Magnicidio
El agresor del primer ministro eslovaco se declara culpable ante el juez
Robert Fico, que se encuentra estabilizado dentro de la gravedad, recibió cuatro disparos en el abdomen. El autor, en prisión preventiva, reconoce que le disparó por desacuerdo con sus ideas políticas
Un tribunal han ordenado este sábado la permanencia en prisión preventiva de Juraj Cintula, detenido por disparar y dejar gravemente herido al primer ministro eslovaco, Robert Fico, argumentando el riesgo de fuga y de que vuelva a cometer un delito. El juez de instrucción del Tribunal Penal Especializado de la localidad de Pezinok ha aceptado la petición de la Fiscalía, una decisión contra la que Cintula puede presentar aún un recurso, informó una portavoz de esa corte. Cintula fue trasladado a declarar, por primera vez desde su ataque, a ese juzgado bajo estrictas medidas de seguridad
El agresor, que disparó cinco veces a Fico el pasado miércoles, ha sido acusado por la Policía de intento de asesinato en primer grado y se enfrenta a la posibilidad de una pena de entre 25 años y cadena perpetua.
Cintula, que ha reconocido su culpabilidad en un interrogatorio policial, según informa la emisora TA3, ha afirmado que disparó al primer ministro porque no está de acuerdo con sus políticas y quería herirlo, pero ha negado que quisiera matarlo.
Fico está ingresado, estable y consciente, pero en estado grave tras haber sido sometido desde el miércoles a dos intervenciones quirúrgicas para tratar las cuatro heridas de bala que recibió. El primer ministro fue tiroteado el miércoles al salir de una reunión del Consejo de Ministros celebrada en la ciudad de Handlová.
El perfil del atacante muestra numerosas contradicciones: un crítico de Fico contrario a la violencia, pero que en el pasado se alineó con narrativas ultranacionalistas y racistas. Cintula procede de una región con alto desempleo por el cierre de minas de carbón durante anteriores gobiernos de Fico y participó en varias protestas antigubernamentales organizadas por la oposición desde el pasado mes de diciembre.
La polarización política y social ya existente en Eslovaquia desde antes de la pandemia de la covid ha aumentado desde el regreso al poder, el pasado octubre, de Fico al frente de una coalición de nacionalistas de izquierdas y ultraderechistas.
Medidas de Fico como la abolición de la Fiscalía anticorrupción, que investigaba a miembros de su partido; su plan para eliminar la radiotelevisión pública, que considera poco patriótica; o las restricciones a las ONG, siguiendo el modelo ruso, han provocado masivas protestas ciudadanas animadas por la oposición progresista.
La presidenta saliente del país, Zuzana Caputova y sus sustituto, el presidente electo Robert Pellegrini, han convocado a los líderes de los partidos parlamentarios a reunirse el martes que viene “para serenar la situación y rechazar la violencia”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar