Elecciones

Austria apuesta por la estabilidad y reelige a Van der Bellen como presidente

Europa recibe con alivio los resultados de las elecciones presidenciales en Viena tras el sobresalto de Roma

El actual presidente austriaco Alexander Van der Bellen junto a su mujer Doris Schmidauer llega al centro de prensa en Viena
El actual presidente austriaco Alexander Van der Bellen junto a su mujer Doris Schmidauer llega al centro de prensa en VienaCHRISTIAN BRUNAAgencia EFE

Alexander Van der Bellen seguirá siendo el presidente de Austria tras acaparar este domingo y en primera vuelta el 56% de los votos de las elecciones presidenciales. Una mayoría absoluta que evitará que el país vuelva a las urnas y que ya se interpreta a modo de ancla tranquilizadora tras unos años instigados por numerosos escándalos políticos. No en vano, nunca antes hubo tantos candidatos como en esta ocasión. Además de Van der Bellen -que optó como independiente, a pesar de haber sido el líder del partido Los Verdes durante más de una década-, había otros seis solicitantes cuyos variopintos perfiles iban desde el candidato del ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ), Walter Rosenkranz -que quedó en segundo lugar-, hasta el abogado vienés Tassilo Wallentin, el candidato Dominik Wlazny, músico y fundador del Bierpartei (Partido de la cerveza) o el fabricante de calzado, Heinrich Staudinger. Unos perfiles que, además de la criticada ausencia de mujeres, dieron por segura la victoria de Van der Bellen, de 78 años, que podrá seguir gobernando durante seis años más desde una posición que le confiere incluso más poderes que los que tiene el mismo canciller alemán. Así, el presidente austriaco puede destituir al gobierno federal, nombrar cancilleres o rechazar ministros.

Los principales políticos del partido conservador ÖVP, del socialdemócrata SPÖ y Los Verdes se mostraron satisfechos y aliviados por el resultado de las elecciones. “Los austriacos han asegurado condiciones estables” aseguró poco después de conocerse el escrutinio el secretario general de ÖVP, Christian Stocker. También la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, felicitó a Van der Bellen a través de Twitter: “En tiempos difíciles defendemos una Europa unida”, escribió la política alemana. El ÖVP y el SPÖ no presentaron ningún candidato y, a vista de muchos analistas, la campaña fue considerada inútil.

Van der Bellen se publicitó con el lema “Razón y estabilidad en tiempos tormentosos” y durante la campaña, solamente destacó su promesa de continuidad. Podría decirse que su victoria se debe más a un primer mandato sólido en tiempos turbulentos que a una campaña particularmente inspirada. De hecho, cuando llegó al Hofburg hace seis años tras su batalla electoral contra Norbert Hofer, no era previsible que la campaña, que se había alargado repitiendo y aplazando las elecciones, hubiera supuesto el más mínimo problema para el jefe de Estado. Después, crisis gubernamental tras crisis gubernamental, la pandemia y, más recientemente, la guerra de Ucrania, dejaron patente que Van der Bellen era la figura que podría contener las revueltas aguas.

No obstante, no todo fue fácil para este vienés, que creció en el Kaunertal tirolés. Sobre todo, con el llamado “Ibizagate” y todas sus consecuencias o las múltiples destituciones que acarrearon.El profesor de economía fue descubierto para la política por la veterana figura del Partido Verde, Peter Pilz. Tras una candidatura fallida para el puesto de presidente del Tribunal de Cuentas, Van der Bellen se incorporó al Consejo Nacional en 1994, del que fue miembro hasta 2012. Rápidamente se convirtió en la estrella silenciosa del partido hasta que en 1997 alcanzó el liderazgo. Su mandato se caracterizó por los éxitos electorales y duró once años. Cuando la carrera de Van der Bellen parecía estar llegando a su fin en la década de 2010, con un mandato en el Parlamento estatal de Viena y su ridiculizado trabajo como representante de la universidad de la ciudad, se abrió una “ventana de oportunidad” con las elecciones del Hofburgen 2016 y que ahora, y una vez más, ha conseguido repetir.