Este es el heroísmo de los ucranianos

Ucrania sigue luchando. La guerra parece estar entrando en una nueva fase más mortífera, ya que el Ejército ucraniano ha detenido a los rusos en la mayoría de las zonas. Ahora, los rusos están haciendo lo que hicieron en Grozni y Alepo, es decir, atacar a los civiles en un intento por obligar a Ucrania a sentarse a la mesa de negociaciones. Parece muy poco probable que tal táctica funcione, al menos a corto plazo. Pero después se convertirá en una cuestión de cuántos golpes pueden soportar los sufridos ucranianos.

¿Y qué hay de los ucranianos? Hay leyendas, como la del «Fantasma de Kiev», que se dice que derribó decenas de aviones rusos. Lo más sorprendente del Fantasma es que incluso puede tener la posibilidad de existir. Cualquier militar competente con el nivel de potencia de fuego que se atribuye a los rusos habría pasado los primeros días de cualquier ofensiva asegurándose de que ningún avión o helicóptero hostil sobrevolara Ucrania. Pero los rusos, por arrogancia o ineptitud, no lograron eso.

Luego están los héroes más tranquilos. Si se me permite hablar de algunos que conozco personalmente. Uno, un ex alumno mío de posgrado, trabaja en la región de Kiev. Después de unos días preocupantes, reapareció en una aplicación de mensajería para asegurarme que estaba bien. Le pregunté, de manera circunspecta, qué estaba haciendo. La respuesta fue que el hombre, que ya era un soldado ucraniano en servicio activo antes de la guerra, estaba «entregando armas al frente, entrenando a los soldados sobre cómo usarlas y, cuando era necesario, ayudándolos a defenderse de los ataques». Por supuesto, ese amigo y estudiante es un soldado regular y, supongo, podría ser un héroe. Sin embargo, ¿qué pasa con una pareja que conozco, un profesor de Sociología, ambos en la reserva ucraniana, que han sido llamados a luchar, dejando a su hijo con sus abuelos?

Antes de la guerra, estaba editando un libro sobre los esfuerzos de la guerra híbrida rusa contra Ucrania de 2014 a 2021. Varios de los autores de los capítulos están ahora aislados en las ciudades del este de Ucrania, o en combate, o se han visto obligados a huir. Mi coeditor, que vive al sur de Kiev, me contactó urgentemente por Skype el 26 de febrero. Su mensaje para mí fue que pidiera a los editores una extensión de dos meses y permiso para ampliar nuestro trabajo para incluir en el libro la guerra actual. Para mí, ese es un acto profundamente heroico. Pero también es esperanzador, uno que cree que la guerra continuará y que Ucrania no solo vivirá, sino que ganará.

Luego está la familia de otro colaborador de este periódico. Evacuados a Leópolis, en el oeste de Polonia, todos encontraron trabajo o continuaron con sus antiguos trabajos de forma remota en un nuevo lugar. Ya exiliados una vez de Crimea, se quedan en Leópolis y se niegan a exiliarse de nuevo de sus hogares. Hablar con ellos y que la conversación se viera interrumpida por una alarma de un ataque aéreo me recordó mis tiempos en Irak. Debo recordar, sin embargo, que yo me ofrecí como voluntario para trabajar como diplomático en Bagdad, mientras que estos son civiles que nunca esperaron tener que esconderse en un refugio antiaéreo.

Este es el heroísmo de los ucranianos. Ucrania aprendió de las humillaciones que sufrió a manos de Rusia en 2014. Está claro que el plan de operaciones de los rusos en esta nueva guerra era apoderarse rápidamente de Kiev y algunos otros lugares clave, forzando una rendición y un cambio de gobierno en el pueblo ucraniano. También está claro que la inteligencia rusa estaba profundamente equivocada sobre la voluntad y la capacidad de resistencia del pueblo ucraniano. Afirmaron que ganarían en tres días. Luego afirmaron que tardaría 15 días. El día 16, hicieron pocos progresos significativos y solo controlan una ciudad importante, Jersón.

Ucrania sigue luchando en el cielo. Esta semana, utilizaron cohetes terrestres no guiados para atacar con éxito barcos rusos en el mar. Se dice que los granjeros de Ucrania ahora tienen el quinto ejército más grande de Europa a través de la captura de equipo ruso funcional, pero abandonado.

Esta guerra no ha terminado. Continuará hasta que Rusia se dé cuenta de que no puede conquistar Ucrania. Ya, antes de la tercera ronda de conversaciones de paz, Rusia comenzó a ofrecer términos reales, aunque inaceptables, para el Gobierno de Zelenski. Cuanto más tiempo se mantenga firme Ucrania, con la ayuda de Occidente, mejores serán esos términos y aumentará la probabilidad de que Ucrania, respaldada por una Alianza Transatlántica y una comunidad europea cada vez más enfocadas, aguante y continúe.

John Callahan es decano de la Escuela de Estudios de Posgrado y Profesionales en el New England College (EE UU)