Sucesos

El sospechoso de la muerte de Madeleine McCann se declara en huelga de hambre por el trato recibido en prisión

Christian Brueckner se encuentra en aislamiento y sólo puede ver a los trabajadores sociales de la prisión dos veces al mes

Imagen de una de las fichas policiales de Christian Brueckner
Imagen de una de las fichas policiales de Christian BruecknerLa RazónLa Razón

Desde que Christian Wolters. responsable fiscalía alemana de Braunschweig, dijera públicamente en junio de 2020 que Christian Brueckner era el único sospechoso del secuestro y asesinato de Madeleine McCann

se han tomado muchas precauciones para mantenerle aislado y a salvo. Además, su carácter agresivo, ha hecho que se extremen aún más las precauciones. Durante su paso por la prisión de Wolfenbüttel, tuvo un incidente con los guardias de seguridad y el pedófilo acabó con varias costillas rotas. Aunque nunca se dijo que tuviera relación directa, Brueckner fue trasladado pocos días después a la prisión de Oldenburg, un centro penitenciario repleto de cámaras de circuito cerrado de televisión. Todas las puertas y ventanas dentro de las paredes de la prisión son de vidrio de seguridad reforzado especial para que los guardias puedan vigilar a los prisioneros en todo momento. Es uno de los edificios más seguros del país y es casi imposible escapar de él. Las instalaciones disponen de la tecnología más avanzada en cuestión de vigilancia y la prisión está rodeada de un muro de más de seis metros de altura. El único preso que logró escapar lo hizo ayudado por uno de sus guardias. El resto, ni se lo plantea.

Kate y Gerry McCann no han perdido la esperanza de encontrar con vida a Madeleine
Kate y Gerry McCann no han perdido la esperanza de encontrar con vida a MadeleineLUIS FORRAAgencia EFE

Desde su llegada Brueckner denunció las duras condiciones en las que estaba: “No me dejan ni comprar un bolígrafo. Estoy en un lugar especial, protegido, en aislamiento desde hace más de cuatro meses, encerrado durante 24 horas sin televisión”, denunció al poco de llegar. Y la situación no ha cambiado mucho en estos casi tres años.

Ahora, dos semanas después de que el tribunal que lleva el caso de Madeleine McCann ha dicho que no puede asumirlo porque no tiene competencias, Brueckner pensaba que su situación podría cambiar. Pero no ha sido así. Cumple una condena de siete años por la violación de una turista norteamericana en Praia da Luz y tiene varios juicios de abusos sexuales pendientes. A pesar de ello, considera que se le está dando un trato inhumano.

Acusó a la justicia de tratarle como a un chivo expiatorio, con técnicas más propias de Hitler. Ahora, con la decisión del tribunal que rechazó llevar su caso, se siente fuerte y ha decidido iniciar una huelga de hambre.

Según publica el medio alemán T-online, Brueckner quiere protestar contra las condiciones carcelarias en las que vive. Uno sus abogados Philipp Marquort, describe su situación como "inhumana".

Brueckner vive en aislamiento las 24 horas. No tiene contacto con nadie. Según sus abogados, sólo se le permite hablar con los trabajadores sociales de la prisión dos veces al mes durante 20 minutos. También puede llamar a sus abogados, pero poco más. "Christian B. no tiene ningún otro contacto social", protesta Marquort que, denuncia que esta situación se está alargando demasiado en el tiempo. Lleva así 15 meses.

Imagen de la furgoneta en la que vivía Brueckner en día de la desaparición de Madeleine McCann
Imagen de la furgoneta en la que vivía Brueckner en día de la desaparición de Madeleine McCannLa Razón

El pedófilo estaba en una sección de alta seguridad y solo podía realizar actividades por su cuenta como pasear por el jardín durante una hora. Todas las peticiones que ha realizado, han sido rechazadas. La última, participar en eventos que se celebra en prisión.

Según su abogado, le gustaría tener más contacto con otras personas para poder contrarrestar su aislamiento social. Por regla general, los delincuentes sexuales se abstienen voluntariamente de tener contactos sociales en los centros de detención o eligen a las personas con mucho cuidado porque corren serie peligro de que sus compañeros de prisión les hagan daño. Los violadores y pedófilos no son bien vistos en las cárceles y muchos reos buscan la menor oportunidad para poder agredirles o quitarles la vida. Además, suelen el contacto con los funcionarios de prisiones para que el resto de encarcelados no les vean como traidores.

El plan de Brueckner comenzó a principios de esta semana y pretende alargarlo durante al menos dos semanas. Si su situación no cambia, está dispuesto a continuar con la huelga de hambre. Marquort insistió en la necesidad de que se produzca un cambio en la política penitenciaria porque considera que de esa forma su cliente no va a poder rehabilitarse nunca.

Hans Christian Wolters, durante la entrevista que le hizo Mark Williams-Thomas para el documental
Hans Christian Wolters, durante la entrevista que le hizo Mark Williams-Thomas para el documentalLa Razón

Además, de la desaparición de Madeleine, la fiscalía de Braunschweig acusó a Brueckner el pasado mes de octubre de otros cinco delitos que presuntamente cometió entre diciembre de 2000 y junio de 2017 en Portugal. Se trata de presuntas violaciones y abusos sexuales. Sin embargo, ninguno de los procesos judiciales se ha podido iniciar después de que tribunal regional de Braunschweig se declarara "no competente". En esta situación y con sólo una condena pendiente, Brueckner podría acceder pronto a la libertad condicional, al cumplir las dos terceras partes de la condena. Algo que podría suceder antes 2026.

Imagen del exterior del apartamento 5A del Oceans Club, del que Madeleine McCann desapareció el 3 de mayo de 2007
Imagen del exterior del apartamento 5A del Oceans Club, del que Madeleine McCann desapareció el 3 de mayo de 2007Armando FrancaAgencia AP

Madeleine McCann tenía tres años cuando desapareció mientras dormía de un apartamento de Praia da luz el 3 de mayo de 2007. Después de muchos años de investigación, la fiscalía alemana logro identificar a Brueckner como sospechoso principal, debido al gran número de indicios que tenía contra él. Brueckner vivió durante muchos años cerca de la zona en la que desapareció la niña británica y siempre había fantaseado con raptar a un niño y poder abusar de él. Se da la circunstancia de que trabajó en los apartamentos donde se alojaba la familia McCann, por lo que conocía perfectamente cómo entrar en una habitación si tener que forzar la cerradura. Además, el posicionamiento de su teléfono móvil le situaba a escasos metros del lugar de los hechos. Numerosos testigos y amigos han confirmado su obsesión por los niños pequeños y llegó a a confesar a alguno de ellos que tenía un habitáculo preparado en su furgoneta para poder esconder a un menor. Además, en una de las casas en las que vivió encontraron varios discos duros con material pornográfico de menores de corta edad.

Aun así, las pruebas que hay contra él siempre han sido circunstanciales y la fiscalía alemana nunca reveló los detalles que les llevó a afirmar que el caso estaba resuelto al 90 por ciento.

Esta semana se ha cumplido el 16 aniversario de la desaparición y Kate y Gerry McCann acudieron a un oficio religioso en su localidad natal para rezar por Madeleine y por lograr que el caso se resuelva pronto.