
EE UU
El "caso Epstein" genera una brecha en el movimiento MAGA
Una mayoría de congresistas republicanos apoya que se publiquen los archivos sobre el pederasta en un desafío a Trump

De todas las polémicas que Donald Trump ha enfrentado a lo largo de su carrera política, el caso de Jeffrey Epstein, el pederasta multimillonario que se suicidó en una prisión federal en el año 2019 antes de ser juzgado por tráfico sexual de menores, es la única que parece resistírsele. Se ha convertido en una piedra en el zapato que el presidente no consigue sacarse. De ahí su última estrategia, a la desesperada, de tratar de poner el foco en sus oponentes políticos anunciando una investigación sobre las relaciones que el caído en desgracia empresario pudo tener con destacadas figuras del partido demócrata, como el expresidente Bill Clinton. Con este movimiento, Donald Trump también pretende frenar la publicación de nuevos archivos que podrían ver la luz a finales de este mes, después de que la Cámara de Representantes consiguiera que, gracias a 218 firmas, se aprobara su petición de votación para la publicación de nueva información sobre la trama, obviando solo el nombre de las víctimas identificadas.
Los últimos movimientos del presidente estadounidense son una muestra de que la Casa Blanca está preocupada por el efecto que este caso pueda tener entre sus bases más fieles. En la calle, cada vez son más los seguidores que exigen explicaciones, y en el Congreso, algunos republicanos empiezan a darle la espalda a Trump para apoyar la publicación de nuevos archivos. A sus más fieles seguidores este tema les duele más que ningún otro. Donald Trump presumió durante toda su campaña electoral de que era el único que podía cambiar la narrativa y romper con la élite a la que él mismo pertenece y que durante tanto tiempo ha sido intocable. El mandatario aseguró que expondría los nombres de ricos y poderosos para que rindieran cuentas, y sin duda, Jeffrey Epstein es uno de los mayores símbolos de esa promesa rota.
Para sus bases, ver cómo el presidente trata de desviar la atención asegurando que se trata, de nuevo, de una farsa (hoax) de los demócratas, es ya un viejo y explotado argumento que cada vez se creen menos. Sin embargo, el mensaje que parece estar calando es otro: el de que la élite se protege entre ella. Por no hablar de la falta de liderazgo que se empieza a sentir en este caso en el que ya se ha intentado de todo en vano para darle carpetazo.
Donald Trump es consciente de que tenía que hacer algo para acallar las exigencias de sus detractores y ha dejado la situación en manos del departamento de Justicia en un intento de controlar mejor la narrativa, pero la jugada podría no salirle del todo bien. La fiscal general, Pam Bondi, ha anunciado que ya tiene el nombre de quien dirigirá la investigación, Jay Clayton. El investigador elegido ha sido expresidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) y, aunque goza de buena reputación en la profesión, no es un secreto su predilección por Donald Trump, lo que podría provocar conflictos en la oficina del Distrito Sur de Nueva York, desde donde se llevarán a cabo las pesquisas y que ha sido reconocida por su independencia e historial de plantar cara al republicano. De hecho, ya lo hizo cuando el Gobierno quería que se retiraran las acusaciones de soborno contra el alcalde de la Gran Manzana, Eric Adams, pero la oficina se negó. La administración consiguió su objetivo forzando la maquinaria hasta conseguir limpiar el historial delictivo del actual alcalde neoyorquino.
El escándalo Epstein es un terreno peligroso para Trump, no se trata de un problema más. El mandatario ha conseguido salir ileso de acusaciones de acoso sexual, la condena por 34 cargos criminales, y otros escándalos que no afectaron a su reelección como presidente, pero esta vez podría ser diferente si no toma las riendas del asunto. La cuestión es hasta cuándo podrá contener el escándalo. ¿Podría conseguir el archivo Epstein lo que hasta ahora nada ni nadie ha logrado, acabar con la gloria del invencible Trump? Es algo que está por ver y que el mandatario debería resolver cuanto antes si no quiere que esta cuestión acabe con sus expectativas de ganar las elecciones de medio término del próximo año, en las que los republicanos se juegan su peso en el Congreso.
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