Asalto al Capitolio
Asalto al Capitolio: 18 años de cárcel por sedición para el líder ultraderechista Stewart Rhodes
El fundador de la milicia Oath Keepers deberá hacer frente a la pena de prisión más larga de todos los condenados por el caso
Stewart Rhodes, una de las principales figuras de la extrema derecha de Estados Unidos, ha sido condenado este jueves a 18 años de cárcel por “sedición”, la pena más alta hasta la fecha en relación con el asalto al Capitolio. El fundador de la milicia supremacista Oath Keepers adoptó una postura desafiante hasta el final del proceso. “Soy un preso político –declaró justo antes de que se emitiera su sentencia–, mi único delito es oponerme a quienes están destruyendo nuestro país”.
El juez federal Amit Mehta se mostró contundente en su respuesta: “Usted no es un preso político, señor Rhodes. Está aquí porque doce miembros del jurado (...) le han declarado culpable de sedición, uno de los delitos más graves que puede cometer un estadounidense”. Este cargo, que implica planear el uso de la fuerza contra el Gobierno, conlleva una pena de 20 años de prisión. Pero los fiscales habían pedido 25 años contra Stewart Rhodes, amparándose en un sistema que permite aumentar las penas por actos de naturaleza “terrorista”.
Aunque no coincidió plenamente con ellos, el juez Mehta hizo suyo su análisis en este punto. “Los actos de intimidación o coacción destinados a presionar al Gobierno entran en esta categoría”, dijo. También justificó la severidad de la sentencia por el papel de liderazgo de Stewart Rhodes, exsoldado de 58 años, y su falta de remordimiento. “Usted representa una amenaza y un peligro continuos para el país”, dijo el magistrado.
El 6 de enero de 2021, miles de partidarios de Donald Trump sembraron el caos y la violencia en la sede del Congreso, justo cuando los elegidos certificaban la victoria de su rival Joe Biden en las elecciones presidenciales. La amplia investigación que siguió condujo a la detención de más de 1.000 personas. Cerca de 300 han sido condenadas a penas de prisión, la más larga de las cuales ha sido hasta ahora de 14 años.
Pero sólo diez activistas de grupos de extrema derecha, seis miembros de los Oath Keepers y cuatro de los Proud Boys, fueron declarados culpables de “sedición” al término de tres juicios distintos celebrados en Washington. Tras semanas de audiencias, los jurados comprobaron que se habían preparado, amasando armas y entrando en un entrenamiento militar en el Capitolio para impedir que se oficiara la derrota de Donald Trump.
El día D, Stewart Rhodes, conocido por su parche negro en el ojo y sus encendidas diatribas, había permanecido fuera del Capitolio pero, según la acusación, había dirigido a sus tropas por radio “como un general en el campo de batalla”. En su juicio, el tribuno negó “haber planeado” el ataque y sostuvo que la “misión” de los Oath Keepers era garantizar la seguridad de la manifestación convocada por Donald Trump para denunciar un supuesto “fraude electoral”.
Manteniendo que se le había presentado un hecho consumado, consideró “estúpido” que Kelly Meggs, que dirige la sección de Florida de los Oath Keepers, hubiera entrado en el Capitolio. “Abrió la puerta a nuestra persecución política”, afirmó. Kelly Meggs, que también fue declarada culpable de sedición, será condenada esta tarde.
“Sacar provecho del caos”
Exmilitar licenciado en Derecho por la Universidad de Yale, Stewart Rhodes fundó en 2009 los Oath Keepers reclutando a antiguos soldados y policías, inicialmente para luchar contra el Estado federal, que consideraba “opresor”. Al igual que otros grupos radicales, esta milicia se dejó seducir por la retórica antiélite de Donald Trump y abrazó plenamente las acusaciones de fraude electoral esgrimidas –contra toda evidencia– por el republicano.
En los documentos judiciales, los abogados de Stewart Rhodes trataron de presentarlos como “filántropos”, llamados a desplegarse para prevenir disturbios, tras catástrofes naturales o durante manifestaciones contra la violencia policial. “Para Rhodes, imponer a los Oath Keepers en situaciones de crisis no era ayudar, sino contribuir al caos y beneficiarse de él”, replicaron los fiscales.
El juez Mehta también dictaminó que, en general, la presencia del líder de los Oath Keepers no era una buena noticia debido a su “apetito por la violencia”. “Eres inteligente, carismático y elocuente. Eso es lo que te hace peligroso”, le dijo.
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