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Rusia

Hacia la «paz fría»

La Razón
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De nuevo, las conversaciones de paz de Minsk han sido aplazadas. Es más que probable que el duro discurso de Putin a la nación en relación a la crisis de Ucrania y la reacción desesperada del Parlamento ucraniano de solicitar la adhesión a la OTAN hayan provocado este estancamiento. Sin embargo, el acercamiento de Occidente hacia la guerra ucraniana ha sido hasta ahora un gran error.

Desde el primer momento, Europa ha infravalorado la importancia histórica que supone para Moscú tener a Ucrania bajo su esfera de influencia. La UE debería apostar por una forma más suave y democrática de influencia que fuera compatible con una alianza estratégica con Rusia en términos económicos y de seguridad. Recordemos que esta crisis comenzó por la política energética de Rusia. Sin embargo, también la OTAN tuvo su responsabilidad. De hecho, como ocurrió en Georgia, el secretario general de la Alianza, así como otros líderes occidentales, ofrecieron desde el principio a Ucrania la posibilidad de una futura adhesión a su organización. Estos territorios tienen un valor estratégico para Rusia, por lo que no pueden ser sacados de su esfera de influencia sin una fuerte reacción de Moscú. En Georgia, Rusia ocupó Osetia del Sur y en Ucrania todo comenzó con Crimea, un territorio con fuertes raíces rusas. La política de Moscú es clara y la dificultad actual de su crisis monetaria no significa que Putin esté dipuesto a hacer ninguna concesión. Como él dijo, lo que está en juego es la identidad rusa. Occidente debería tomarse más en serio esta crisis. La UE debería comenzar a jugar con las políticas que ejemplifican las mejores virtudes de la integración europea, que es el poder blando, y debe dar algunos pasos significativos hacia la política europea de defensa, hasta el momento sin ningún tipo de recursos ni voluntad política. La OTAN debería ser más cauta y mostrar su voluntad de definir con claridad las fronteras de la Alianza y su nuevo ámbito de actuación. Una nueva edición de la Guerra Fría, aunque le aportara una nueva razón de ser a la Alianza, no es en absoluto una alternativa seria. Una «paz fría» con Putin sería el mejor de los finales en Ucrania.

*Profesor en la Universidad Luiss de Roma