
Política migratoria
Trump cierra fronteras a los refugiados excepto a 59 blancos sudafricanos
Lo justifica por la discriminación que sufren estas familias afrikáner por la expropiación de sus tierras

E UU recibió en las últimas horas a 59 sudafricanos blancos que llegaron a Washington como parte de un grupo de refugiados bajo el argumento de que huyen de la discriminación y la violencia racial en su país de origen.
Los recién llegados pertenecen a la minoría étnica afrikáner, el grupo de blancos que gobernó Sudáfrica durante el «apartheid». Las decenas que han llegado, incluidas familias con niños pequeños, arribaron en un vuelo fletado por el Departamento de Estado. La polémica fue servida de inmediato. Su reasentamiento en Estados Unidos se da mientras la Administración Trump ha suspendido la admisión de refugiados provenientes de casi todos los demás países, incluidos Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo y Birmania.
Los afrikáners fueron recibidos a su llegada por el subsecretario de Estado, Christopher Landau, y el subsecretario de Seguridad Nacional, Troy Edgar. Landau señaló que la pausa del programa de refugiados de EE UU decretada por Trump incluía desde el principio excepciones cuando se consideraba que estaban en interés del país. Citó los casos en los que los refugiados «podían integrarse fácilmente a nuestro país». «Relatan historias muy desgarradoras sobre la violencia que enfrentaron en Suráfrica, la cual no fue atendida por las autoridades debido a una aplicación injusta de la ley», explicó el funcionario. «EE UU, como nos enorgullece decir, siempre ha defendido la justicia igualitaria ante la ley y la aplicación justa e imparcial de la misma».
La medida es consecuente con una orden ejecutiva emitida el 7 de febrero, en la que Trump dijo que EE UU ayudaría a reasentar a «refugiados afrikáners que escapan de la discriminación racial patrocinada por el Gobierno, incluida la confiscación de propiedades de manera discriminatoria por motivos raciales». El mandatario republicano condenó lo que calificó como el «impactante desprecio por los derechos de los ciudadanos» en ese país, señalando específicamente que el Gobierno surafricano había expropiado tierras agrícolas de afrikáners blancos sin compensación tras la aprobación de una ley.
Algunos blancos en Suráfrica y ciertos sectores de la derecha en EE UU creen que esa norma es un ataque directo a los agricultores blancos para quitarles sus tierras. El Gobierno sudafricano y varios expertos lo niegan, señalando que la ley permite la expropiación en casos en que la tierra no está siendo utilizada o cuando hay un interés público en su redistribución, de manera similar a las leyes de dominio eminente en EE UU.
Sin embargo, el debate en torno a esta norma se ha insertado en una narrativa más amplia en la derecha estadounidense sobre presuntos asesinatos masivos de agricultores blancos surafricanos, algo que Trump mencionó en su primer mandato y que su asesor Elon Musk ha calificado como «genocidio», aunque no existen datos que respalden esta afirmación.
«The New York Times» informó que, de las 225 personas asesinadas en granjas de Sudáfrica entre abril de 2020 y marzo de 2024, 101 eran trabajadores negros actuales o antiguos que vivían en las fincas. De ese número, 53 eran agricultores, quienes suelen ser blancos.
Al ser cuestionado al respecto, Trump afirmó que la excepción para los refugiados surafricanos no tenía relación con la raza. «Están matando a los agricultores», dijo a los periodistas. «Resulta que son blancos. Que sean blancos o negros no hace ninguna diferencia para mí. Los agricultores blancos están siendo brutalmente asesinados y sus tierras están siendo confiscadas en Suráfrica».
El vicejefe de Gabinete de la Casa Blanca y asesor de Seguridad Nacional, Stephen Miller, defendió el viernes la admisión de refugiados blancos. «Lo que está ocurriendo en Sudáfrica encaja perfectamente con la definición por la cual fue creado el programa de refugiados», dijo Miller. «Esto es persecución racial. El programa de refugiados no fue concebido como una solución para la pobreza global, aunque históricamente se ha usado de esa manera».
Mientras tanto, la Iglesia Episcopal estadounidense ha declarado que no participará en el reasentamiento de los afrikáners, luego de que el Gobierno federal le solicitara hacerlo bajo los términos de una subvención para reasentamiento de refugiados. El obispo presidente Sean Rowe escribió que la iglesia ha decidido terminar su trabajo con refugiados con el Gobierno federal al final del año fiscal, «a la luz del firme compromiso de nuestra iglesia con la justicia racial y la reconciliación, y nuestros lazos históricos con la Iglesia Anglicana del África Austral». «Ha sido doloroso ver cómo un grupo de refugiados, seleccionado de manera altamente inusual, recibe trato preferencial obre muchos otros», lamenta.
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