Perfil
Karl Nehammer, un exmilitar duro contra la inmigración desafiado por los ultras en Austria
El canciller austriaco no ha logrado hasta hoy que los conservadores se recuperen de los escándalos de corrupción de Kurz
El conservador Karl Nehammer es un antiguo soldado y exministro del Interior que, ante el avance de la extrema derecha, aspira a ser confirmado como canciller federal y ser un garante de estabilidad, siempre con la promesa de mantener una "mano dura" contra la inmigración.
'¡Por un centro fuerte y estabilidad en Austria!', es el lema con el que Nehammer, de 51 años, se presenta a los comicios legislativos del próximo domingo al frente del democristiano Partido Popular (ÖVP).
Será la primera vez que este teniente de la reserva del Ejército federal austríaco se somete al voto ciudadano, pues asumió el cargo en 2021 como resultado de una cadena de renuncias, en medio de una crisis política que forzó la dimisión del entonces canciller, Sebastian Kurz.
En un trámite urgente, Nehammer fue nombrado en diciembre de 2021 por la dirección del ÖVP, tanto al frente de la formación democristiana como de la coalición con Los Verdes, que había subido al poder en enero de 2020.
De ocupar la cartera de Interior pasó así a asumir la jefatura del Gobierno y del partido en un momento complicado, con el país confinado por la pandemia y su partido lastrado con escándalos de corrupción en torno a Kurz y varios de sus colaboradores.
Mucho menos popular que Kurz, considerado el político austríaco más influyente de los últimos tiempos, Nehammer no ha logrado hasta hoy que el ÖVP se recupere.
Los últimos sondeos le vaticinan en torno al 25% de los votos, lejos del 37,5% que obtuvo Kurz en 2019, con lo que quedaría en segundo lugar, por detrás del ultranacionalista FPÖ (27%) y por delante del socialdemócrata SPÖ (20-21%).
Pese a ello, los expertos creen que el ÖVP formará con casi total seguridad parte del próximo Gobierno, pues es el único partido que no descarta aliarse con los ultras, aunque condiciona esa opción a que su líder, el controvertido Herbert Kickl, no forme parte del ejecutivo.
"No se puede formar Gobierno con alguien que se pierde en teorías de conspiración. ¡Herbert Kickl es un riesgo para la seguridad de nuestro país!", escribió Nehammer en su cuenta de X sobre quien fue su antecesor en la cartera de Interior.
Ambos compiten por acaparar sobre todo los votos de quienes quieren poner fin a la inmigración y se acusan mutuamente de no saber cómo lograr ese objetivo.
Nacido en Viena en 1972, el actual canciller, casado y con dos hijos, es un soldado de formación que en 1997 fue dado de baja del ejército con el grado de teniente de la reserva.
Tras trabajar como capacitador de instrucción para oficiales en el ministerio de Defensa Nacional y en otras entidades, completó un curso universitario de dos años en comunicación política.
Hasta hoy es miembro de una corporación estudiantil católica, una fraternidad conservadora que no admite a mujeres y está muy ligada al ÖVP, la formación en la que Nehammer desarrolló toda su carrera política y de la que fue su secretario general (2018-2020) antes de ser nombrado ministro del Interior.
En este cargo se destacó por aplicar una política intransigente hacia la inmigración, con polémicas medidas, como su orden de deportación de menores de edad que ya se habían arraigado en el país, o su rechazo categórico a dar acogida a refugiados afganos que huían de los talibanes tras haber colaborado con la OTAN.
Nehammer, que suele jactarse de la disciplina adquirida en las Fuerzas Armadas, ha patinado, sin embargo, con polémicos comentarios, como cuando afirmó que los niños en situación de pobreza pueden alimentarse con comida rápida porque es "barata".
En otra ocasión declaró que si la Unión Europea no conseguía frenar la carestía, lo único que les quedaría a los austríacos es recurrir al "alcohol o a los psicofármacos".
En ambos casos reaccionaba a uno de los aspectos más débiles de su campaña, el intento de defender una política que no logra impulsar el crecimiento económico y reducir lo suficiente la inflación.
Nehammer rechaza introducir nuevos impuestos y aboga por reducir los costes laborales y el impuesto sobre la renta, entre otras medidas que en su opinión permitirán la recuperación de la economía del país centroeuropeo.
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