Acercamiento diplomático
Xi Jinping viajará este lunes a Moscú en "una visita de paz" para hablar de la guerra de Ucrania con Putin
Los dos líderes seguirán impulsando la conectividad en base a los proyectos de las Nuevas Rutas de la Seda y de la Unión Económica Euroasiática
Después de consolidar su poder absolutoen China y facilitar un acuerdo entre Irán y Arabia Saudí, Xi Jinping visitará Rusia la próxima semana para mantener conversaciones con su homólogo, Vladímir Putin. Pekín se ha propuesto promocionar un plan para poner fin a la devastadora guerra de Ucrania, un planteamiento que ha recibido una mala acogida por los líderes occidentales, quienes lo critican por carecer de planes concretos y evitar exigencias que podrían perjudicar los estrechos lazos de las potencias.
China se encuentra en un "momento diplomático álgido" en su intento de convertirse en el "mediador honesto" de la paz en Ucrania, está a punto de emprender un bombardeo diplomático, reuniéndose con líderes de Rusia, Ucrania, Brasil y Estados Unidos en las próximas semanas.
Aunque las afirmaciones de neutralidad a lo largo de la guerra han sido cuestionadas, China se está perfilando ahora como un mediador para una reconciliación entre las partes y un alto el fuego. No obstante, mientras arrecia la contienda, un nuevo informe publicado por el medio Político afirma que empresas chinas, incluidas las vinculadas al Partido Comunista Chino (PCCh), han estado enviando a Rusia fusiles de asalto, piezas de aviones no tripulados y chalecos antibalas entre otros.
A pesar de todo, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, declaró que el objetivo perseguido con el desplazamiento era promover la paz mundial. "Creemos que el diálogo político es la única vía para resolver conflictos y disputas. Mostrar las espadas, las sanciones unilaterales y la presión extrema sólo intensificarán las contradicciones y aumentarán las tensiones, lo que no está en consonancia con los intereses y expectativas de la mayoría de los países del mundo", afirmó Wang.
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La visita de Estado supone el primer viaje de Xi a Rusia desde que Moscú invadió Ucrania en febrero del año pasado, aunque ha mantenido contactos con Putin y ambos se reunieron para mantener conversaciones sobre seguridad en Uzbekistán, el pasado mes de septiembre. La misión se produce después de que China publicara el mes pasado un plan de 12 puntos para "una resolución política de la crisis ucraniana", y luego de que el ministro de Asuntos Exteriores chino, en una rara llamada telefónica con su homólogo ucraniano el jueves, instara a negociar con Moscú.
Asimismo, el canciller chino, Qin Gang, expresó a Dmytro Kuleba su preocupación por el descontrol de la prolongada contienda e instó a negociar una solución política, afirmando que "siempre ha mantenido una postura objetiva y justa, se ha comprometido a promover la paz y a avanzar en las negociaciones, y pide a la comunidad internacional que cree las condiciones para para entablar conversaciones pacíficas".
El esperado encuentro entre los mandatarios se produce en un momento en que los lazos estadounidenses, tanto con China como con Rusia, sufren un deterioro cada vez mayor. El ejército estadounidense hizo público este jueves un vídeo desclasificado en el que se aprecia cómo un caza ruso acosa y colisiona con un avión no tripulado norteamericano sobre el Mar Negro, una agresión que, según funcionarios de la casa Blanca, fue aprobada por los dirigentes del Kremlin.
Asimismo, las tensiones de Washington con el gigante asiático se han disparado a causa de Taiwán, los interrogantes sobre los orígenes de Covid-19, un acuerdo sobre submarinos estadounidenses con Australia y Gran Bretaña, las exigencias de la Casa Blanca de que los propietarios chinos de TikTok vendan sus participaciones en la popular aplicación y el derribo de un globo de vigilancia chino, que fue detectado sobre territorio estadounidense.
En las últimas semanas, la administración Biden ha advertido de que China está contemplando intensificar su apoyo a Rusia suministrando armas para utilizarlas en Ucrania. De hecho, el jueves, Politico informó citando datos aduaneros, que Empresas chinas enviaron armas a Rusia entre junio y diciembre de 2022, en lo que parece ser la primera prueba documentada del suministro chino a empresas rusas productos de doble uso, "para aumentar discretamente su ayuda y evitar al mismo tiempo las represalias con las que los funcionarios de Washington y Europa han estado amenazando en las últimas semanas", escribió el medio.
La publicación afirma que China North Industries Group Corporation Limited, uno de los mayores contratistas estatales de defensa del país, envió fusiles a una empresa rusa llamada Tekhkrim que también hace negocios con el Estado ruso. Los fusiles CQ-A, basados en el modelo M16 pero etiquetados como " de caza civiles" en los datos, han sido utilizados por la policía paramilitar en China y por las fuerzas armadas de Filipinas, Sudán del Sur y Paraguay.
Pekin ha negado tajantemente dichas acusaciones. "La posición y el enfoque de este país han sido coherentes, en marcado contraste con el doble rasero de algunos gobiernos en materia de venta de armas y la práctica de echar leña al fuego en la crisis ucraniana", aseguran.
Xi Jinping ha intentado mantener un rumbo "neutral" que preserve la asociación con Rusia al tiempo que protege sus intereses globales. Este equilibrio será más difícil de mantener a medida que se prolongue el derramamiento de sangre en Ucrania.
Sea cual sea el desarrollo de la cruenta guerra, el balance de poder en la relación bilateral se inclinará radicalmente hacia Pekín. La creciente confrontación de Moscú con Occidente implica que ahora Rusia depende más que nunca de China, desde el punto de vista geopolítico y económico, que en cualquier otro momento de la historia de ambos países. Para ambas partes, la asociación es demasiado importante como para fracasar.
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