Turismo

Una ciudad europea se convierte en la primera en prohibir el uso de maletas con ruedas

La medida, impulsada por el alcalde de la localidad costera, está dirigida a proteger el sueño y el bienestar de los vecinos, tras múltiples quejas por el ruido que generaba el ir y venir de maletas

Vista nocturna de Dubrovnik, "encapsulada" por sus murallas
Vista nocturna de Dubrovnik, "encapsulada" por sus murallasMT

Una localidad costera situada frente a las aguas del mar Adriático, que se ha convertido en los últimos años en uno de los principales destinos elegido por viajeros de toda Europa y del resto del globo para disfrutar de unos días de vacaciones, ha decidido tomar una controvertida medida con el fin de reducir la presión acústica que soportan sus vecinos durante los meses estivales de temporada alta.

La masificación turística y sus efectos en la generación de un alto nivel de ruido ambiental han llevado a Mato Frankovic, alcalde de Dubrovnik, uno de los principales atractivos de la República Checha, a aprobar una radical nueva normativa municipal que prohibe el uso de maletas con ruedas en toda la ciudad.

Con ello, las personas que visiten el lugar tendrán como alternativa que optar por equipajes sin ruedas como las clásicas bolsas de viaje, o cargar en todo momento con las maletas de ruedas. Los ciudadanos locales intensificaron sus protestas en este ámbito durante los últimos años ya que, según denuncian, no podían conciliar el sueño por el continuo sonido que generaba el ir y venir de las maletas sobre el pavimento de las calles.

Pero las medidas dirigidas a controlar los nocivos efectos de grandes volúmenes de turismo no van a acabar aquí. A partir del próximo mes de noviembre, las autoridades municipales tiene previsto poner en marcha en el aeropuerto un centro logístico dirigido a prestar un servicio dirigido a que los turistas dejen las maletas en el lugar para que, posteriormente, y tras pagar los debidos costes, sean trasladadas hasta el alojamiento que tengan contratado en Dubrovnik.

La medida llega, además, después de que en 2018 el consistorio decidiese limitar el número de cruceros que podían atracar cada día en el puerto de ciudad a un máximo de dos diarios con el objetivo de proteger la calidad de vida de sus habitantes.