Productos

Laura Varo, experta en hogar, sobre la cantidad de jabón adecuada al hacer una limpieza: "Es un mito"

La especialista revela que algunas rutinas de limpieza cotidianas pueden engañarnos más de lo que creemos

Ni detergente ni jabón: los dos ingredientes para eliminar la grasa de las bandejas del horno
Existe la creencia de que usar más jabón implica un mejor resultado al limpiarPixabay

Las tareas domésticas acumulan creencias que pasan de generación en generación y que no siempre responden a la realidad. Laura Varo, experta en limpieza del hogar, ha reunido cinco de los mitos más extendidos para explicar por qué conviene desterrarlos y adoptar prácticas más seguras y eficaces en el día a día. Su análisis parte de hábitos comunes que, pese a parecer inofensivos, pueden reducir la calidad de la limpieza o incluso dañar superficies.

Uno de esos mitos gira en torno al uso del detergente. "Cuanto más jabón se usa, más limpio queda" es, según Varo, "un mito". El exceso de producto no garantiza mayor higiene y, de hecho, los residuos mal enjuagados pueden favorecer la presencia de bacterias. Por ello, insiste en la importancia de aclarar bien cada superficie o prenda tras aplicar el detergente, evitando que queden restos activos que comprometan el resultado final.

Mitos que conviene revisar

Otro de los remedios populares que más se ha extendido es el uso del vinagre como solución universal. Aunque funciona en ciertos contextos, su acidez puede dañar materiales sensibles como la madera o el granito, provocando manchas o un deterioro progresivo. La experta recomienda reservarlo únicamente para superficies donde no exista riesgo de corrosión y optar por productos específicos cuando se trate de materiales delicados.

El polvo es otro terreno fértil para los malentendidos. "El plumero solo mueve el polvo, no lo recoge", señala Varo, que aconseja cambiarlo por un paño de microfibra ligeramente humedecido con un limpiador adecuado. Esta herramienta retiene mejor las partículas y evita que vuelvan a dispersarse. En el caso del suelo, recuerda que la aspiradora es un buen complemento para eliminar la suciedad acumulada de forma más profunda.

La experta también pone el foco en los guantes, una protección habitual pero mal gestionada. Tras cada uso, deberían lavarse con detergente y vinagre, aclararse a fondo y dejarse secar al aire. Solo así se evita que se conviertan en un entorno propicio para microorganismos. Por último, Varo desmonta la creencia de que la lejía es la solución para todo: aunque es un desinfectante potente, no limpia la suciedad y puede resultar agresiva para numerosas superficies. Su recomendación es reservarla para casos concretos y optar por alternativas más suaves y especializadas para las tareas cotidianas.