Sucesos
La desesperada carta del alemán acusado de secuestrar y asesinar a Madeleine McCann
Christian Brueckner cumple condena por violar a una turista norteamericana en el Algarve en 2005. Aislado en una celda de máxima seguridad, ha escrito una nueva carta en busca de ayuda
Christian Brueckner cumple condena por la violación de una anciana norteamericana en El Algarve y está a la espera de juicio por el secuestro y asesinato de Madeleine McCann. Brueckner, de 46 años, ha sido condenado por varios delitos sexuales y por abusos a menores, pero desde el primer día niega tener relación alguna con la desaparición de la niña británica de un apartamento de Praia da Luz en mayo de 2007.
De hecho, desde que en junio de 2020 el fiscal Hans Cristian Wolters le señalara directamente como único responsable del crimen, ha defendido su inocencia y ha acusado a las autoridades judiciales alemanas de tratar de convertirle "en un monstruo".
Desde su pequeña celda en la prisión de alta seguridad de Wolfenbüttel, en la que se encuentra aislado para que los demás presos no le hagan daño, está a la espera de que presenten pruebas contra él porque, de momento, todo han sido declaraciones, pero su abogado no ha recibido la acusación formal por parte de los fiscales dirigidos por Wolters ni se han presentado ante un juez para que inicie el proceso judicial.
A pesar de haber pasado ya más de tres años, Wolters no ha presentado prueba alguna. Según ha explicado en varias ocasiones, la fiscalía trabaja para cerrar los flecos del caso, del que dijo en 2020 estaba resuelto al 90 por ciento. Pero la realidad es que no hay pruebas concretas, sólo testimonios, confesiones de testigos... "hay una evidencia no forense que confirma su implicación”, según las palabras del propio Wolters.
Brueckner, que sólo puede salir de su celda unos minutos al día para dar un paseo en solitario por el patio, ha sido muy crítico con la justicia y ha escrito varias cartas para tratar de lavar su imagen y criticar a los fiscales. La primera de ellas, enviada al diario Bild en noviembre de 2022, atacaba a los fiscales y les acusaba de tratar de cargarle el asesinato de Madeleine sin pruebas: "se comportan como Hitler".
Como esa misiva no logró los resultados esperados, el pasado mes de mayo volvió a redactar un escrito de su puño y letra en el que defendía su inocencia porque, según afirmó, no viajaba a Praia da Luz desde el año 2006, por lo que no pudo secuestrar a "Maddie", hecho que se produjo un año después.
Ante la inacción de la fiscalía alemana ante sus palabras, el pedófilo convicto ha comenzado a preparar su estrategia de defensa y ha escrito a varios amigos de su juventud para que le ayuden en el posible juicio y testifiquen a su favor.
Según publica el diario británico "The Mirror", al menos dos antiguos amigos del alemán que residen en Portugal han recibido cartas de Brueckner en los últimos meses. Un antiguo conocido del principal sospechoso le confesó al diario que al menos dos personas de su entorno habían recibido la petición: “Conozco a dos personas que recibieron los mensajes de Chris. Realmente se asustaron. No habían sabido nada de él durante años y de repente recibieron por correo una carta enviada desde Alemania. Les pedía que hablaran en su defensa, que dijeran lo buen tipo que era".
En la misiva, Brueckner añadía que la policía y los fiscales alemanes lo tienen reprimido y que dicen de él que es un monstruo. "Es indignante que Chris pida ayuda porque ahora todos conocemos su pasado. Cuando estábamos con él a principios de la década de 2000, todo era un secreto. No sabíamos que era un pedófilo. Pero ahora no tiene ninguna posibilidad de que nadie hable a su favor en un tribunal”.
La primera vez que las autoridades alemanas pusieron el foco en Brueckner como responsable de "caso Madeleine" fue en 2017, después de que un amigo suyo le dijera a la Policía que le había confesado que “lo sabía todo” sobre lo que le había sucedido a la pequeña Maddie. En ese momento comenzó una discreta investigación, que finalmente se reveló en junio de 2020 con la intervención pública de Wolters.
Durante ese tiempo, vincularon al alemán con una serie de violaciones entre los años 2005 a 2018. Su presencia en la cárcel no era un hecho aislado. Cuando era todavía casi un adolescente abusó sexualmente de un menor en Alemania y fue condenado a dos años de prisión. Corría el año 1994. Sin cumplir la pena íntegra, salió de prisión y viajó al norte de Alemania, donde sobrevivió a base de trapichear con drogas y pequeños hurtos. De ahí, dio el salto a Portugal, donde continuó con su actividad delictiva.
A pesar de las autoridades tenían constancia de que era un pedófilo, no fue detenido hasta el año 2017. Ese año, una noche del mes de junio, se acercó a un parque infantil junto al que unas familias estaban de celebración. Los niños jugaban en el tobogán. Brueckner se metió en el castillo que había debajo del columpio, se bajó los pantalones y comenzó a masturbarse. Una niña de ocho pasó cerca de él, lo vio y salió corriendo para avisar a los adultos, que lo rodearon e inmovilizaron hasta que llegó la Policía. Nunca fue condenado por ello.
Pocos meses después fue extraditado a Alemania para ser juzgado y condenado por un delito de tráfico de drogas. Cuando obtuvo la libertad provisional, viajó a Italia, donde fe detenido en 2018 por saltarse la libertad condicional. Fue extraditado a Alemania y juzgado por la violación de una mujer norteamericana de 72 años en 2005. El tribunal lo condenó a 7 años de prisión, pena que cumple en la actualidad.
En mayo de 2020 se supo que los registros telefónicos le situaban cerca del bloque de apartamentos una hora antes de que Madeleine desapareciera de la habitación mientras sus padres cenaban en un restaurante situado a 50 metros. Una de las amigas de los McCann revelaría después que había visto a un hombre alejarse de la zona con una niña dormida en brazos, pero no pudo identificar a Bruecker porque estaba en una zona oscura lo suficientemente lejos como para poder verle la cara.
El caso dio un vuelco a principios de año, cuando el tribunal indicó que el caso le correspondía por ser de otra jurisdicción y se inhibió, por lo que los cargos que pesaban contra él fueron retirados. Originalmente fueron presentados por fiscales en Braunschweig porque anteriormente vivió en la ciudad en 2016. Pero el abogado de Brueckner, Friedrich Fuelscher, argumentó que en realidad vivía en un almacén en Neuwegersleben, en la Baja Sajonia. Un tribunal de Braunschweig falló a favor del acusado, aunque los fiscales anunciaron que recurrirían a instancias superiores para revocar la decisión.
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