Italia

Meloni impulsa la «madre de todas las reformas» para garantizar que quien sea elegido por el pueblo pueda gobernar

La primera ministra da un paso más para limitar el poder del jefe del Estado: «Se acabaron los gobiernos tecnócratas o los ejecutivos arco iris»

 Italian Prime Minister Giorgia Meloni speaks during a press conference, Rome, Italy, 03 November
La primera ministra italiana, Giorgia MeloniFABIO FRUSTACIAgencia EFE

El Consejo de ministros de Italia aprobó este viernes un proyecto de ley de reforma constitucional con el que aspira a introducir la elección del primer ministro por el voto directo de los electores para un mandato de cinco años y evitar así el nombramiento de ejecutivos tecnócratas.

«El objetivo es dar estabilidad y duración a los gobiernos, que han sido 68 en 65 años de Historia republicana con una duración media de 14 meses», subrayó la ministra para las Reformas Institucionales, Maria Elisabetta Alberti Casellatti.

Durante la rueda de prensa posterior, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, explicó que la reforma modificará cuatro artículos de la Constitución e incluirá una norma por la que en caso de dimisión o moción de censura a un primer ministro, éste sólo podrá ser sustituido por un parlamentario de la mayoría gobernante una vez haya superado el voto de confianza. Una situación que sólo podrá ocurrir una vez durante una misma legislatura, que en Italia dura cinco años.

Actualmente, el sistema italiano prevé que tras las elecciones, el partido o la coalición que ha obtenido mejores resultados en las urnas propone un candidato a posible primer ministro al presidente de la República.

Una vez aceptado por el jefe del Estado, el candidato debe someterse a un voto de investidura en el Parlamento, para lo que normalmente es necesario que los partidos alcancen pactos después de largas y complejas negociaciones.

Es el jefe del Estado, por lo tanto, quien tiene la última palabra para proponer al Parlamento un candidato a primer ministro, que puede ser incluso un técnico ajeno a la política, como ocurrió con el expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, o en 2011 con el también economista Mario Monti tras la dimisión de Silvio Berlusconi.

Pero también puede ser un completo desconocido, como ocurrió en 2018 cuando el Movimiento Cinco Estrellas y la Liga pactaron la formación de un Gobierno de coalición y propusieron como candidato a primer ministro a Giuseppe Conte, un abogado sin experiencia política. Una anomalía típicamente italiana con la que Meloni quiere acabar.

«Nuestro objetivo es garantizar que quien sea elegido por el pueblo pueda gobernar durante una legislatura», declaró la primera ministra Meloni, quien calificó como «la madre de todas las reformas que se pueden hacer en Italia» y añadió que es la única manera de que quien es «elegido en las urnas pueda tener una legislatura entera en el horizonte para llevar a cabo su proyecto y garantizar estabilidad».

Una vez que llegue al Parlamento, el proyecto de ley deberá obtener la aprobación de dos tercios de ambas cámaras para ser aprobado, por lo que Meloni deberá negociar con el resto de partidos, que ya han mostrado su oposición. Antes de ser ratificado, además, la reforma podrá ser sometida a un referéndum.

«Cargamos sobre nuestras espaldas una responsabilidad histórica: consolidar la democracia de la alternancia y llevar finalmente a Italia a la Tercera República», adelantó la semana pasada Meloni. La reforma constitucional fue una de las principales promesas de la líder de Hermanos de Italia durante la campaña electoral de 2022.

La primera ministra subrayó que en los últimos años el país transalpino ha tenido nueve primeros ministros y 12 gobiernos.

«O los políticos italianos son peores que los franceses o los alemanes, que no creo, o es el sistema el que está mal», defendió.

«Se acabaron los Gobiernos tecnócratas o los ejecutivos arco iris».

El proyecto también incluye la supresión de los senadores vitalicios designados por el presidente de la República, por lo que sólo los expresidentes tendrán derecho a un escaño perpetuo en la Cámara Alta y no quienes demuestren «méritos en el campo social, científico, artístico y literario», como sucede en la actualidad.

Una prerrogativa que permitió al actual jefe de Estado, Sergio Mattarella, nombrar senadora vitalicia en 2018 a la superviviente del Holocausto italiana Liliana Segre, quien a sus 93 años se ha mostrado muy crítica con el actual Ejecutivo por su política migratoria.

La mayoría de los partidos en la oposición se mostraron contrarios al proyecto de reforma constitucional. La secretaria del Partido Demócrata, Elly Schlein, adelantó que no lo apoyará, mientras que el ex primer ministro Matteo Renzi, líder del pequeño partido centrista Italia Viva, quien dimitió en 2014 tras fracasar el referéndum por él impulsado que aspiraba a suprimir el Senado, se mostró dispuesto a estudiar la reforma de Meloni.