Escisión
Nace en Alemania un partido de ultraizquierda para pescar entre los votantes de la ultraderecha
La diputada de Die Linke Sahra Wagenknecht quiere limitar la inmigración, frenar las sanciones a Putin o retrasar la transición verde
Por lo general, solo se escenifica un clamor mediático en las conferencias de prensa federales cuando el canciller Olaf Scholz interviene en la comparecencia anual de verano. O cuando lo hace Sahra Wagenknecht. La diputada de La Izquierda alemana (Die Linke) es una profesional de los medios. Rara es la semana en la que no interviene en algún programa de televisión o concede alguna entrevista. El lunes por la mañana anunció en Berlín, en una abarrotada conferencia de prensa, su salida de Die Linke y presentó una formación llamada BSW por "Bündnis Sahra Wagenknecht" (Alianza Sahra Wagenknecht) que conduciría a la creación de un movimiento político, que giraría enteramente en torno a ella, una controvertida y reconocida personalidad en Alemania. Un anuncio que podría ser la sentencia de muerte de una ya doliente izquierda, sobre todo porque otros nueve diputados quieren seguir a Wagenknecht lo que llevaría al partido a perder su estatus de grupo parlamentario en el Bundestag.
El paso dado por Wagenknecht no ha sorprendido a nadie. A pesar de ser la cara más famosa de su partido, han sido muy sonadas y constantes las críticas con algunos sectores de la formación con los que no solo estuvo en desacuerdo sino, como hizo en su libro “The Self-Justeous”, que acusó de “izquierdistas de estilo de vida”. En Alemania la gente lleva años “gobernando más allá de los deseos de la mayoría”, ha dicho en alguna ocasión al mismo tiempo que no se cansa de repetir que muchos ciudadanos han perdido la confianza en el Estado o que ya no se sienten representados por ninguno de los partidos existentes. Ahora, quiere establecer las bases de uno nuevo con el que llenar un vacío político en Alemania y, sin tapujos, ha señalado a los que votan al partido populista Alternativa para Alemania (Afd) solo por ira, no porque sean de derechas. "Ahora tendrán una dirección respetable", aseguró.
En lo que ya se entiende como su línea a seguir, Wagenknecht volvió a criticar duramente a la coalición del canciller Olaf Scholz y, en política económica, denunció las sanciones contra Rusia que han provocado la subida de los precios de la energía y advirtió sobre un éxodo de importantes industrias. También tenemos que alejarnos del “ecoactivismo ciego y sin planificación”. En cuanto a la migración, criticó que la inmigración no regulada agrava los problemas en las escuelas, especialmente en las zonas residenciales más pobres. A diferencia de La Izquierda, está a favor de un límite en la admisión de refugiados.
Presentó los cuatro temas centrales de la nueva alianza. El primer objetivo es una nueva política económica. Además, el partido debería hacer campaña por una “nueva justicia social”. Wagenknecht abordó, entre otras cosas, el salario mínimo y los niveles de pensiones. En tercer lugar, debería haber una nueva política de paz con menos intervención militar. El cuarto objetivo es “ampliar nuevamente el corredor de opinión en nuestro país”, añadió. Mientras que La Izquierda quiere acelerar la lucha contra el cambio climático, Wagenknecht critica que las bombas de calor o los coches eléctricos son solo para aquellos con mayores ingresos. El político de izquierda Gregor Gysi describe sus posiciones de la siguiente manera: "Quiere mezclar: política social como la izquierda, política económica como Ludwig Erhard y política de refugiados como la AfD".
A la conferencia en la que se presentó esta asociación también asistieron varios de sus compañeros de partido que seguirán formando parte de la facción de izquierda hasta que en enero se funde el partido. No obstante, de trasfondo no se puede obviar que si la formación se reduce a menos de 37 diputados, perdería su condición de grupo parlamentario y, por tanto, sus derechos o la financiación pública para, por ejemplo, organizar eventos y, sobre todo, para contratar empleados. Muchos corren ahora el peligro de perder sus trabajos. La dirección de Die Linke ha pedido a Wagenknecht y a sus seguidores que renuncien para que los diputados puedan ascender y mantener el estatus de grupo, pero Wagenknecht se niega a renunciar a su mandato.
El líder del grupo parlamentario de La Izquierda, Dietmar Bartsch, calificó la medida de "irresponsable e inaceptable". La presentación de la “Alianza Sahra Wagenknecht” es una provocación para los dirigentes de los partidos de izquierda. Está previsto que el nuevo partido se presente a las elecciones europeas de junio de 2024 y según Wagenknecht aspiran a presentarse a las elecciones regionales de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, aunqueo eso dependerá de cómo se hayan creado las asociaciones regionales para entonces y de qué candidatos tengan a nivel local. Aunque la AfD se sitúa en las encuestas por delante en esos tres estados, una encuesta de YouGov realizada en septiembre mostró que casi una de cada tres personas en el este de Alemania podría, al menos teóricamente, imaginarse votando por un partido de Wagenknecht. La competencia con el AfD, que también formuló Wagenknecht, es clara sobre todo en cuestiones sobre migración o cuando se critican las sanciones a Rusia. Los objetivos difieren en la política social, fiscal y europea.
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