Los misiles tierra-tierra, la mayor amenaza militar de Hamás contra Israel

El pasado sábado, la ofensiva a gran escala de Hamás puso en graves aprietos a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Estas se vieron sobrepasadas ante el sorpresivo ataque, con aproximadamente 5.000 proyectiles lanzados desde varios puntos de la Franja hacia suelo israelí. La densidad de fuego fue tan intensa que incluso la Cúpula de Hierro quedó sobrepasada. Las autoridades israelíes afirman que su sistema antimisiles logró interceptar el 90% de los proyectiles, lo que significaría que -al menos- 500 proyectiles consiguieron tocar tierra.

Esta capacidad de ataque con misiles tierra-tierra es la característica principal y la mayor fortaleza del arsenal de Hamás. En su inventario se pueden encontrar varios modelos de misiles con los que, en teoría, podrían impactar en casi cualquier parte del territorio israelí. Entre los sistemas más modestos se encuentran el Qassam, con un alcance de unos 10 kilómetros, y el Quds 101, que puede llegar hasta los 16 kilómetros de distancia.

También están los sistemas Grad y Sejil 55, capaces de alcanzar objetivos a 55 kilómetros de distancia. Sin embargo, hay sistemas aún más destacados, como el R-160 (120 kilómetros) e incluso el M-302, con capacidad para alcanzar objetivos a 200 kilómetros de distancia. Con esta potencia de fuego, las fuerzas de Hamás podrían amenazar objetivos tan críticos como Jerusalén o Tel Aviv.

Simultáneamente al ataque con misiles, se calcula que unos mil soldados de las Brigadas Ezzedine al Qassam (el brazo militar del movimiento islamista Hamás) atacaron a pie, consiguiendo saturar la defensa de las FDI y causando graves daños materiales y personales, además del secuestro de multitud de cuerpos sin vida de soldados israelíes. El fusil por excelencia utilizado por Hamás es el Ak-47, un arma que destaca no solo por su poder destructivo, sino también por su fiabilidad y por su bajo precio de fabricación y reparación.

A pesar de los esfuerzos de las FDI por contener el ataque, la ofensiva de Hamás puso en evidencia una capacidad armamentística que no debe pasarse por alto. Por lo que cabe preguntarse, ¿cuál es el origen de todo este armamento?

El pasado mes de junio, las Brigadas Ezzedine al Qassam expusieron algunas de sus armas más preciadas en el parque de la Plaza del Soldado Desconocido, al oeste de la ciudad de Gaza. Entre el armamento de la exposición se pudo ver una gran colección de misiles, como los kornet rusos, fusiles y lanzadores antiaéreos e incluso un avión no tripulado ‘shihab’. Esta gran colección de armamento procede de la que parece ser otra de las grandes fortalezas del grupo islámico, que es su capacidad para el contrabando, capaz incluso de burlar al mossad.

Una parte considerable de su armamento es de fabricación propia, confeccionado en un complejo sistema de fábricas en el interior del territorio, aunque contando con el asesoramiento técnico del exterior. Pero, aunque en el territorio se produce volumen, no es tanta la variedad. El grupo cuenta con varios auspiciadores, entre los que destaca la Guardia Revolucionaria de Irán, que suele ser acusada de estar detrás de grandes operaciones de contrabando a través de una extensa red de túneles en la Península del Sinaí.