Testimonios

El sueño roto de un kibutz israelí que acabó con 108 muertos acribillados por Hamás: "Quemaron las casas para que saliera la gente y luego disparaban"

Al menos 108 personas murieron por los disparos de los terroristas de Hamás en esta tranquila comunidad situada cerca de Gaza

El kibutz Be'eri está situado a tan solo cinco kilómetros de la frontera de la Franja de Gaza, controlada por Hamás y sometida a un bloqueo desde el año 2007. En esta pacífica comunidad israelí vivían poco más de 1.000 personas, rodeadas de parques verdesy bien cuidados en un ambiente de fraternidad. Pero todo cambió de forma inesperada y dramática el pasado fin de semana.

Decenas de terroristas de Hamás muy bien armados llegaron en moto al lugar sobre las 7 de la mañana del sábado, apenas media hora después de haber cruzado el muro fronterizo que separa Gaza e Israel. En apenas unos minutos, los invasores mataron a decenas de vecinos -y más tarde a los soldados israelíes que acudieron a socorrer a las víctimas- en uno de los episodios más brutales y sanguinarios de la ofensiva islamista que ha conmocionado al mundo. Según la organización israelí de rescate ZAKA, cuando sus voluntarios llegaron al lugar de los hechos descubrieron 108 cadáveres.

Las imágenes de vídeo muestran a combatientes de Hamás disparando contra los habitantes del kibutz, algunos de los cuales fueron secuestrados, y registrando las casas en busca de objetos de valor. "Caminaban por Be'eri como si fueran dueños del lugar", dijo Haim Jelin, un superviviente del kibutz al medio "Ynet". "Dispararon indiscriminadamente, secuestraron a todos los que pudieron, y quemaron las casas de la gente para que tuvieran que escapar por la ventana donde esperaban los terroristas", añadió el superviviente.

Adi Efrat, otra testigo de los horrores de Be'eri, ha relatado al mismo periódico local cómo dos hombres la hicieron prisionera cuando salía del baño de su casa. Se la llevaron a otra vivienda y la dejaron allí esposada. "Trajeron a una madre con su hijo, estaba cubierta de sangre y temblando. Me dijo que su marido y su bebé estaban muertos". Entonces Efrat trató de calmarla diciendo que quizá no estuvieran muertos. Pero la madre insistió: “Les dispararon en la cabeza”. Juntas lloraron hombro con hombro hasta que los terroristas de Hamás se llevaron a Efrat, que finalmente pudo salvarse poco después cuando llegaron las fuerzas israelíes y la liberaron.

Según cuenta Times of Israel, este kibutz era conocido por su próspera imprenta, su cuidado entorno y su incipiente escena cultural.

El ataque contra sus instalaciones se produjo aproximadamente al mismo tiempo que terroristas de Hamás tomaba por sorpresa el festival de música Supernova, a sólo cinco kilómetros al sur. Allí dispararon a quemarropa a más de 250 personas y saquearon sus pertenencias.

Muchos de los habitantes del kibutz no corrieron mejor suerte. Miri Gad Mesika consiguió escapar del infierno y relató lo vivido al diario "Ynet": "No he dormido durante días. El humo espeso y el gas entraron a la casa a través de los enchufes eléctricos y los marcos de las puertas. Nos ahogamos con el humo mientras la casa ardía. Empapamos toallas con agua y nos cubrimos la cara, mientras mi esposo Eli mantenía cerrada la puerta del refugio tan fuerte como podía mientras los terroristas intentaban entrar”.

Tradicionalmente, los kibutz son comunidades agrarias que se hicieron muy populares en los primeros años de la creación del estado judío, fundados con ideales progresistas y basados en la vida comunitaria. Hoy en día viven en ellos unas 125.000 personas, según la Agencia Judía para Israel, y hay aproximadamente 250 kibutzim en todo Israel.