
Moscú
Rusia y Reino Unido se enzarzan una inoportuna crisis diplomática con la expulsión de dos británicos acusados de espionaje
La orden se toma después de que la justicia británica condenara a siete búlgaros acusados de espiar para Moscú
Por si las tensiones políticas y militares a costa de la guerra de Ucrania no fueran suficientes, Londres y Moscú se han visto ahora inmersos en una crisis diplomática con expulsiones, condenas y acusaciones mutuas de espionaje.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia, la oficina de inteligencia encargada de la protección interna del país y de la defensa de los intereses de seguridad, acaba de anunciar este lunes la orden de expulsión de dos diplomáticos británicos bajo las sospechas de haber realizado labores de espionaje.
Los dos diplomáticos tienen un plazo de dos semanas para abandonar el país, según precisó el FSB en un comunicado difundido por los medios locales.
A estos dos miembros de la delegación diplomática del Reino Unido en Rusia se les acusa de haber entregado información falsa para obtener el permiso de entrada en el país, una sospecha que se completa con otra mucho más usual en este tipo de pulsos diplomáticos, la siempre genérica sombra de que "se han detectado indicios de espionaje en sus actividades", según la denuncia recogida por la agencia Efe.
"Por estas razones, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, en colaboración con los servicios correspondientes, decidió revocar las acreditaciones de Alkesh Odedra y Michael Skinner", señaló el FSB, que añadió que ambos deben abandonar el país en un plazo de dos semanas.
Odedra es segundo secretario de la embajada del Reino Unido, mientras que Skinner es esposo de una primera secretaria de la legación británica.
El FSB recalcó que la aportación de información falsa en la solicitud de entrada a Rusia está sancionada por la ley.
La medida se toma depsués de que la justicia británica desarticulada una banda de espías búlgaros al servicio de Moscú. El grupo, conocido como "la banda de los minions", estaba formado por Katrin Ivanova, de 33 años; Vanya Gaberova, de 30, y Tihomir Ivanchev, de 39, que fueron hallados culpables este viernes por un jurado en el tribunal penal londinense de Old Bailey, que los sentenciará entre el 7 y el 12 de mayo.
Previamente, admitieron su responsabilidad otros tres colegas -Orlin Roussev, de 47 años; Biser Dzhambazov, de 43; y Ivan Stoyanov, de 34-, que también serán sentenciados.
Los seis fueron detenidos el año pasado y acusados de recopilar información útil para un enemigo entre agosto de 2020 y febrero de 2023, así como, en algunos casos, de poseer documentación falsa.
Según se supo durante el proceso, que empezó en octubre, participaron en una serie de operaciones de vigilancia y obtención de información destinada al servicio de inteligencia ruso GRU.
Su mando directo era el agente Jan Marsalek, de 44 años, un empresario austríaco buscado por la Interpol, que actuó como intermediario entre la inteligencia rusa y el cabecilla Orlin Roussev, que recibió más de 200.000 euros para financiar las actividades ilícitas, informa Efe.
En una redada en el centro de operaciones de Roussev, situado en una casa en la localidad costera inglesa de Great Yarmouth, se encontró software de espionaje, con dispositivos audiovisuales escondidos en objetos cotidianos como una piedra, corbatas de hombre o un peluche de los Minions -como al perecer se apodaba la banda-.
También se halló equipamiento para fabricar documentos de identidad falsos, y en el apartamento de Ivanova y Dzhambazov en Londres se encontró un alijo de pasaportes ilegales.
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