El rehén israelí que escapó en un bombardeo y fue devuelto a Hamás por gazatíes que lo descubrieron en la huida

Roni Krivoi está en casa, en Israel, con los nervios a flor de piel y la memoria fresca. En los últimos 50 días ha vivido un auténtico calvario como rehén secuestrado en Gaza. Este joven que trabajaba como técnico de sonido en el festival Super Nova donde murieron masacradas más de 240 personas a manos de los pistoleros de Hamás fue trasladado a la Franja el 7 de octubre y escondido en algún lugar secreto por sus captores. Durante muchos días permaneció en cautiverio con otros israelíes secuestrados por el grupo islamista, pero el curso de los acontecimientos le permitió salirse del guión establecido y darle una oportunidad para escapar el infierno que estaba viviendo.

Según ha contado su tía Yelena Magid, Krivoi -de 25 años, con doble nacionalidad ruso-israelí-, logró escapar durante uno de los bombardeos sobre Gaza. Aprovechando el caos y la destrucción del edificio donde se encontraba, el joven corrió hasta alejarse del lugar donde había estado secuestrado. Sólo y alejado de Hamás, permaneció oculto durante unos días durante los cuales intentó llegar a la frontera con Israel. "No tenía la capacidad de entender dónde estaba ni adónde tenía que ir, por lo que no podía caminar en campo abierto. Estaba solo", añadió Magid.

Su aventura terminó al cabo de unas jornadas. Según ha relatado su tía, civiles de Gaza descubrieron a Krivoi en su huida y no tuvieron ningún remordimiento para entregarlo nuevamente a sus captores.

Tesgigo del sangriento festival del desierto

Krivoi ha tenido la suerte de ser liberado este domingo como parte del acuerdo entre Israel y Hamás para intercambiar a casi 50 ciudadanos hebreos por decenas de presos palestinos encarcelados en Israel. Se cree que su liberación es un gesto que Hamás ha hecho hacia la Rusia de Vladimir Putin, quien habría presionado al grupo islamista para dejar libre a uno de los dos ciudadanos ruso-israelí que formaban parte del grupo de más de 200 secuestrados el 7 de octubre.

"Le pregunté hoy: ¿Cómo te sientes? ¿Tienes pesadillas? Él respondió: sí, tengo pesadillas por la fiesta y el cautiverio, pero eso es bueno, significa que lo estoy llevando bien". Según relata el periódico Jerusalem Post, Krivoi sufrió heridas en la cabeza durante el derrumbe del edificio en el que se encontraba, "pero está bien", matizó su tía.

Krivoi presenció aquel fatídico 7 de octubre una insólita e inesperada matanza en el festival de música electrónica en el desierto de Negev, cerca de Reim, donde miembros de Hamás y otros grupos terroristas palestinos asesinaron a sangre fría a decenas de jóvenes y violaron a mujeres que disfrutaban del certamen a primera hora de la mañana.

Nacido en Israel en el seno de una familia rusa y descrito por su hermano como una persona de gran fortaleza física y mental, Krivoi comienza ahora un largo proceso para asimilar todo lo que le ha ocurrido a él y a las personas a las que vio morir durante la matanza en el festival así como a los rehenes con los que compartió destino durante 50 días.