Reacciones

Un ministro crítico con Netanyahu censura el plan para Gaza pero elude decir si lo saboteará

El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, lo tilda de "rotundo fracaso diplomático". La gran mayoría de la clase política recibe con satisfacción el acuerdo

(Foto de ARCHIVO) FILED - 05 September 2019, Israel, Tel Aviv: Then Israel's Minister of Transportation Bezalel Smotrich speaks at a press conference on "Channel 12". Photo: Ilia Yefimovich/dpa 05/09/2019 ONLY FOR USE IN SPAIN
El ministro de Finanzas, Bezalel SmotrichDPA vía Europa PressEuropa Press

El día después de las grandilocuentes palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciando la “paz eterna en el Medio Oriente” como objetivo final de su plan de 20 puntos para acabar con la guerra en Gaza, y la cara de palo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Israel amaneció con las reacciones políticas locales, en su gran mayoría, positivas.

El plan exige un alto el fuego, la liberación de rehenes por parte de Hamás en un plazo de 72 horas de la aceptación por las partes, la liberación de cerca de 2000 presos palestinos, entre ellos 250 con cadenas perpetuas, el desarme de Hamás y la retirada gradual de Israel de Gaza, seguido de una autoridad transicional de posguerra encabezada por el propio Trump y el británico Tony Blair.

La nota discordante en el mar de elogios israelíes e internacionales al plan fue una extensa publicación en redes sociales del ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien lo calificó de "rotundo fracaso diplomático", pero no llegó a afirmar abiertamente que su partido intentaría torpedearlo.

Netanyahu, en un podio contiguo al de Trump, afirmó el lunes aceptar el plan y desde entonces lo ha defendido de las críticas de la derecha, prometiendo no permitir el establecimiento de un Estado palestino ni la retirada total de las tropas israelíes de Gaza. Si bien ambos están estipulados en el acuerdo. Ben-Gvir aún no se ha pronunciado públicamente.

Deshacerse de las ataduras de Oslo

El acuerdo, escribió Smotrich haciendo referencia al único pacto firmado en los años 90 con los palestinos que apuntaba a la creación de un Estado palestino, es una “oportunidad histórica perdida para finalmente liberarnos de las ataduras de Oslo, un rotundo fracaso diplomático, que nos hace cerrar los ojos y dar la espalda a todas las lecciones del 7 de octubre”.

Añadió: “En mi opinión, esto también terminará en lágrimas”, y afirmó que la situación es un “caso trágico de liderazgo que se abstiene de cualquier visión”.

Smotrich también expresó su esperanza de que la “obstinación” de Hamás frustrara el acuerdo.

Se quejó de que el plan, que prevé una fuerza de seguridad liderada por árabes y un gobierno palestino independiente para gestionar los asuntos en Gaza, marca el regreso a una era de conversaciones de paz entre israelíes y palestinos a la que se opone firmemente.

“Dada la reticencia inicial del primer ministro Netanyahu a conquistar Gaza… ¿es esto lo máximo que se puede lograr ahora mismo?”, se preguntó. “Son buenas preguntas. Consultaremos, consideraremos y decidiremos, con la ayuda de Dios”.

El Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas, que reúne a la mayoría de los familiares, criticó al Smotrich por sus comentarios, diciendo que "si no fuera por el sabotaje cometido por usted y sus aliados, se podría haber evitado el asesinato de 42 rehenes que fueron secuestrados vivos y murieron en cautiverio de Hamas".

“No buscan seguridad, sino conquista”, añadieron las familias. “El pueblo israelí no aceptará esto. Para nosotros, solo hay una imagen de victoria: todos los rehenes en casa, los evacuados de vuelta a sus comunidades y los soldados, regulares y reservistas, respirando de nuevo con sus familias y viviendo sus vidas”.

Incluso si Smotrich y Ben Gvir se retiraran del gobierno y lo hicieran caer, el primer ministro seguiría contando con una mayoría parlamentaria a favor del acuerdo.

Los que lo apoyan

Yair Golan, líder de la alianza izquierdista sionista Demócratas, afirmó que el acuerdo se ajusta al espíritu de su partido. Avigdor Liberman, presidente del partido ultranacionalista Yisrael Beytenu (Israel, nuestro hogar, en hebreo), publicó que “toda iniciativa que repatrie a todos los rehenes debe ser bienvenida”.

Naftali Bennett, ex primer ministro quien hace calentamientos antes de un regreso político, calificó el plan como "un paso difícil, pero necesario", dado el precio que Israel ha pagado durante dos años de guerra.

El líder de la oposición, Yair Lapid, también se pronunció a favor del plan.

“El plan de 20 puntos que Donald Trump presentó ayer no es perfecto, pero es la mejor opción”, publicó Lapid. “Hemos desperdiciado un año trágico de desastres personales y nacionales, un año en el que han muerto rehenes y soldados mientras nuestra posición internacional se desintegra ante nuestros ojos. Se nos ha acabado el tiempo”. Pero Lapid añadió que Netanyahu aún podría torpedear el acuerdo.

Algunos cercanos a Netanyahu también elogiaron el plan. El ministro de Turismo, Haim Katz, miembro del partido Likud del primer ministro, publicó en X que el acuerdo significa “el regreso de todos los rehenes, la eliminación de toda amenaza existencial y una generación de paz para los hijos de Israel, de cualquier manera y lo antes posible”.

El ministro de Economía, Nir Barkat, calificó la medida de “genialidad diplomática”, mientras que el ministro de Educación, Yoav Kisch, la calificó como un “acuerdo que conduce al logro de todos los objetivos de la guerra”.

El ministro de Cultura, Miki Zohar, agradeció a Trump y Netanyahu, afirmando que “Israel está construyendo la paz desde la fuerza”.

El ministro de Asuntos Exteriores, Guideon Sa'ar, por su parte, declaró que la aceptación del acuerdo por parte de Israel “no debería sorprender a nadie”, ya que Israel sigue “comprometido con los objetivos que establecimos” para la guerra, que incluyen destruir la capacidad militar y de gobierno de Hamás, liberar a los rehenes y garantizar que Gaza no represente una amenaza futura para Israel.

Sa'ar se mostró escéptico sobre si Hamás aceptaría los términos del acuerdo.

"Sabemos, basándonos en el pasado, que normalmente quieren abrir y cerrar, intentar cambiar los términos y eludir su implementación", añadió. “Pero ya veremos.”