
Crisis de Gobierno
Lecornu sacrifica la reforma de las pensiones de Macron para sobrevivir
Los socialistas franceses votarán en contra de las mociones de censura de Le Pen y Mélenchon el jueves

El precio de la supervivencia del nuevo Gobierno de Lecornu en Francia iba a ser alto. Los socialistas habían establecido dos condiciones al renombrado primer ministro para no derrocarlo vía una moción de censura y la expectativa era máxima en la tarde de este martes ante el primer discurso de Lecornu en la Asamblea Nacional.
No eran pocos los que apostaban porque fuera también el último. El jefe de Gobierno anunciaba en su discurso de políticas general que no utilizaría el 49.3 para aprobar los presupuestos (el famoso decretazo) y dejaba en suspensión la controvertida reforma de las pensiones de Macron que elevaba de 62 a 64 años la edad de jubilación y que acarreó meses de protestas en las calles de Francia. Los socialistas aplaudieron al oír el anuncio. Se trata de una sobresaliente derrota para Macron ya que se trataba de su única gran reforma estructural. El PS conseguía así un trofeo que exponer ante su electorado y una imagen de negociación mano a mano con el ejecutivo a diferencia de la izquierda radical. A cambio, no votarán a favor de ninguna de las dos mociones de censura ya presentadas por Le Pen y Mélenchon.
“A partir de este otoño, suspendemos la reforma de 2023 hasta las elecciones presidenciales. No se realizará ningún aumento de la edad a partir de ahora hasta enero de 2028”, anunció Lecornu desde la tribuna. Después, en el turno de palabra, el diputado socialista Boris Vallaud calificaba de “victoria” el anuncio del jefe del ejecutivo. Los principales sindicatos del país, la CGT y la CFDT, se felicitaban también por la suspensión de la reforma mediante sendos comunicados al cierre de esta edición.
“He aceptado la misión que me ha encargado el presidente porque Francia tiene que tener un presupuesto” decía Lecornu antes de anunciar los puntos principales de su hoja de ruta. Unos presupuestos que han sido rebajados en cuanto a recortes sociales pero sin perder la vista esa senda. “Es urgente gastar menos. El Estado se ha comprometido a revisar sus gastos“ ha sentenciado el primer ministro, quien, previamente, durante el primer consejo de ministros, ha presentado un boceto que incluye 29 medidas fiscales, entre ellas, nuevos impuestos como una tasa para hóldings empresariales, con el objetivo de llevar el déficit al 4,7%, con un margen de maniobra de llevarlo al 5% para absorber el impacto financiero que causará en las arcas públicas la suspensión de la reforma de las pensiones con la que se mantendrá en pie el Gobierno. Un coste que Lecornu ha situado en 400 millones de euros para 2026 y 1.800 millones para 2027 según las estimaciones que maneja el ministerio de Economía francés.
De esta forma, el presupuesto que prepara Lecornu vendría a ser una copia aligerada de los 44.000 millones en recortes de su antecesor, el centrista François Bayrou, y podría situarse, según los primeros cálculos, en unos 30.000 millones de ahorro.
Para facilitar la ingente tarea de sacar adelante los presupuestos, Lecornu ha perfilado un gabinete que incluye un numeroso grupo de representantes de la sociedad civil y altos funcionarios de perfil técnico que aportan el aire neutro que buscaba el mandatario. Un nuevo ejecutivo lo suficientemente rupturista con el anterior del que sin embargo, sí que quedan algunos pesos pesados como Gérald Darmanin en Justicia o Rachida Dati en Cultura.
Las mociones de censura de la ultraderecha y la izquierda radical se debatirán el jueves por la mañana pero, en principio, la garantía socialista a la no censura debe valer para el Gobierno aunque no se descarta que haya diputados que no sigan las consignas de voto y pueda haber sorpresas de última hora. La censura podría salir adelante si una parte de los socialistas o de Los Republicanos votase también a favor. Todo dependerá de un estrecho margen de 25 diputados. Una decisión que provocaría la caída del gobierno, solo cuatro días después de ser constituido y tras la grave crisis de la semana pasada cuando el gobierno implosionó nada más ser nombrado. El líder de los diputados de Los Republicanos en la cámara, Laurent Wauquiez, dio la instrucción el martes a los miembros de su grupo de no censurar al Gobierno de Lecornu pese a no estar nada contento con la suspensión de la reforma de las pensiones. A Lecornu y su gobierno le queda ahora cruzar los dedos para superar su primera prueba de fuego que viniendo de donde vienen, ya no es poco.
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