Elecciones

Putin se proclama ganador de unas presidenciales a su medida

El recuento provisional concede al presidente ruso un abrumador 88% de votos en unas elecciones sin la presencia de la oposición democrática

Las jornadas electorales que terminaron ayer no dejaron de ser un mero trámite para permitir a Vladímir Putin continuar otros seis años dirigiendo los designios de Rusia. La holgada victoria tras conseguir, según los resultados provisionales, el 87,97% de los votos emitidos da a Putin no sólo el poder, sino el apoyo de sus compatriotas para continuar con la campaña militar en Ucrania. Indirectamente, las elecciones de ayer eran un referéndum sobre la invasión, a pesar de que el resto de candidatos siempre se habían mostrado a favor de la «operación militar especial» lanzada por Putin en 2022.

La sombra de Alexei Navalni no dejó de estar presente a lo largo da la jornada de ayer. Muchos ciudadanos acudieron a la tumba del líder opositor en el cementerio de Borisovo en Moscú para depositar cerca de su tumba papeletas electorales. El disidente ruso, muerto el 16 de febrero mientras cumplía condena en la cárcel de Kharp, había lanzado la idea de que los que estuvieran en contra de Putin votaran a la vez a las 12:00 para mostrar con interminables colas su descontento con el eterno presidente ruso. La viuda de Navalni y sus antiguos colaboradores, la mayoría en el exilio, la promovieron activamente durante los últimos meses a través de las redes sociales. El resultado, aglomeraciones de gente en los alrededores de los colegios electorales de las principales ciudades del país, sobre todo en Moscú y San Petersburgo. «Mediodía contra Putin» fue seguida de manera inesperada, pese a la férrea vigilancia.

El éxito fue aún mayor en el exterior, donde numerosos vídeos compartidos por mensajería de redes sociales muestran filas kilométricas frente a las embajadas rusas repartidas por todo el planeta. Yulia Navalnaya, viuda de Navalny, asistió a la concentración en Berlín, donde se pudieron contabilizar al menos 2.000 personas.

Dentro de Rusia, y por motivos varios, se han contabilizado más de 74 detenciones. En algunos colegios se aprovechó la hora fijada por los opositores para cerrar durante algunos minutos. Se sabe que muchos de los arrestos se llevaron a cabo en contra de personas que habían utilizado la papeleta electoral para escribir mensajes de protesta. En el sur de Moscú un votante fue detenido tras ser descubierto que había escrito «Putin es un asesino» en la papeleta. Un ciudadano de San Petersburgo fue arrestado por la policía después de escribir «Malditos todos» en una certificación para el voto.

Numerosas organizaciones han denunciado trucos de los responsables de las mesas, como la utilización de bolígrafos cuya tinta desaparecía pasados unos minutos o el llenado de las urnas con papeletas de manera masiva antes y después del horario.

Cerca de 112 millones de rusos estaban llamados a las urnas en el país más extenso del planeta, con once husos horarios, en el que se ha puesto por primera vez en funcionamiento el voto telemático. El propio Putin hacía uso del mismo durante la jornada del viernes. Según adelantaba en la tarde de ayer la Comisión Electoral rusa, más de ocho millones de personas votaron por internet, algo muy criticado por la oposición, consciente de que esta modalidad de voto se prestaba al fraude.

La participación electoral superó la registrada en las elecciones de 2018, con un 73,33%, cifra que roza el máximo histórico en unas presidenciales, que es de 74,66% (1991), a falta de los datos definitivos. Ese porcentaje frente al 67% de 2018 es la baza del Kremlin para validar la farsa electoral.

En algunas regiones como Chechenia, se supero con creces ese listón llegando al 100% de participación. Por primera vez, colegios electorales de los territorios ocupados habilitaron urnas para facilitar el derecho al voto de los habitantes rusos.

El apoyo al resto de candidatos fue anecdótico. Nikolai Jaritonov, del Partido Comunista, viejo conocido de Putin que ya participó en las presidenciales de 2004, volvió a quedar en segundo lugar, con un pírrico 3,8%. Vladislav Davankov, del partido Gente Nueva, consiguió el 3,73% de los sufragios y Leonid Slutski, del Partido Liberal-Demócrata de Rusia, de perfil ultraconservador, fue respaldado por el 2,96 % de los rusos. La jornada tenía una significación especial, ya que se cumplían diez años de la anexión ilegal de Crimea, y se celebraron numerosos actos propagandísticos en todo el país.