Homenajes
En la cola de la Abadía de Westminster: “He venido desde Nashville (EE UU) porque se ha muerto mi reina”
Cientos de miles de ciudadanos anónimos de Inglaterra y del extranjero pasan la noche en vela para despedirse de Isabel II
Inglaterra, Canadá, Estados Unidos, Rumania o Sri Lanka. La peregrinación de cientos de miles de personas anónimas, monárquicos y curiosos para rendir el último tributo a la reina Isabel II es tan multicultural como diversa. No hay un perfil único y eso dice mucho del poder de atracción que tiene la familia real inglesa. Han pasado la noche a la intemperie, soportando una lluvia torrencial y con frío, pero, dicen, merece la pena. Muchos se han hecho amigos después de tantas horas de espera. “He venido desde Nashville, Tennesse”. ¿Por qué una estadounidense se mete en un vuelo de ocho horas y media para despedirse de la reina de Inglaterra? “Porque siento que es mi reina. Quería ser parte de esto. Es increíble”. Vicky, tiene 64 años. Escuchó las noticias y se puso a buscar el primer vuelo para Londres. Llegó el viernes 9 de septiembre y se va mañana. Después de haber pasado toda una noche a la intemperie para despedirse de Isabel II. “Era una mujer para todos. Nunca tomó partido político y eso es algo que no ocurre en Estados Unidos, un país en el que está todo muy polarizado. Era una mujer que estaba allí por su país, y eso lo admiro”.
Polly tiene 77 años y se ha dormido en la calle. “Ha sido una noche horrorosa, pero estamos aquí por una razón”. ¿Cuál? “Porque queremos a la reina”. Ha venido con su hija, Donna y su nieta, Sanna a las que señala mientras habla. Tres generaciones juntas. Viven a 32 kilómetros al norte de Londres y se cogieron ayer un tren para ponerse a la cola. Una vez que se publicó el programa de actos, pensaron cuál sería el mejor momento para visitar los restos mortales de la reina. Dice que tiene los pañuelos preparados para cuando entre en la Abadía de Westminster. “Mucha gente va a llorar”, vaticina. Cuenta que la reina le ha acompañado toda su vida y que ella también ha seguido la suya. Su coronación, sus viajes internacionales y sus recepciones de Estado. “Ha hecho más que cualquier líder en el mundo” y eso es lo que quiere agradecerle hoy. Polly admite que “es sólo una figura, desprovista de poder, pero una figura muy importante”. “Y vosotros en España tenéis la misma suerte”, apunta. Reconoce que no todos los miembros de la familia real son ejemplares. No quiere decir su nombre, pero se refiere al príncipe Andrés. Cree que Carlos lo va a hacer bien. “Ha tenido una buena maestra”. Y luego, añade, tenemos “a Guillermo, es una bendición”. Sabe que ella no lo va a ver reinar, pero que su nieta sí. La continuidad de la corona está garantizada.
Razvan, es rumano y tiene 33 años. Lleva desde las 12 de la noche haciendo cola para ver a la monarca. Llegó a Londres hace 10 años y dice que para él la reina ha sido siempre alguien especial. Mila y Jane llegaron a la misma hora de Worcestershire, a dos horas y media de la capital. Han pasado la noche en dos sillas plegables, incómodas pero no lo reconocen. “No ha estado tan mal”, dicen haciendo gala del pragmatismo inglés. Mila obtuvo la nacionalidad británica hace dos días y pensaron que venir sería la mejor forma de agradecimiento.
Patrick tiene 22 años y ha venido con su hermano Tommas, de 20, desde Kent. Llegaron a las 3 de la mañana. Va con traje y corbata negra. Quiere mostrar sus respetos a “su Majestad”. Sabía que este momento iba a llegar y tenía claro que quería estar aquí. Le hubiera gustado no hacer cola pero reconoce que al final ha sido algo divertido. “Ha sido una noche de patriotismo y camaradería”. Cuenta que cuando les toque su turno pasarán por su cofre, se inclinarán y seguirán adelante.
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