14 de febrero
Un grupo de concejales franceses se opone a un espectáculo de fuegos artificiales por San Valentín por «incitar a la sexualidad»
Los ediles denuncian con el respaldo de los grupos feministas que la celebración por el día de los enamorados es «sinónimo de miedo, ansiedad y violencia» para las víctimas de la violencia doméstica
El espectáculo de fuegos artificiales de San Valentín en una localidad del oeste de Francia ha desatado una serie de objeciones por parte de un grupo de concejales por una celebración que, a su juicio, «incita a la sexualidad». «San Valentín puede ser sinónimo de amor para usted, pero para las víctimas de la violencia doméstica y sexual es sinónimo de miedo, ansiedad y violencia», han afirmado los ediles en una carta abierta al alcalde de Saintes, Bruno Drapron.
Los concejales, pertenecientes a varios grupos de izquierda, entre los que se encuadra la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, segunda fuerza de la oposición a escala nacional, denunciaron que era «inapropiado» gastar 34.000 euros de dinero público en el espectáculo pirotécnico, organizado por Véronique Abelin-Drapron, concejala centrista y esposa del alcalde.
La carta recogía las demandas de las organizaciones feministas, que se han hecho eco del aumento de casos de violencia de género en torno la fecha del 14 de febrero. «Las incitaciones a la sexualidad están por todas partes, especialmente por San Valentín. La mayoría de los hombres piden a las mujeres que "hagan un esfuerzo" [en San Valentín], sobre todo si han hecho un regalo, como si el acto sexual tuviera que ser una mercancía de pago», reza el escrito.
Abelin-Drapron, que asistió a una reunión del consejo en la que Rémy Catrou, concejal de la Francia Insumisa y portavoz del grupo, leyó la carta, dijo que estaba «perpleja» por la oposición a los fuegos artificiales. «Me parece perverso considerar que un acontecimiento sea la causa de la violencia en el seno de las familias», declaró. «Esto casi legitima la violencia del autor, como si eso le eximiera de responsabilidad. La violencia existe durante todo el año y es mucho más compleja que eso».
El alcalde de Saintes, una localidad de casi 26.000 habitantes situada a unos 65 kilómetros de la isla de Ré, frente a la costa atlántica francesa, tachó la carta de «ridícula». Sin embargo, los grupos feministas locales respaldaron las quejas de los concejales. «San Valentín fomenta el consumo, que convierte a las mujeres en objetos consumibles. Se puede ver en las ventas de lencería», declaró Sophie Burlier, de Dare to be Feminist, al diario Sud Ouest.
Burlier explicó que su grupo se opone al Día de San Valentín porque «promueve un único modelo de pareja». Y añadió: «Esta celebración de la pareja heterosexual tiende a hacernos creer que detrás no hay conflicto, ni choque, ni violencia, cuando sí los hay».
Los concejales también argumentaron que el espectáculo pirotécnico suponía una amenaza para la biodiversidad. «Los fuegos artificiales son perjudiciales para los animales y especialmente para las aves», dijo Catrou, y añadió: «¿Podemos esperar ver el mismo entusiasmo por el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo?».
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