Testimonios

Prisioneros de guerra en Ucrania: “Dile a mi marido que ha nacido su hijo”

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha conseguido poner en contacto a 4.448 familias rusas y ucranianas con sus allegados presos

Carta de mensaje de un prisionero de guerra a su familia. Ésta es una carta de un detenido de Guantánamo expuesta en el museo del CICR en Ginebra.
Carta de mensaje de un prisionero de guerra a su familia. Ésta es una carta de un detenido de Guantánamo expuesta en el museo del CICR en Ginebra.CICR

Desde que comenzó la guerra de Ucrania, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha visitado a cientos de prisioneros rusos y ucranianos. Una de sass misiones de la Agencia Central de Búsquedas del CICR es poner en contacto a soldados en cautiverio y a sus familias a través, sobre todo, de cartas manuscritas. “Consideramos que esta labor de restitución de los vínculos familiares es fundamental", asegura Jesús Serrano Redondo, coordinador de Comunicación del CICR en Ucrania. "Ellos escriben mensajes a las familias y nosotros se los hacemos llegar y viceversa”, añade Serrano.

Los mensajes habituales son simples, pero tienen un gran poder para reconfortar a unos y a otros: “Estoy muy feliz de saber que sigues vivo”. “No veo la hora de que vuelvas y estar juntos de nuevo”. “Dile que su madre le está esperando en casa”. “La próxima vez que veas a mi marido dile que ha nacido su hijo”. Estos son algunos de los mensajes que Cruz Roja envía de forma habitual en la guerra. En lo que va de año, la organización ha conseguido comunicar a 4.448 familias y aún tiene abiertos más de 7.000 casos de búsqueda de familiares.

“El hecho de ser neutrales nos permite llegar a donde los demás no llegan y poder cruzar líneas del frente y abrir corredores humanitarios estando presentes donde la gente lo necesita”, asegura Serrano, que llegó a Ucrania hace casi siete meses. "Tenemos acceso a los prisioneros de guerra gracias al mandato otorgado por las convenciones de Ginebra. No compartimos públicamente información, pero si lo que vemos sobre la situación de los prisioneros no es acorde con las leyes internacionales, lo tratamos de manera bilateral con las autoridades de los países. No tenemos sesgo político ni somos activistas. Eso nos haría perder la confianza de las autoridades y perder el acceso a los prisioneros. Para nosotros es fundamental mejorar sus condiciones de vida”, explica el coordinador del CICR.

Jesús Serrano, coordinador de Comunicación del Comité Internacional de la Cruz Roja
Jesús Serrano, coordinador de Comunicación del Comité Internacional de la Cruz RojaCICR

Serrano se refiere a los límites establecidos por el Tercer Convenio de Ginebra, suscrito tanto por Rusia como por Ucrania, según los cuales todos los prisioneros tienen derecho a un trato humano y no pueden ser sometidos a represalias ni torturas. Sin embargo, existe constancia de que soldados de ambos países han sido torturados y maltratados durante su cautiverio. Así lo puso de relieve la jefa la misión de ONU Derechos Humanos en Ucrania, Matilda Bogner, al asegurar que la gran mayoría de los ex prisioneros de guerra ucranianos devueltos en intercambios entre Moscú y Kiev recibieron palizas y abuso sexual.

En los últimos meses han salido a la luz numerosos vídeos en los que aparecen soldados ucranianos y rusos ejecutados de forma sumaria: “Somos conscientes de esos videos. Lo que pedimos es que se respeten los protocolos de Ginebra. Esos prisioneros que se rinden y quedan fuera de combate deben ser tratados como civiles. No puede sufrir represalias ni recibir torturas”.

Cada cierto tiempo, miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja se acercan a las líneas del frente en el este de Ucrania para ayudar a la población civil. Hace unos días acudieron a entregar ayuda humanitaria a las localidades de Kostiantynivka (donde solo quedan 800 personas) y Chasiv Yar (con 1.500 habitantes), muy cercanas a Bajmut. El convoy humanitario llevó a los pueblos de la zona más de 1.500 kits de higiene con artículos esenciales como jabón, champú, dentífrico, cepillos de dientes, toallas sanitarias así como 800 lámparas solares y cientos de mantas para los residentes y las personas desplazadas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja tiene a 800 personas destacadas en Ucrania trabajando para paliar los desastres de la guerra. Muchos están en las regiones del este de Donetsk y Lugansk y en otras líneas del frente. En la localidad de Selydove entregaron hace pocos días diecisiete toneladas de alimentos –arroz, pasta, conservas y otros productos– y una tonelada de artículos de higiene. Según estimaciones de funcionarios locales, los productos son suficientes para que la población civil que permanece en esta comunidad se alimente durante un mes.

“Acabamos de llegar de Bajmut”, explica Serrano en una conversación telefónica. "La gente tiene miedo, los cohetes y las bombas pasan por encima de sus cabezas. La situación es catastrófica, hay mucha infraestructura civil destruida y la población que queda es siempre la más vulnerable, ancianos, niños y gente con movilidad reducida, muchos de ellos son desplazados que se van moviendo de pueblo en pueblo. Su situación es extrema, pasan mucho tiempo en los refugios con muy pocos medios”.

En la última misión de ayuda los convoyes de la Cruz Roja se acercaron a 20 kilómetros de Bajmut, en el este de Ucrania, para hacer entrega a los habitantes de la zona de agua y comida, lámparas solares, mantas y kits de higiene. “Vimos mucha destrucción, gente quiere dejar la zona pero no puede. La situación es bastante dramática. El conflicto evoluciona a cada momento. La situación, en mi opinión personal, no va a mejorar para la población civil”, asegura Jesús Serrano.

Uno de los aspectos que más le ha llamado la atención es la capacidad de resistencia del pueblo ucraniano: “Están sufriendo mucho, pero siempre están dispuestos a compartir lo poco que tienen. En Bajmut nos recibieron con una sonrisa y compartieron todo”.

Habiendo estado en destinos peligroso como el Sahel y Haití, Serrano asegura que nada es tan duro como lo que ha visto en Ucrania. No obstante, hace un llamamiento para no perder de vista otros conflictos: “El mundo se ha volcado con Ucrania, eso es bueno, pero hay que recordar que hay muchos otros conflictos que no tienen tanta visibilidad, hay muchas personas sufriendo y se necesita apoyo para que esas personas que tengan acceso humanitario en conflictos en África y Asia”.