Ataques

Hacia la «guerra total» en Líbano: más de 350 muertos en un día y evacuación exprés ante nuevos bombardeos

El Ejército israelí da dos horas a los habitantes del este de Líbano para evacuar antes de lanzar nuevos ataques. La cifra de víctimas en un día no tiene precedentes según los datos aportados por el Gobierno libanés

El Ejército israelí llevó a cabo en la jornada del lunes su mayor ofensiva contra Hizbulá desde el 8 de octubre, cuando la rama militar de la organización chií libanesa comenzó sus ataques contra el norte de Israel en apoyo de Hamás. Los bombardeos contra depósitos de armas y lanzacohetes de la milicia proiraní fueron incesantes, sobre todo en el sur, pero también en el valle de la Becá: hasta 800 objetivos de la organización golpeados, según datos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Entretanto, Hizbulá, cuyos líderes no hicieron ninguna declaración pública sobre la situación, respondía con un lanzamiento masivo de cohetes, hasta 210 dirigidos al norte y centro de Israel y Cisjordania, según el recuento de los medios israelíes. El diario israelí Haaretz daba cuenta en la tarde del lunes de la activación de sirenas en el centro de la ciudad de Haifa y en su periferia. También en los Altos del Golán, territorio que Israel administra tras su ocupación en 1967. La respuesta de Hizbulá no ha causado víctimas mortales en suelo israelí, pero sí daños materiales e incendios en la zona norte.

La ofensiva de las Fuerzas de Defensa israelíes contra Hizbulá, que comenzó a primera hora del lune con el aviso por radio y llamadas telefónicas anónimas –una de ellas, según el titular de Información libanés, sugería la evacuación de la sede ministerial, a miles de residentes en el sur de Líbano para que abandonaran sus hogares de inmediato–, deja, de largo, el balance más letal en suelo libanés desde el 8 de octubre de 2023: el Ministerio de Sanidad reportaba la muerte de 356 personas, 14 de ellas niños.

Después de varias horas de bombardeos, el Ejército israelí volvía a ejecutar una operación –calificada como de «precisión» según el Estado Mayor israelí– dirigida contra Hizbulá en su feudo del sur de Beirut, el distrito de Dahiyeh. Si el viernes de la semana pasada la milicia chií asesinaba al jefe de la fuerza Rawdan –la unidad de élite de Hizbulá– Ibrahim Akil, este lunes las FDI reivindicaban la eliminación del máximo responsable para la región sur, Ali Karaki, aunque otras fuentes aseguraban que estaba herido.

El exilio de miles de personas que se habían resistido hasta ahora a abandonar sus hogares en el sur y el este del país hacia otras zonas más seguras de este pequeño y superpoblado país ha comenzado ya. El frágil Gobierno libanés pedía este lunes al personal sanitario de los hospitales de la capital y otros puntos el país que aplazara operaciones no urgentes para dejar sitio a los miles de heridos que llegan desde el este, el valle de la Becá, y de las localidades sur, tras los bombardeos israelíes.

De las declaraciones del ministro de Defensa israelí y la cúpula del Ejército israelí se deduce que en las próximas horas el operativo contra Hizbulá de las FDI continuará con la misma intensidad, sobre todo en el sur de Líbano. También en el este, el valle de la Becá, otra zona con áreas de mayoría chií donde la organización proiraní guarda parte de su arsenal. En la tarde del lunes, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se dirigía a los libaneses para asegurar que la «guerra no es contra vosotros sino contra Hizbulá». «Durante demasiado tiempo, Hizbulá os ha estado usando como escudos humanos. Guardaron cohetes en vuestros salones y misiles en vuestros garajes. Esos cohetes y misiles apuntan directamente a nuestras ciudades y directamente a nuestros ciudadanos», afirmó el jefe del Ejecutivo israelí.

«Por favor, aléjense del peligro ahora. Una vez que nuestra operación haya concluido, podréis volver a vuestros hogares de manera segura», concluía Netanyahu. Mientras tanto, el portavoz para los medios en árabe del Ejército israelí difundía un video explicativo en el que se instaba a una aparente ama de casa libanesa a abandonar su hogar en busca de mezquitas o escuelas en el caso de tener conocimiento de la existencia de armas de Hizbulá en él.

Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseveró en la tarde del lunes que sus fuerzas «han destruido lo que Hizbulá llevaba construyendo 20 años». A juicio de Gallant, Hassan Nasrallah, secretario general de la organización política y militar libanesa, se encuentra solo en la cúspide después de la eliminación de toda la fuerza Radwan y de la destrucción de decenas de miles de cohetes.

Aunque las autoridades israelíes ya han advertido de la posibilidad de establecer una zona de exclusión aérea en varios kilómetros al norte de la línea azul, no hay indicios de que una invasión terrestre de las tropas israelíes en Líbano con el objetivo declarado de «cambiar el balance de fuerzas en la zona» vaya a producirse de inmediato. Al final de la tarde, el Gobierno israelí aprobaba la declaración de «situación especial en el frente doméstico» en el conjunto del país.