Claves de la cumbre

Trump lo da por hecho: España acabará gastando el 5 % en defensa, aunque diga que no

Las claves del gasto en defensa de OTAN y del compromiso de invertir el 5% del PIB para 2035

Los líderes de la OTAN acordaron en su cumbre de La Haya elevar al 5 % de su Producto Interior Bruto (PIB) el gasto en defensa para 2035, el mayor aumento de su historia; con España segura de que alcanzará los mismos fines que el resto de aliados con un porcentaje más bajo.

La declaración respaldada por los 32 aliados en La Haya establece un nuevo objetivo de gasto en diez años que se eleva al 5 % (un 3,5 % para gasto militar puro y un 1,5 % para gasto relacionado), desde el actual 2 % en vigor, lo que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, definió como un "salto cuántico" en la defensa colectiva.

La OTAN tiene una definición común de gasto de defensa desde principios de la década de 1950, acordada por todos los aliados, recordó hoy la Alianza en su página web. Se computa como gasto en defensa los pagos realizados por un gobierno nacional (excluyendo las autoridades regionales, locales y municipales) específicamente para satisfacer las necesidades de sus fuerzas armadas, las de los aliados o las de la Alianza.

Qué incluye el gasto en defensa

Un componente importante del gasto de defensa son los pagos a las Fuerzas Armadas, financiados con cargo al presupuesto del ministerio de Defensa, y que incluyen fuerzas terrestres, marítimas y aéreas, así como formaciones conjuntas, como administración y comando, fuerzas de operaciones especiales, servicio médico y comandos logístico, espacial y cibernético.

También pueden incluir partes de otras fuerzas del ministerio del Interior, policía nacionales o guardacostas, pero en estos casos el gasto se incluye solo en proporción a las fuerzas que están entrenadas en tácticas militares, equipadas como fuerza militar, pueden operar bajo autoridad militar directa en operaciones desplegadas y, de manera realista, pueden desplegarse fuera del territorio nacional en apoyo de una fuerza militar, precisa la OTAN.

Las pensiones de jubilación pagadas directamente por el gobierno a los empleados militares y civiles retirados de los departamentos militares y al personal activo están incluidas igualmente en la definición de gasto de defensa de la OTAN, así como los gastos de almacenamiento de reservas de guerra de equipo militar terminado o de suministros para uso directo por las fuerzas armadas.

Se incluye igualmente los gastos para operaciones de mantenimiento de la paz y humanitarias, la destrucción de armas, equipos y municiones, y los costos asociados con la inspección y el control de la destrucción de equipos. El componente militar de las actividades mixtas civiles y militares, pero solo cuando puede contabilizarse específicamente, también puede sumarse. Por ejemplo, se incluyen aeródromos, servicios meteorológicos, ayudas a la navegación, servicios de adquisición conjunta e investigación y desarrollo.

Los costes de investigación y desarrollo (I+D) o la asistencia militar y financiera de un aliado a otro, específicamente para apoyar el esfuerzo de defensa del receptor, se apuntan también como gastos, así como la asistencia militar y financiera a un país socio.

El gasto en infraestructura común de la OTAN se incluye en el gasto total de defensa de cada aliado únicamente en la medida de su contribución neta.

¿A qué se han comprometido los aliados?

En la cumbre de La Haya, los aliados se comprometieron a invertir anualmente el 5% de su PIB en necesidades básicas de defensa y en gastos relacionados con la defensa y la seguridad para 2035. Asignarán al menos el 3,5% del PIB anualmente a financiar las necesidades básicas de defensa y a cumplir los objetivos de capacidad de la OTAN, que son secretos. Los aliados acordaron presentar planes anuales que muestren una estrategia "creíble y progresiva" para alcanzar este objetivo.

Destinarán además hasta el 1,5% del PIB anualmente para, entre otras cosas, proteger infraestructuras críticas, defender redes, garantizar la preparación y resiliencia civil, innovar y fortalecer la base industrial de defensa. En 2025, se espera que todos los aliados cumplan o superen el objetivo previo de invertir al menos el 2% del PIB en defensa, que se pactó en la cumbre de la OTAN en Gales (Reino Unido) en 2014, tras la invasión rusa de Crimea.

Durante la última década, los aliados europeos y Canadá han aumentado constantemente su inversión colectiva en defensa, del 1,43% de su PIB combinado en 2014 al 2,02% en 2024. Al menos un 20% de ese gasto debe destinarse a equipos importantes, investigación y desarrollo para evitar que se vuelvan obsoletos, aumenten las brechas de capacidad e interoperabilidad entre los aliados y se debilite la base industrial y tecnológica de defensa.

¿Y España?

España, al igual que el resto de aliados, firmó la declaración final de la cumbre de La Haya, aunque alegó que solo necesitará gastar un 2,1 % de su PIB para cubrir las capacidades asignadas por la OTAN. "Piensan que pueden alcanzar los objetivos de capacidades con un 2,1 % del PIB; la OTAN dice que tiene que ser el 3,5 % como para todos los otros aliados", dijo Rutte el miércoles acerca de España.

También el presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró el viernes convencido de que el país acabará dedicando el 5 % de su PIB a defensa. "España no aceptó, pero lo hará, por supuesto que lo hará", dijo en un acto en la Casa Blanca.