Elecciones en EE UU

Harris y Trump pelean «voto a voto» para el 5N

Los candidatos reanudan la campaña en los estados bisagra conscientes de que cada papeleta cuenta en una cita tan reñida

A supporter carry signs before Democratic presidential nominee Vice President Kamala Harris arrives to speak during a campaign event in Charlotte, N.C., Thursday, Sept. 12, 2024. (AP Photo/Nell Redmond)
Mitin de campaña demócrata en Carolina del NorteASSOCIATED PRESSAgencia AP

Tras un debate presidencial que podría cambiar el rumbo de las elecciones, los candidatos ya centran su energía en los estados que podrían decidir los próximos comicios. Kamala Harris, con el impulso que le ha dado su primer y exitoso cara a cara con Donad Trump, viajó este jueves a Carolina del Norte, un territorio que los demócratas no ganan desde que Barack Obama lo conquistó en 2008. Trump lo recuperó en 2020 por tan solo 1,3 puntos porcentuales, ahora que la mayor diversificación de su población actual podría devolver el territorio a los demócratas este año.

Por su parte, el expresidente, que sigue insistiendo en que el martes venció a su rival en Pensilvania a pesar de que sus aliados, entre bambalinas, hacen recuento de daños, ha preferido centrarse en Arizona, un estado que su partido ha ganado en casi todas las elecciones presidenciales desde la Segunda Guerra Mundial, pero que en el 2020 Joe Biden consiguió arrebatarles con una estrecha victoria. Aquí, la llegada de inmigrantes de estados demócratas y un cambio de mentalidad en los votantes de los suburbios, que se están alejando de los republicanos, podría dificultar el triunfo de Trump.

Aunque su partido sigue ganando en número a los demócratas en este territorio fronterizo, un tercio de los votantes son independientes, y esos son los que hay que conquistar. Trump ya estuvo hace dos semanas allí para lanzar ataques contra su rival por la cantidad de personas que están cruzando la frontera para buscar asilo, y su mensaje del jueves no se alejó de esa línea.

El republicano comenzó su mitin con una mala noticia, el anuncio de que otro aliado sale espantado por su manera de hacer política. Se trata de Alberto Gonzales, quien fue fiscal general en la época del presidente republicano George W. Bush. Este jueves, en una columna de opinión en el medio Político, reveló que «EE UU se acerca a unas elecciones críticas, y no puedo quedarme quieto mientras Donald Trump (quizá la amenaza más grave al Estado de derecho en una generación) contempla un regreso a la Casa Blanca. Por esa razón, aunque soy republicano, he decidido apoyar a Kamala Harris».

La demócrata, que mañana regresará a Pensilvania para seguir cosechando votos, debió recibir la noticia con alegría mientras conquistaba al electorado al sur del país. La decisión de González se produce después de que el todopoderoso vicepresidente también con George W. Bush, Dick Cheney, anunciase que votaría a favor de la demócrata. Cheney que en su día era la bestia negra del Partido Demócrata ahora se ha convertido en un aliado. Su hija, Liza Cheney, se ha convertido en una de las figuras del Partido Republicano que más ha combatido al trumpismo. Votó a favor de su impeachment y criticó su papel en el 6E.

En Carolina del Norte, donde ya hay 1,7 millones de papeletas impresas y más de 130.000 solicitudes de voto por correo, la maquinaria electoral está parada por orden judicial a la espera de que se impriman nuevas papeletas que no incluyan el nombre de Robert F. Kennedy Jr. El excandidato presidencial, que antes apoyó a los demócratas y después se ha aliado con Trump, pidió hace tiempo que se retirara su nombre de la papeleta, pero ya era tarde. Ahora quiere que los votantes reciban un sobre donde su nombre no sea una opción para no restar votos a su aliado republicano, y eso está impidiendo que arranque el voto anticipado que permitiría a los candidatos empezar a hacerse una idea del sentir del territorio.

Aprovechando el momento de confianza renovada, la campaña de Harris insiste en un nuevo cara a cara que el republicano parece estar tratando de evitar. Los demócratas están entusiasmados con el desempeño de su candidata, como capeó con elegancia y respeto los ataques personales y electorales de un Trump que iba poniéndose más y más nervioso por momentos, a medida que era consciente de que estaba perdiendo fuerza. Pero lejos de callar, el exmandatario vuelve a hacer uso de su herramienta más efectiva, dibujar al electorado la realidad que a él le interesa. «Bueno, ella quiere un segundo debate porque perdió esta noche, muy mal», dijo en una entrevista con ABC News.

De momento las encuestas nacionales muestran una ligera ventaja de Harris frente al republicano, y sin debate presidencial confirmado, todos los ojos están puesto ahora en el 1 de octubre, cuando tendrá lugar el primer cara a cara (y único de momento) entre los candidatos vicepresidenciales J.D. Vance, por el bando republicano, y Tim Walz, por el demócrata.