Inseguridad en Ecuador

Ecuador se blinda ante las elecciones más convulsas de su historia reciente

Las autoridades ordenan un enorme despliegue de seguridad en una votación marcada por el asesinato del candidato Fernando Villavicencio

Soldados montan guardia en un control de seguridad en Quito
Soldados montan guardia en un control de seguridad en QuitoASSOCIATED PRESSAgencia AP

Ecuadorvotará este domingo en estado de "shock". 13,4 millones de ecuatorianos están llamados a las urnas para elegir al presidente que sucederá a Guillermo Lasso y los congresistas que integrarán la nueva Asamblea Nacional en unos comicios que se desarrollarán marcados por el asesinato del candidato Fernando Villavicencio el pasado 9 de agosto y la crisis de seguridad que se vive en el país.

Las autoridades han dispuesto un plan especial para que las elecciones puedan llevarse a cabo con normalidad, o al menos con toda la normalidad posible. El Consejo Nacional Electoral (CNE), el organismo encargado de velar por la correcta celebración de los comicios, ha sido el encargado de organizar el blindaje de los 4.390 recintos electorales.

A instancias del CNE, el gobierno ordenó el despliegue de efectivos del Ejército en torno a los colegios desde este miércoles, días antes de que se celebre la votación. Esta es una medida que ordinariamente se toma 24 horas antes de la elección, pero esta vez se ha adelantado para transmitir una sensación de seguridad a los votantes. Según explicó la presidenta del CNE, Diana Atamaint, se hará “con mucho tiempo de anticipación para que estén seguros de cualquier riesgo”. Atamaint describió el despliegue militar como “una respuesta favorable para que la ciudadanía vaya a votar” en un país atribulado por la ola de violencia.

Villavicencio, el "irreemplazable" asesinado en su cruzada contra las mafias y corrupción
Villavicencio, el "irreemplazable" asesinado en su cruzada contra las mafias y corrupciónJosé JácomeAgencia EFE

El asesinato de Villavicencio a la salida de un acto electoral en Quito fue su punto culminante, pero otros candidatos y dirigentes políticos han sido asesinados en los últimos meses. El último, el correísta Sergio Briones, abatido a balazos en la ciudad de Esmeraldas.

El CNE ha exhortado también a las autoridades municipales a que establezcan medidas de control en los alrededores de los puntos de votación para evitar cualquier posible incidente y reforzar la sensación de seguridad. Cerca de 280.000 personas formarán parte de las Juntas Receptoras de Voto y el objetivo es que puedan desarrollar su trabajo con normalidad y el país pueda elegir un nuevo presidente con el que tratar de reencontrar la senda de la paz.

Serán probablemente las elecciones ecuatorianas de mayor tensión y unas de las que mayor atención mundial van a recabar, con alrededor de 300 observadores internacionales acreditados. Una semana antes de las elecciones, el CNE llevó a cabo un gran simulacro electoral en el que participaron cerca de 4.700 funcionarios de Policía y 5.800 militares para asegurar que toda la maquinaria electoral y de seguridad está engrasada el domingo. Atamaint dijo que fue un “éxito”, y añadió: “Estamos listos, con todos los procedimientos técnicos y logísticos”.

Pero el crimen organizado ya ha dejado claro su poder para atentar contra la vida política e institucional ecuatoriana. La preocupación por posibles acciones armadas el día de los comicios continúa. En medio de un gigantesco despliegue de seguridad, el Gobierno trasladó el lunes a José Adolfo Macías, alias “Fito”, a la prisión de máxima seguridad conocida como “La Roca” de la ciudad de Guayaquil.

“Fito” es considerado el líder la banda de “Los Choneros”, en cuyo nombre Villavicencio había recibido amenazas de muerte, según declaró el mismo pocos días antes del atentado que le costó la vida. El Gobierno quiere evitar que “Fito” pueda seguir dirigiendo al grupo criminal desde la cárcel ordinaria en la que estaba internado y pueda ordenar acciones que interfieran en la jornada electoral.

Y es que la seguridad se ha convertido en la obsesión nacional. También para los candidatos, que han tenido que adecuar sus discursos tras la conmoción causada por el magnicidio de Villavicencio. El combate contra la delincuencia casi monopolizó el debate entre los candidatos del pasado domingo.

Luisa González, candidata de la correísta Revolución Ciudadana, prometió “mano firme contra el crimen”. González marchaba en cabeza en los últimos sondeos publicados, pero la muerte de Villavicencio alteró todo el panorama y ha dejado en una situación incómoda al correísmo. El candidato había sido uno de los azotes del expresidente Rafael Correa, denunciando algunos de los escándalos de corrupción que salpicaron a su gobierno, lo que alimentó las especulaciones de que estuviera involucrado en su asesinato. Aunque no hay hasta ahora ningún indicio en esa dirección, el temor en el correísmo es que la mera sospecha pueda hacer cambiar de opinión a muchos votantes. El propio Correa reconoció el impacto negativo de una “campaña miserable” para relacionarlo con el magnicidio.