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Protestas en Hong Kong: ¿Qué va a pasar ahora?

El investigador Andreas Fulda explica que los hongkoneses quieren independencia judicial mientras que en la China continental “el Partido Comunista chino controla el poder judicial: juega el papel de juez, jurado y verdugo al mismo tiempo”

Policías hongkoneses disparan gases lacrimógenos contra los manifestantes en Hong Kong. Las autoridades disolvieron por la fuerza la masiva concentración/ EFE
Policías hongkoneses disparan gases lacrimógenos contra los manifestantes en Hong Kong. Las autoridades disolvieron por la fuerza la masiva concentración/ EFElarazon

El investigador Andreas Fulda explica que los hongkoneses quieren independencia judicial mientras que en la China continental “el Partido Comunista chino controla el poder judicial: juega el papel de juez, jurado y verdugo al mismo tiempo”

La Policía hongkonesa ha disuelto la masiva protesta contra la polémica ley de extradición a China. Las autoridades de Hong Kong se empeñan en mantener un proyecto de ley que ha hecho saltar las alarmas de los organismos defensores de los Derechos Humanos. La mayoría de los ciudadanos de Hong Kong rechazan la ley de extradición y con sus protestas han conseguido que se posponga el debate en el Parlamento, pero no que la jefa del Ejecutivo, Carrie Lam, suspenda la propuesta legislativa. Ante esta crisis social y política, LA RAZÓN entrevista a Andreas Fulda, investigador sénior del Centro de Investigación Asiático de la Universidad de Nottingham. Para Fulda, autor de “The Struggle for Democracy in Mainland China, Taiwan and Hong Kong” (La lucha por la democracia en China continental, Taiwán y Hong Kong), Carrie Lam debería retirar la ley y dimitir “con el fin de minimizar el daño al pueblo hongkonés”.

¿Estamos ante la peor crisis política que ha vivido Hong Kong en las últimas décadas?

Estamos siendo testigos de una importante revuelta popular en Hong Kong. El domingo 9 de junio más de un millón de ciudadanos de Hong Kong protestaron de manera pacífica contra la ley de extradición propuesta. Esto significa que uno de cada siete residentes en Hong Kong salieron a las calles para hacerse oír.

Hoy, 12 de junio, hemos experimentado cómo decenas de miles de manifestantes rodearon el Consejo Legislativo (LegCo), el Parlamento de la ciudad de Hong Kong, y como consecuencia, evitaron que se produjera la segunda lectura de la controvertida propuesta de ley. En respuesta, la Policía de Hong Kong ha usado violencia desproporcionada para dispersar a las masas que se encontraban en frente de LegCo, al usar cantidades excesivas de gas lacrimógeno y al disparar balas de goma contra los manifestantes que se retiraban.

¿Continuará aumentando?

Esta crisis política está lejos de terminar ya que ninguno de los bandos se va a dar por vencido. La jefa del Ejecutivo Carrie Lam parece que no tiene oído y se niega a retirar la ley de extradición propuesta. Una legislación que, debido a las débiles salvaguardas, equivaldrá a legalizar el secuestro. Para muchos ciudadanos de Hong Kong que están protestando, la nueva ley es inaceptable: no solo es una amenaza para los críticos declarados de la ciudad y el Gobierno central también es un peligro para los empresarios que tienen lazos comerciales con China.

A pesar de las protestas, ¿realmente va a cambiar la relación con China?

Las protestas en Hong Kong se centran en una cuestión fundamental: ¿puede el “un país, dos sistemas” realmente funcionar si el cortafuegos anterior entre Hong Kong y China continental es eliminado?

Durante muchas décadas, Hong Kong se ha beneficiado de su independencia judicial y del Estado de Derecho. En la China continental, el Partido Comunista Chino está controlando el poder judicial: está jugando el papel de juez, jurado y verdugo al mismo tiempo. Esto significa que cualquiera que sea extraditado a la China continental no tendrá un juicio justo y es muy posible que sus derechos humanos sean violados.

Los habitantes de Hong Kong son particularmente conscientes de este problema debido al secuestro de cinco libreros, con residencia en Hong Kong por parte de agentes de seguridad chinos en 2015.

¿Por qué es la ley de extradición tan importante para la jefa del Ejecutivo Carrie Lam? ¿Puede retractarse?

A mi modo de ver, Carrie Lam o ha recibido instrucciones del Gobierno central o ha sentido que necesitaba ganarse el favor de Xi Jinping al tomar esta iniciativa.

En cualquier caso, ha calculado mal la respuesta del público hongkonés. Ahora se encuentra entre la espada y la pared. Si da carpetazo al proyecto de ley de extradición se convertirá en una jefa del Ejecutivo vista como un “pato cojo” y hará enojar al Gobierno central. Si no cede, entonces desencadenará días, si no son semanas, de agitación social y política en Hong Kong, con una alta posibilidad de protestas callejeras continuas y violencia.

Con el fin de minimizar el daño al pueblo hongkonés, Carrie Lam debería retirar el controvertido proyecto del ley y dimitir.