El Salvador
La reelección de Bukele: la popularidad pone a prueba los límites de la democracia
La aplanadora electoral prevé la casi desaparición de los otrora grandes partidos FMLN y Arena, y acerca el sistema de partido único
Las elecciones presidenciales de este domingo en El Salvador marcaron varios hitos históricos. No solo porque se permitió que el presidente Nayib Bukele se presentara a la reelección a pesar de que la Constitución lo prohíbe -aunque el Congreso y tribunales aprobaron permitirlo-, sino porque uno de los cinco candidatos opositores votó desde el extranjero: Luis Parada, abanderado del partido Nuestro Tiempo (NT) sufragó por Internet aprovechando que la plataforma para hacerlo se habilitó por primera vez en la historia electoral del país centroamericano. El asunto generó críticas porque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) determinó que no hacía falta observación directa pues la empresa española Indra, contratada para esta parte del proceso, no pondría en «riesgo su credibilidad por ninguna circunstancia».
La Oficina en Washington de Asuntos Latinoamericanos (WOLA) expresó su profunda preocupación al respecto y señaló que los votantes en Estados Unidos -donde se concentra la mayor cantidad de emigrados del país- votarán sin reglas claras, sin control electoral y sin observación directa.
Carolina Jiménez, presidenta de WOLA, ha sido enfática en cómo El Salvador construyó un marco de irregularidades "que pone la legitimidad del resultado en entredicho, como la reducción del número de escaños y alcaldías y el cambio del sistema de recuento sólo unos meses antes de la elección. Es lo que en inglés se llama gerrymandering".
Jiménez ha dicho que aunque Bukele se imponga por una abrumadora mayoría "la democracia no depende exclusivamente de los votos o del respaldo que tiene un líder político, es un sistema de reglas, normas, instituciones". La analista dijo al medio independiente "El Faro" que aunque los salvadoreños están muy de acuerdo con que se detenga a los pandilleros, según todas las encuestas, "cuando desgranas los datos y preguntas si está de acuerdo con que se detenga a una persona arbitrariamente, te dicen que no. Al final hablamos de una ciudadanía que, de tener mayor información, probablemente estaría en contra de alguna de las prácticas del gobierno".
Ese medio, uno de los más atacados por Bukele, justamente publicó hace una semana que el gobierno de El Salvador conspiró con coyotes y con un líder pandillero prófugo para recapturar en 2023 a Élmer Canales Rivera, alias Crook, un líder nacional de la Mara Salvatrucha-13 liberado en secreto por el gobierno salvadoreño en noviembre de 2021, como parte de los acuerdos de Bukele con las tres principales pandillas del país.
En cualquier caso, este domingo 4 de febrero el día inició con la certeza de que Bukele lograría su reelección con facilidad y mantendría su supermayoría parlamentaria. La aplanadora electoral preveía también la casi desaparición de los otrora grandes partidos FMLN y Arena, que en sondeos no superaban el 5% cada uno. Uno de esos estudios, publicado por el consorcio Observa El Salvador 2024, proyectó que Nuevas Ideas lograría 57 de los 60 escaños.
Nayib Bukele, que no apareció en la campaña electoral sino hasta bien entrado diciembre pasado, pidió a los salvadoreños no darle a la oposición ni un solo diputado para avanzar en su transformación de la seguridad nacional. Lo que sus críticos han alertado es el camino del mandatario hacia la constitución de un sistema de partido único.
La disminución en las cifras de crímenes violentos es el principal logro del presidente, que ha llegado a decir que El Salvador se encamina a ser uno de los países más seguros del continente. Lo ha hecho con un régimen de excepción que suspendió las garantías personales, con amplios operativos de detenciones masivas y con la construcción de enormes cárceles de máxima seguridad donde encerrar a "los terroristas".
No obstante, mientras el gobierno ha declarado información reservada todas las estadísticas sobre crímenes, organizaciones independientes como Socorro Jurídico alertan que el "modelo Bukele" ha impactado en miles de inocentes. En agosto pasado, el Ejecutivo reconoció que 6.000 detenidos lo eran y ya habían sido liberados, pero se denunciaba que faltaban otros 14.000.
La ONG Cristosal ha dicho que El Salvador llegó a ser el país con la tasa per cápita más alta del mundo de personas privadas de libertad, con 2.144 por cada 100.000 habitantes, y que algunos detenidos lo fueron simplemente por tener algún tatuaje.
Las críticas a Bukele no se reducen a lo penitenciario. Durante esta campaña presidencial fue señalado también de hacer campaña a partir del hambre. Empleados públicos y hasta "reos en fase de confianza" participaron de jornadas para repartir cajas de comida, papel higiénico, entre otros artículos de la canasta básica, en zonas del interior del país. Entre los productos regalados se incluyeron en algunos casos arroz y fertilizantes donados por China.
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