Barcelona

JxCat y ERC, rotos por el plan B

Los republicanos y la CUP rechazan a Jordi Sánchez y el PDeCAT no acepta perder poder en el nuevo Govern.

El ex president volvió ayer a comparecer ante los medios desde Bruselas para insinuar que si su candidato a la presidencia no es elegido finalmente podría forzar la repetición de elecciones
El ex president volvió ayer a comparecer ante los medios desde Bruselas para insinuar que si su candidato a la presidencia no es elegido finalmente podría forzar la repetición de eleccioneslarazon

Los republicanos y la CUP rechazan a Jordi Sánchez y el PDeCAT no acepta perder poder en el nuevo Govern.

El paso al lado de Carles Puigdemont y su propuesta de situar como candidato a Jordi Sánchez han vuelto a aflorar las hostilidades que envuelven a los partidos independentistas y han demostrado lo alejado que sigue el acuerdo entre JxCat y ERC para formar un nuevo Govern. Si hasta ahora solo la CUP se había posicionado sobre Sánchez como posible candidato, y como adelantó LA RAZÓN, no es una figura que suscite la aprobación de la formación anticapitalista, ayer ERC expresó también su postura al respecto y se mostró en la misma línea.

Los republicanos, que tienen como premisa escoger a un candidato exento de causas judiciales para poner un marcha un Govern «efectivo» –es decir, Turull tampoco le agradaría como plan C–, manifestaron sus discrepancias con la elección de Sánchez, que consideran que tampoco podrá ser investido y pondrá en aprietos al presidente del Parlament, Roger Torrent, que se verá sometido a nuevas advertencias judiciales. Por ello, devolvieron un órdago a Puigdemont al aducir que la candidatura de Sánchez significaría romper «una línea muy defendida» por JxCat, que es la restitución del «Govern legítimo», y por tanto, a quien le correspondería sucederle sería a Oriol Junqueras. Lo cierto es que los republicanos tampoco pretenden convertir a su líder en nuevo president, pero sí que van a usar ahora su figura como instrumento de presión en las negociaciones.

En la misma línea, aunque con diferentes argumentos se expresó la CUP. La formación anticapitalista, que celebra hoy su Consejo Político donde decidirá si valida a Sánchez, consideran que el ex líder de la ANC no tendrá el suficiente valor para mantener la confrontación con el Estado por su condición de encausado. Por ello, ayer exigieron que el nuevo president debe tener la capacidad de implementar el proceso constituyente y avanzar hacia la República. Asimismo, y acerca de la posibilidad de que Esquerra concrete su idea de postular a Junqueras como candidato alternativo, pidieron que haga una propuesta formal antes de la cumbre de hoy para que también pueda ser valorada. En todo caso, Junqueras sí que contaría con el visto bueno de la CUP, y también de los «comunes», que siempre se han inclinado por ofrecer su respaldo a cualquier candidato de ERC y su rechazo a los de JxCat.

A pesar de esta nueva crisis entre JxCat y ERC, las negociaciones se retomaron ayer por la tarde en el Parlament, con el foco puesto sobre la estructura de Govern, el programa de legislatura y la alternativa a Puigdemont. Y aunque las conversaciones hasta ahora están siendo entre JxCat, ERC y la CUP, poco a poco el PDeCat también está intentando ganar presencia. Y es que en el seno de los neoconvergentes, que dieron un paso al lado en las elecciones del 21 de diciembre y cedieron todo el protagonismo a la plataforma que impulsó Puigdemont –JxCat–, corre un malestar con los negociadores de JxCat porque consideran que ERC está consiguiendo mejores áreas.

Por ello, mañana, que celebrarán un Consejo Nacional, pondrán el grito en el cielo contra Elsa Artadi, Eduard Pujol y Quim Torra como principales responsables de JxCat. Dirigentes del PDeCat expresaron ayer su cabreo a este diario con la candidatura de Puigdemont ya que consideran que el ex president se está llevando poder simbólico, mientras ERC, según apuntan las negociaciones, ya ha conseguido tres consellerias que agrupan el 80 por ciento del presupuesto de la Generalitat: Educación, Sanidad y Bienestar Social. Los neoconvergentes pretenden voltear esta situación y que JxCat acabe dirigiendo departamentos que supongan, como mínimo, el 50 por ciento de las cuentas anuales. Y si no acaban consiguiendo eso, aseguraron que, en todo caso, al final de las negociaciones los acuerdos también deberán obtener luz verde de la formación postconvergente, y por tanto, se plantean vetarlos.

Asimismo, fuentes cercanas a las negociaciones avanzaron a este diario que el acto que tenía previsto celebrarse este lunes en Bruselas para escenificar la puesta en marcha del Consejo de la República no tendrá lugar hasta el miércoles. En la capital belga, Puigdemont pretende diseñar una Generalitat paralela para poner trabajar en la preparación de la independencia: la idea es crear ese Consejo –compuesto por tres miembros de JxCat, tres de ERC y uno de la CUP–, que tendrá la función de Govern y será presidido por él, y crear una Asamblea de Representantes configurada por cargos electos. En cualquier caso, el ex presidente de la Generalitat, advirtió ayer en una entrevista en Rac1, tras proponer a Jordi Sánchez como altenativa, que no descarta volver a ser presidente de la Generalitat, y que si el ex líder de la ANC no es capaz de ser investido por impedimentos del Estado, no descarta una nueva convocatoria electoral.

Y precisamente ayer, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, ya avisó en esta línea y aseguró que que la candidatura de Sánchez le parece «fuera de la lógica y el sentido común», aunque precisó que será el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, quien dicte una orden penitencia para que pueda salir y acudir al Parlament a la sesión de investidura. En todo caso, la abogacía del Estado, aseguró, estará muy atenta a todo lo que suceda.

También la ANC contribuyó a alimentar la crisis en el independentismo, después de lamentar la decisión de Carles Puigdemont de renunciar a ser investido presidente de la Generalitat y deploró «el espectáculo de las últimas semanas» protagonizado por los partidos independentistas. En un comunicado, destacó que la renuncia de Puigdemont a la investidura «no era lo que miles de catalanes esperaban· porque, a su juicio, hay que restituir el Govern legítimo y hacer prevaler la declaración de independencia. Sin embargo, añadió que se mantendrá fiel a toda acción política que haga avanzar la República, por lo que convoca a la ciudadanía a una manifestación mañana para exigir al nuevo Govern que «obedezca el mandato del 1-O y ponga en marcha la Ley de Transitoriedad y las instituciones de la República». La manifestación, en Barcelona, terminará con un acto político para reclamar a los independentistas que cumplan lo prometido.