Suecia, objetivo número uno del yihadismo por la quema de Coranes

Varios grupos terroristas, incluidos Al Qaeda y el Estado Islámico, habían pedido recientemente ataques de venganza contra Suecia después de una serie de controvertidas protestas por la quema del Corán en Estocolmo y otras partes del país.

Desde Estocolmo, el Primer Ministro, Ulf Kristersson, expresó que sus pensamientos están con los muertos, los heridos y sus familiares en el atentado de Bruselas que se ha cobrado la vida de dos ciudadanos suecos. Informó que había hablado con su homólogo belga, Alexander De Croo, y que la oficina gubernamental y las autoridades responsables están trabajando intensamente para obtener toda la información relevante sobre lo sucedido y "lo que están haciendo las autoridades belgas para evitar nuevos actos de violencia".

"Ahora el Ministerio de Asuntos Exteriores enviará un SMS a todos los suscriptores suecos en Bélgica. Se pide a los suecos presentes en el lugar que estén atentos y escuchen atentamente las instrucciones de las autoridades belgas", añadió Kristersson.

Mientras, Adam Samara, secretario de prensa de la policía de seguridad, sueca afirmó esta noche que la Säpo sigue muy de cerca el ataque en Bruselas. "Esta es una investigación que corresponde a la policía belga, pero la policía de seguridad tiene una estrecha cooperación con partes internacionales", explicó.

Samara recordó que apenas han pasado dos meses desde que se elevó el nivel de amenaza terrorista en Suecia. "Ahora tenemos una gran amenaza. Hemos visto desde hace mucho tiempo una evolución en la que Suecia se ha convertido en un objetivo más prioritario para el terrorismo islamista violento".

El tiroteo ocurrió apenas una hora antes de que Suecia jugara un partido de clasificación para la Eurocopa 2024 contra Bélgica en la ciudad. El mdeio belga Sudinfo informó que las víctimas vestían camisetas del fútbol sueco.

Martin Fredman, jefe de seguridad de la Federación Sueca de Fútbol, ​​declaró que su organización había mantenido una reunión con la UEFA y la Policía belga, quienes inicialmente decidieron que el partido debía seguir adelante.

Sin embargo, el partido se suspendió más tarde en el descanso con 35.000 aficionados retenidos dentro del campo. Los medios belgas informaron que los jugadores suecos no quisieron continuar el juego después del ataque.Los aficionados en el estadio mantuvieron la calma hasta que finalmente se les permitió salir poco antes de la medianoche.

El primer ministro belga criticó el "ataque desgarrador". "Acabo de ofrecer mis más sinceras condolencias al primer ministro sueco tras el desgarrador ataque de esta noche contra ciudadanos suecos en Bruselas", dijo De Croo en X, antes conocido como Twitter.

"Nuestros pensamientos están con las familias y amigos que perdieron a sus seres queridos. Como socios cercanos, la lucha contra el terrorismo es conjunta".

Por su parte, la líder socialdemócrata, Magdalena Andersson, pidió a los suecos en Bruselas que "escuchen las recomendaciones de las autoridades belgas" tras la "terrible noticia".

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lamentó que el ataque que dejó dos muertos en Bruselas el lunes por la noche fue "despreciable" y prometió unidad contra el terrorismo.

"Esta noche, mi pensamiento está con las familias de las dos víctimas del despreciable ataque en Bruselas", escribió la presidente de la Comisión Europea en X. "Extiendo mi más sincero apoyo a la Policía belga para que detenga rápidamente al sospechoso. Juntos, estamos unidos contra el terrorismo".

El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó el lunes que Europa había sido "sacudida" por un "ataque terrorista". "Hace unos minutos, Bruselas fue golpeada nuevamente por un ataque terrorista islamista que aparentemente, mientras les hablo, cobró la vida de al menos otros dos europeos, dos suecos", aseguró Macron durante una visita a Tirana (Albania).

Tras el ataque, Francia anunció que reforzaría los controles en su frontera con Bélgica. Bélgica, junto con Francia, ya había sido blanco de un ataque reivindicado por extremistas del Estado Islámico en marzo de 2016, en el principal aeropuerto de Bruselas y en el sistema de metro, que mató a 32 personas.