Reino Unido

Los conservadores de Sunak pierden dos escaños en unas elecciones parciales en Inglaterra

La baja participación en las dos elecciones parciales refleja el descontento del electorado con los 'tories', más que un gran entusiasmo por los laboristas, que se hacen con Wellingborough y Kingswood

El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak 15/02/2024
Rishi Sunak welcomes Abdullah II to 10 Downing StreetEuropa Press/Contacto/Tayfun SalEuropa Press

Los conservadores no sólo se enfrentan al fin de una era tras más de trece años en el poder en los comicios previstos para este otoño, sino que corren el riesgo de sufrir un “evento de nivel de la extinción”. Eso es al menos lo que advierten desde las propias filas tories los críticos con el primer ministro, Rishi Sunak, tras la derrota histórica cosechada ayer en las elecciones parciales celebradas en Kingswood y Wellingborough. Nadie confiaba en que fueran a mantener los dos escaños que estaban en juego, algo ya preocupante porque desde hace tiempo eran dos distritos asegurados. Pero el varapalo fue extremadamente humillante.

En Kingswood -azul desde 2010- se tenía que elegir diputado tras la renuncia del exsecretario de Estado de Energía Chris Skidmore, que dejó su asiento en protesta por el plan de Sunak de promover la extracción de petróleo y gas en el Mar del Norte. Y los `tories´ lo perdieron tras una oscilación del 16,4% de los votos hacia la oposición laborista. No obstante, el auténtico desastre fue en Wellingborough, donde sufrieron su mayor caída en el porcentaje de votos desde 1945. Tras la dimisión del parlamentario `tory´ Peter Bone por las acusaciones de intimidación y conducta sexual inapropiada contra un miembro de su equipo, los laboristas ganaron con una abrumadora mayoría de 6.436 papeletas.

De extrapolar estos resultados a nivel nacional, las filas de Keir Starmer obtendrían en los próximos comicios generales más de 450 escaños y una mayoría absoluta de más de 200 asientos.

“Tenemos trabajo que hacer para mostrarle a la gente que estamos cumpliendo con sus prioridades y eso es lo que estoy absolutamente decidido a hacer”, recalcó el primer ministro. Algunos diputados como Andrea Jenkyns reiteraron su demanda para encontrar a otro líder. No obstante, los ataques públicos no fueron tanto como en otras ocasiones, lo que puede ser un signo de resignación o la planificación para mover ficha de cara a las elecciones locales de mayo. En primavera sí podría haber tragedia griega.

Con el mayor número de derrotas en elecciones parciales para un Gobierno desde la II Guerra Mundial (ya son diez los asientos perdidos desde las generales de 2019) y los titulares además anunciando que el Reino Unido ha entrado en recesión, nadie garantiza que Sunak vaya a sobrevivir a la presión de sus propias filas, las mismas que obligaron ya dimitir a la fugaz Liz Truss y al mismísimo Boris Johnson.

Pese al gran triunfo, los laboristas guardan cautela. No quieren que se instale la complacencia, ni entre sus partidarios ni entre el electorado en general. Habiendo perdido cuatro elecciones generales seguidas, saben que el mayor peligro al que se enfrentan en este momento es la suposición de que van a ganar una mayoría, destruyendo la posibilidad de que esto ocurra. Importante además destacar que la doble derrota electoral en estos comicios parciales no ha sido impulsada por una popularidad de Starmer, ya que el voto conservador ha caído el doble de lo que ha aumentado el apoyo laborista. El laborismo saca 20 puntos de ventaja ante las generales, pero las calificaciones personales del propio Starmer siguen siendo pobres: el 46% considera que lo está haciendo mal frente al 34% que lo apoya. Y la polémica por los problemas de antisemitismo que han llevado a suspender a su candidato para otras elecciones parciales del 29 de febrero no ayudan.

El líder de la oposición señaló que Reino Unido estaba “clamando por un cambio” y recalcó que su partido era “era muy diferente” al de 2019 cuando, bajo el mandato del radical Jeremy Corbyn se cosecharon los peores resultados desde 1935. Pero añadió: “Siempre hay más trabajo por hacer”. “Como todo aficionado al fútbol sabe, en febrero no se gana la liga con un buen resultado”, añadió.

No obstante, Starmer no es la única preocupación para los conservadores. La irrupción del Partido Reforma, que ha quedado en tercera posición en estos comicios parciales y adelanta en intención de voto a liberal demócratas y Verdes de cara a las generales, es una verdadera amenaza para los `tories´. La formación creada por Nigel Farage -el enfant terrible de la política británica, el protagonista del triunfo del Brexit- tiene entre un 10 y un 11% de apoyo en las encuestas a nivel nacional, mientras que el voto conservador se ha estancado en un 24%, muy por debajo del 31% que obtuvo en la aplastante derrota de 1997.

El apoyo actual de Reforma representa un 4% menos del recabado por el UKIP (el primer partido fundado por Farage) en el período previo a las elecciones de 2015, cuando logró su máximo apogeo forzando a los `tories´ a convocar el referéndum sobre la permanencia en la UE. No obstante, se han convertido ya en un coladero peligroso para los conservadores. La mitad de sus actuales partidarios de Reforma votó por los `tories´ en 2019.