Alto el fuego en Gaza
Hamás manda un mensaje de buena voluntad a Putin con la liberación de dos rehenes de nacionalidad rusa
El grupo islamista palestino premia «los esfuerzos del presidente ruso» poniendo en libertad a Yelena Trupanov y su madre Irena Tati
Hamás ha confirmado en la tarde del miércoles la liberación de dos ciudadanas de nacionalidad rusa que permanecían entre las más de 240 personas secuestradas durante el ataque terrorista en Israel del pasado 7 de octubre. En un escueto comunicado, la organización islamista palestina que controla buena parte de la Franja de Gaza anunció haber dejado en libertad a las dos rehenes rusas como un gesto de buena voluntad hacia Vladimir Putin.
«En respuesta a los esfuerzos del presidente ruso, el movimiento de resistencia islámica Hamás liberó el miércoles a dos rehenes femeninas con ciudadanía rusa, fueron entregadas a la Cruz Roja como primer paso para transferirlas a representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso», difundió Hamás en su canal de Telegram. Se trata de Yelena Trupanov, de 50 años, y su madre Irena Tati, de 73, secuestradas en el kibutz Nir Oz.
Las dos mujeres cuentan también con la nacionalidad israelí. Ambas han sido entregadas a la Cruz Roja, informa The Times of Israel. «Las familias de los rehenes están siendo actualizadas por representantes de las FDI con la última información disponible», recogen un comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). En principio no serán las únicas personas en abandonar este miércoles las profundidades de Gaza. Está previsto que Hamás libere esta noche a otros 10 rehenes israelíes.
La liberación de estas dos rehenes había sido anunciada horas antes por Mousa Abu Marzouk, miembro destacado del buró político de Hamás. «No hemos liberado a ninguno de los hombres israelíes que están en Gaza, a excepción del ruso Ron Krivoy, a quien liberamos como muestra de agradecimiento por la postura del presidente ruso Putin. Otros rusos serán liberados hoy al margen del acuerdo de tregua», trasladó en la mañana del miércoles.
El viceministro ruso de Asuntos Exteriores y enviado presidencial especial para Oriente Próximo y África, Mijaíl Bogdánov, se reunió precisamente con la familia del ruso Ron Krivoy. Sus familiares agradecieron al Ministerio de Asuntos Exteriores ruso su ayuda, recoge la agencia estatal de noticias TASS.
Putin ha tratado de sacar partido de la guerra que está librando Israel contra Hamás en Gaza. Después de varios días en silencio tras los atentados, se pronunció en un encuentro con el primer ministro iraquí, Mohamed Shia al Sudani, en el que culpó a Washington: «Creo que muchos estarán de acuerdo conmigo en que se trata de un claro ejemplo de la fracasada política en Oriente Próximo de Estados Unidos, que intentó monopolizar el proceso de asentamiento».
El autócrata ruso recibió a finales de octubre en Moscú a una delegación del grupo islamista palestino que precisamente encabezaba el propio Mousa Abu Marzouk. El dirigente, que ha negado en sus entrevistas con la BBC o The Economist que el atentado de Hamás hubiera asesinado a civiles, asegurando que «las mujeres, los niños y los civiles estaban exentos» de los ataques cuando las imágenes y el resto de las pruebas documentales de la masacre muestran todo lo contrario, definió a Rusia como «un país amigo con el que [el grupo] está dispuesto a mantener consultas sobre diversas cuestiones».
Esta semana, decenas de familiares de rehenes ruso-israelíes que permanecen cautivos acudieron hasta el Kremlin para exigir su liberación a través de unas negociaciones paralelas a las que están mediando Qatar, Estados Unidos y Egipto. Rusia puede sacar partido de su posición. Mantiene buenas relaciones con Irán, el principal promotor financiero y militar de Hamás, junto con Qatar. Los analistas sostienen que, como parte de su nueva política exterior, centrada en atraer al denominado Sur Global, Putin ha abrazado con más fuerza la causa palestina, una de las cuestiones que más moviliza a estos actores internacionales.
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