Defensa

El Pentágono acelera su plan maestro: el segundo prototipo de su avión futurista B-21 ya surca los cielos

El programa del nuevo bombardero furtivo de Estados Unidos coge impulso con el primer vuelo de su segundo prototipo, el B-21 Raider, que ya se une al primero para acelerar las pruebas de armamento y sistemas de misión

El nuevo bombardero de EEUU B-21 Raider
El nuevo bombardero de EEUU B-21 RaiderUS Air ForceUS Air Force

El programa del bombardero furtivo más avanzado de Estados Unidos ha alcanzado un nuevo hito con el primer vuelo de un segundo prototipo del B-21 Raider. La aeronave despegó desde las instalaciones de la Fuerza Aérea estadounidense en Palmdale, California, en un evento que refuerza el avance de uno de los proyectos de defensa más secretos y prioritarios del Pentágono. Este segundo avión se une así al primer prototipo, que realizó su vuelo inaugural el pasado mes de noviembre.

De hecho, el vuelo siguió una ruta ya familiar para los observadores. El bombardero partió de la Planta 42, el legendario centro de producción de Northrop Grumman, y puso rumbo a la Base de la Fuerza Aérea de Edwards. Este destino no es casual, ya que Edwards es el principal centro de pruebas del país norteamericano, donde se evalúan las aeronaves más vanguardistas. Durante todo el trayecto, un caza F-16 actuó como escolta, una práctica habitual para monitorizar en tiempo real el comportamiento del nuevo avión.

Asimismo, la incorporación de esta segunda unidad a la flota de pruebas es una noticia de enorme trascendencia para el programa. Con dos B-21 operativos, los equipos de desarrollo podrán acelerar de manera drástica el calendario de ensayos, de acuerdo con la información recogida por The War Zone. Esto permite trabajar en paralelo en fases críticas, como la validación de sus complejos sistemas de misión y la futura integración de armamento avanzado. Esta capacidad será fundamental para desplegar las nuevas armas en desarrollo, como el que podría ser el nuevo misil hipersónico de Estados Unidos conocido como 'Barbanegra'.

Un programa que cumple plazos y presupuesto

Por su parte, la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que confirmó oficialmente el éxito de este segundo vuelo, ha insistido en que el proyecto avanza según lo previsto. Lograr mantenerse puntual y dentro del presupuesto asignado es un éxito considerable en un programa de esta envergadura tecnológica y estratégica. La compañía Northrop Grumman es la responsable de la construcción de los seis bombarderos de preproducción que sentarán las bases para la fabricación en serie.

En este sentido, los planes del Pentágono para el B-21 Raider son muy ambiciosos. El objetivo final es adquirir una flota de al menos cien de estos bombarderos de última generación, diseñados con capacidades furtivas muy superiores a las de sus predecesores, como el B-2 Spirit. Esta nueva plataforma está llamada a convertirse en la espina dorsal de la capacidad de ataque de largo alcance de Estados Unidos. De esta forma, el B-21 se integrará en una flota que busca mantener su superioridad tecnológica, un esfuerzo que también se refleja en la importante actualización que ha recibido el caza F-22 Raptor para hacer frente a nuevas amenazas.

Por todo ello, se espera que el B-21 entre en servicio operativo antes de que finalice la presente década, momento en el que se consolidará como una pieza clave en la estrategia de disuasión a largo plazo de Washington frente a otras potencias. Su diseño está pensado para penetrar las defensas aéreas más sofisticadas del mundo y garantizar la proyección de poder estadounidense en cualquier escenario global.