Vuelven los mocasines, y así se llevan esta temporada

En los últimos tiempos parece haberse convertido en un calzado recurrente, sobre todo en cuanto llega el otoño. Hemos visto con sorpresa su furor cuando la calle e Instagram se llenaban de mil y un modelos con suela track, siendo un diseño de Prada quizás el culpable de toda esa plaga. Pero lo cierto es que tras años de reinado absoluto de diseños más bien toscos y con suelas gruesas e incluso plataformas, los mocasines más tradicionales vuelven a la partida, y tu también vas a caer enamorada de ellos.

Su origen se remonta a la época de la conquista de Norteamérica. Y es que este calzado ya era usado por los nativos americanos que los fabricaban con pieles sin curtir y, normalmente, carecían de suela o tenían una suela muy blanda. A los colonos les gustó este tipo de zapato y rápidamente se popularizó entre los emigrantes al nuevo continente. Posteriormente alcanzó Europa y su éxito no fue menor.

Tradicionalmente asociado con un estilo clásico y elegante, lo cierto es que pocos zapatos pasan tan poco de moda como unos buenos mocasines de piel, con permiso quizás de las bailarinas. Su uso está tan popularizado que incluso es el calzado obligatorio de muchos uniformes, especialmente de colegio. De ahí su inherente toque college.

Casas tan míticas del mundo de la moda, como es el caso de Gucci, llevan años triunfando con este solo producto. Incluso uno de sus diseños llega a convertirse en personaje secundario de la película sobre la firma, “La casa Gucci”. Y es precisamente ese tipo de modelo la línea que ahora está triunfando entre las tendencias actuales.

Mocasín de piel con detalle de hebilla, de Zara (39,95 euros)

Mocasín piel antifaz, de Mango (69,99 euros)

Mocasín de piel con hebilla, de Parfois (39,99 euros)

Mocasín piel hebilla metálica, de Massimo Dutti (79,95 euros)

Mocasines de mujer en burdeos de piel antik con adorno de flecos y borlas, de Castellano (129,90 euros)

A saber, plano, de piel pero siempre blanca, no demasiado dura ni rígida, punta ligeramente redondeada, y casi siempre el detalle de la hebilla ecuestre, un toque que rememora también a sus orígenes, si bien es cierto que también se acepta el detalle de antifaz o incluso los clásicos borlones. Y mientras la piel sea el material principal, es igual de válida que venga en forma de charol, ante, troquelada o piel lisa.