Historia

Cómo la Casa de Orange holandesa utilizó un libro para hundir la imagen de España

Los Países Bajos ordenaron la impresión masiva del libro de Fray Bartolomé de las Casas para ganar adeptos en su exitosa campaña de independencia de España

Fray Bartolomé de las Casas es una pieza clave en la historia de la Leyenda Negra
Fray Bartolomé de las Casas es una pieza clave en la historia de la Leyenda NegraLa Razón

En el Londres del siglo XVI, o en París, o en Amsterdam, cualquier arma era importante para minar los cimientos de ese imperio español en el que no se ponía el Sol. Incluido un libro. Y si es escrito por un español, mejor. Y si es de un sacerdote, más no se puede pedir.

Para ello no había más que encontrar un elemento de propaganda y poner a los impresores a trabajar frenéticamente para conseguir que llegara a todos los rincones. Esta es la historia de cómo los Países Bajos comenzaron a trabajar su campaña de independencia de España.

En algún momento de finales del siglo XVI llega a los palacios de la Casa de Orange un ejemplar de un libro escrito por un religioso español, Fray Bartolomé de las Casas titulado “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”, publicado en 1552, y que tendría su continuación un cuarto de siglo después en su “Historia de las Indias”.

En aquel primer libro, el fraile dominico describía los abusos cometidos por los españoles en la colonización de América a través de un bienintencionado relato que ponía el acento en la parte más negativa de la conquista, y que servía en bandeja la operación política de desprestigio a las potencias europeas (Inglaterra y Francia) y las que querían serlo.

Entre 1579 y 1648, desde la rebelión de las provincias flamencas hasta la Paz de Westfalia, se imprimieron en los Países Bajos más de 20 ediciones de la obra de Bartolomé de las Casas, casi todas ellas ilustradas además por un grabador holandés llamado Teodoro de Bry, según recoge el historiador Marcelo Gullo Amadeo de diversas fuentes.

El libro, traducido al flamenco, comenzó a extenderse por Europa, y a través de sus páginas el germen de la leyenda negra que acabó por minar la imagen de España. Desde Flandes la obra llegó a Alemania, donde se tradujo al alemán, y a partir de ahí a Inglaterra, con las consiguientes traducciones, y a Francia, también con ediciones en francés.

En apenas unas décadas, un periodo de tiempo muy corto para la época en términos de difusión cultural, la imagen de la conquista de América lanzada por el fraile dominico pasó a ser la única conocida en Europa.

A partir de entonces, la Ilustración francesa hizo de altavoz y amplificador para servir a los intereses patrios y extender la hispanofobia con libros como “El antiespañol” (1594), en el que se alertaba de la “insaciable avaricia de los españoles” y se les describía como seres que se dedican con esmero a la “lujuriosa e inhumana desfloración de matronas, esposas e hijas”, por no hablar de la “sodomítica violación de muchachos”, según describe el mencionado autor argentino en su libro “Madre Patria”.

La chispa que había iniciado la casa real holandesa, especialmente bajo el impulso de Guillermo de Orange (1553-1584), había prendido ya en toda Europa. Los Países Bajos no tardarían mucho en liberarse del dominio español después de poner muchos muertos, en uno y otro bando, en una guerra que se inició con una veintena de ediciones de un pequeño libro.