Cumbre en Camp David

EE UU, Japón y Corea del Sur rechazan el comportamiento "peligroso" de China

El presidente Biden trata de contrarrestar a China con una alianza con Kishida y Yoon

Camp David (United States), 18/08/2023.- (L-R) South Korean President Yoon Suk Yeol and US President Joe Biden listen as Japanese Prime Minister Fumio Kishida speaks during a joint press conference as part of their trilateral summit at Camp David, Frederick County, Maryland, USA, 18 August 2023. Biden hosts a trilateral summit with South Korean President Yoon Suk Yeol and Prime Minister of Japan Kishida Fumio to bolster relations and to discuss global security and trade issues. (Japón, Corea ...
EE UU, Japón y la República de Corea celebran una cumbre trilateral en Camp DavidMICHAEL REYNOLDSAgencia EFE

El enemigo de mi enemigo es mi amigo. Esa es la consigna que marca la relación entre Corea del Sur y Japón, y el mensaje que Estados Unidos ha querido incentivar en la primera cumbre trilateral entre Washington, Seúl y Tokio. Para el encuentro se ha escogido nada más y nada menos que la residencia de descanso presidencial Camp David. Esta base ubicada en las montañas de Catoctin, en el estado de Maryland, apenas a una hora de la capital, es un tatuaje de la naturaleza diplomática estadounidense y sus alcances. La Casa Blanca lanza un desborde de elegancia con sus aliados asiáticos, a quienes quiere más cerca que nunca ante el avance de China en la región del indo-pacífico. «No puedo pensar en un mejor lugar que este para hacerlo», explicó Joe Biden en la rueda conjunta final.

Los tres mandatarios repudiaron ayer el comportamiento «peligroso» y «agresivo» de Pekín en el Mar de la China meridional. Bautizado como «el espíritu de Camp David», el comunicado final usa un lenguaje duro para referirse a la actuación en el Mar de la China Meridional. La cumbre entre Joe Biden con sus homólogos Yoon Suk Yeol, de Corea del Sur, y Fumio Kishida, de Japón, ratifica que los tres países comparten graves preocupaciones mutuas sobre la búsqueda de dominación de China en ámbitos militares, tecnológicos, económicos y diplomáticos, así como amenazas igualmente agudas del programa de armas nucleares de Corea del Norte.

«Hemos hecho historia», aseguró el mandatario estadounidense «nuestro mundo está en un punto de inflexión que nos pide trabajar juntos», sentenció Biden, quien además dijo que «nos comprometemos a responder juntos ante las amenazas o crisis que afecten a cualquiera de nuestros países».

Para hacer frente a este escenario se anunció el establecimiento de una «línea directa de crisis», descrita como una «línea directa trilateral de última generación» que se utilizará en «momentos de crisis e incertidumbre». La Administración Biden advirtió, sin embargo, que la medida no debe interpretarse como una amenaza para ningún otro país de la región, en previsión de posibles reacciones de China.

Por supuesto Pekín no lo ve así. De hecho, horas antes de la cumbre el Gobierno de Xi Jinping criticó duramente la iniciativa, que describió como una «mini-OTAN». China ha advertido a los tres líderes que no se interpongan en el tema de Taiwán, en medio de las tensiones en el Estrecho y ahora que entre este bloque se acaban de firmar acuerdos también de cooperación militar.

El encuentro sirvió como excusa para el fortalecimiento de relaciones entre Seúl y Tokio, que históricamente han sido tensas. Ahora con el anuncio de que se reunirán periódicamente, parece que podemos dar por seguro el éxito de esta primera vez. Tanto Yoon y Kishida son reconocidos por haber invertido un capital político significativo para aliviar las tensiones entre los dos naciones, con agravios de larga data que van desde las atrocidades de derechos humanos de Tokio contra los coreanos durante la Segunda Guerra Mundial, disputas territoriales y problemas más contemporáneos de cuestiones económicas y medioambientales bilaterales.

Otro aspecto clave de la cumbre trilateral es la intención de normalizar la relación de trabajo entre Washington, Seúl y Tokio y aislarla contra las cambiantes políticas en cada país respectivo.

Como antesala, el presidente de Corea del Sur había visitado la Casa Blanca en abril pasado con el avance del proyecto nuclear de Corea del Norte como centro de debate. Entonces, Biden advirtió que «un ataque nuclear de Corea del Norte contra Estados Unidos o sus aliados y socios es inaceptable y supondrá el fin de cualquier régimen que lleve a cabo una acción de este tipo».

Ahora, lo ocurrido en Camp David marca un hito importante en la colaboración y fortalecimiento de los lazos de seguridad entre estos países. A pesar de las tensiones históricas y las preocupaciones actuales sobre China y Corea del Norte, los líderes dijeron que están trabajando en un enfoque de «diplomacia valiente» para avanzar hacia un compromiso más profundo.