de Netanyahu de diezmar la independencia del poder judicial, con una reforma drástica que sus críticos catalogan como un plan encubierto para postergarse en el poder. “Los dos países compartimos intereses y valores compartidos”, dijo refiriéndose a la importancia de proteger los derechos de las minorías, una justicia y prensa independientes, o una sociedad civil activa. En las últimas semanas, los socios de “Bibi” impulsaron leyes para vetar la filtración de grabaciones privadas en los medios –fueron claves para acusar judicialmente al premier-, y pretenden cerrar la radiotelevisión pública Kan11. En respuesta, Netanyahu le garantizó que “continuaremos siendo dos democracias consolidadas”.

Durante su encuentro con el ministro de Exteriores Eli Cohen, Blinken agradeció la “asistencia humanitaria de Israel a Ucrania”, y se comprometió a seguir discutiendo medidas conjuntas. Desde el inicio de la invasión rusa, el estado judío evitó enviar armamento a Kyiv, dado el conflicto de intereses que podría acarrear por la presencia de tropas rusas en Siria, que hacen la vista gorda ante los frecuentes bombardeos israelíes sobre objetivos proiraníes.