Detienen a una mujer por contratar a un sicario para matar a su hijo de tres años

Jazmin Páez, una mujer de dieciocho años, fue detenida por las autoridades de Miami (Estados Unidos) después de un supuesto intento de contratar un sicario para matar a un niño de tres años. La joven se había puesto en contacto con el asesino para que fuera él quien realizara el asesinato.

Según explican medios locales, Páez fue trasladada a una cárcel del condado de Miami-Dade tras ser detenida y acusada de los delitos de "solicitud de asesinato en primer grado" y "uso de un dispositivo de comunicación para uso ilegal". La mujer había contactado con un hombre que opera un falso sitio en línea para contratar asesinos, pensando que, de verdad, era un sicario que podría ejercer tales acciones. Así, le entregó los datos personales del niño, así como la dirección donde residía o una foto del menor.

La Policía pudo detener a la mujer gracias a una trampa

La web en cuestión se trataba de Rentahitman.com, una supuesta agencia de sicarios tras la que, desde su creación el año 2005, varias personas han sido arrestadas y enjuiciadas por organizar los asesinatos de sus familiares. Como Páez, que no se percató en ningún momento que esa web era una trampa diseñada por este para atrapar a aquellos que buscan contratar a sicarios a sueldo. Los investigadores se hicieron pasar por el asesino a sueldo contratado y mantuvieron una conversación con la mujer, quien acordó pagar esos 3.000 dólares por el asesinato del pequeño, tal y como explica CBS Miami.

Al parecer, según explicaron residentes de la zona a los medios locales, la mujer ya no vivía allí, mientras el niño residía con su abuela materna y la madre solo podía tener contacto con él por videollamada. La Policía rastreó la dirección IP del dispositivo que se empleó para realizar la solicitud del crimen en la web y resultó coincidir con la de Páez, quien quería que el asesinato estuviera terminado este jueves y había acordado pagar los 3.000 dólares al sicario, según el informe policial.

La jueza que llevó el juicio le ordenó, tras certificar que la mujer no sufría ninguna enfermedad mental, que no podía acercarse a su hijo. También se le puso una fianza de quince mil dólares.