Borrador

La derogación del derecho al aborto en EE UU agita las elecciones de mitad de mandato

Biden tacha de “radical” el borrador del Tribunal Supremo que contempla acabar con el derecho constitucional adquirido en 1973 y que ha desatado una oleada de protestas en todo el país

Una manifestante en contra de la derogación del derecho al aborto en las puertas del Tribunal Supremo de EE UU
Una manifestante en contra de la derogación del derecho al aborto en las puertas del Tribunal Supremo de EE UUJose Luis MaganaAgencia AP

A falta de medio año para las decisivas elecciones legislativas, Estados Unidos amanecía este martes con la polémica servida bajo el polarizado telón de fondo del aborto y su próxima implicación política en los comicios de noviembre. Demócratas y republicanos se juegan el control de ambas Cámaras del Congreso y la batalla por temas trascendentales, como la interrupción del embarazado, no ha hecho más que comenzar. Un supuesto borrador de 98 páginas del pasado mes de febrero desvela esta semana que los jueces del Tribunal Supremo estadounidense habrían decidido votar en contra de la vigente ley del aborto, tirando por tierra el último medio siglo de una norma histórica en el país.

También el prestigio y la integridad de la máxima institución judicial de Estados Unidos. La filtración de la publicación de Politico revolucionaba este lunes por la noche de costa a costa a la población estadounidense al dar a conocer en primicia las supuestas intenciones del Supremo, de mayoría conservadora desde la anterior Administración.

La emblemática sede del poder judicial, compuesta por seis magistrados conservadores y tres liberales, se convertía justo después en el punto de encuentro decientos de activistas crispados procedentes de todos los Estados del país para protestar, a favor y en contra, de una ley que hasta ahora ha sido regulada priorizando la el derecho de decidir de la mujer.

La actual ley del aborto data de 1973, denominada coloquialmente Roe vs Wade en alusión al caso que sentó precedentes desde entonces en el resto del país tras la histórica decisión del Supremo de EEUU. El borrador filtrado revela que podría producirse próximamente el fin de las protecciones del aborto que han estado vigentes durante el último medio siglo en Estados Unidos.

Sin saber todavía “si el borrador es genuino o si refleja la decisión final” de la máxima institución judicial del país, el presidente estadounidense reaccionaba a la noticia a través de un comunicado “contra la interferencia del Gobierno en decisiones intensamente personales” y defendiendo en primera persona desde la Casa Blanca que “el derecho a una mujer a elegir es fundamental”.

Joe Biden resaltaba que la norma del aborto en el Supremo estadounidense “ha sido la ley del país durante casi cincuenta años, y la equidad básica y la estabilidad de nuestra ley exigen que no sea anulada”. Por ello, el demócrata aprovechaba también la oportunidad para amenazar con hacer todo lo posible con dar “una respuesta de su Administración al ataque continuo contra el aborto y los derechos reproductivos”, asegurando “estar listos cuando se emita cualquier fallo” judicial.

Derechos básicos

Antes de viajar a Alabama para visitar una fábrica de sistema de armas como los misiles Javelin, entregados recientemente a Ucrania para defenderse de la invasión rusa, Biden mostraba ante los medios su malestar por la que considera una “decisión radical” que cuestiona “muchos derechos básicos” de los estadounidenses. No sólo el aborto, sino también el matrimonio homosexual y otras decisiones de la población que el presidente calificó como “privadas” y que podrían ahora verse en peligro. Biden considera que “cada decisión que implique la privacidad de las personas, no debería cuestionarse”.

El Tribunal Supremo confirmaba la autenticidad de la información filtrada, pero se afanaba en adelantar que “el borrador no es una decisión final” y, por tanto, todavía no es definitiva hasta dentro de, al menos, un mes. Será entonces cuando los propios Estados del país podrían determinar de manera individual la legalidad del aborto.

Por Estados, el panorama varía en función del color del partido que gobierna, habiendo impulsado durante la última década, en las zonas más conservadoras del país lideradas por el Partido Republicano, algunas de las normas contra la interrupción del embarazo más drásticas y estrictas de la historia reciente.

26 Estados con restricciones

Aunque, por ahora y a pesar esas nuevas restricciones, el aborto sigue siendo legal en los 50 estados. Su acceso, sin embargo, es aún frágil en gran parte del país. En la actualidad, un total de 26 Estados han impulsado restricciones que impiden el aborto a partir de las 6 semanas, cuando en una gran parte de los casos las mujeres todavía no saben que están embarazas.

Activistas a favor de la interrupción del embarazo denuncian que la práctica se seguirá realizando con la misma frecuencia, pero en cambio las condiciones sanitarias pondrán en riesgo, en gran medida, el procedimiento clandestino de convertirse en ilegal.

Calificado como “acto histórico de destrucción judicial” en un artículo de opinión del ex fiscal federal Jim Trusty publicado por FOX News, la rama más conservadora del país considera que “su importancia no puede ser exagerada” y que sienta precedentes poniendo en entredicho la credibilidad de la máxima institución judicial al filtrarse con antelación sus decisiones.

80% de apoyo al aborto

Mientras los republicanos condenaban la inédita filtración, los demócratas se alineaban prometiendo defender el derecho al aborto. Las encuestas ponen de manifiesto un amplio apoyo al derecho a interrumpir el embarazo en Estados Unidos. El 80% de la sociedad estadounidenses, de todos los perfiles y condiciones sociales, está a favor del aborto, según la encuesta de Gallup de mayo de 2021. Un porcentaje de apoyo parecido al 76 por ciento de 1975. Por otro lado, el sondeo de Pew Research destaca que el 59% de los adultos del país considera que la interrupción del embarazo debería ser legal, cifra casi a la par del 60% que estaba a favor hace casi tres décadas, en 1995.