
Semana de la Moda 2025
Jonathan Anderson: del niño que soñaba con el teatro al nuevo director global de Dior
Jonathan Anderson debutó como director creativo global de Dior con una colección masculina que mezcla la sastrería histórica con un aire juvenil y excéntrico

Jonathan Anderson nunca planeó convertirse en uno de los diseñadores más influyentes de su generación. Nacido en Irlanda del Norte en 1984, su primer sueño fue el teatro. Estudió interpretación en Washington D.C., pero no tardó en descubrir que lo que realmente le fascinaba era la construcción de personajes… a través de la ropa.
Esa inquietud lo llevó de vuelta a Irlanda, donde trabajó como vendedor en una tienda de ropa masculina. Allí se obsesionó con las colecciones de diseñadores como Hedi Slimane y Tom Ford, un interés que marcaría el inicio de su trayectoria en la moda.
Tras formarse en el London College of Fashion de Londres y colaborar con Prada como visual merchandiser, fundó su propia firma, JW Anderson, en 2008. Su visión, alejada de los códigos tradicionales de género, rápidamente llamó la atención de la industria: en 2013, con solo 29 años, fue nombrado director creativo de Loewe, la histórica casa española perteneciente al grupo LVMH.
Durante once años, Anderson transformó Loewe en una de las firmas más influyentes del panorama actual, combinando artesanía, innovación y un lenguaje propio. Su defensa de la moda sin barreras de género y su enfoque experimental lo convirtieron en una de las figuras más respetadas del sector.

A comienzos de este año, Anderson anunció su salida de Loewe. Apenas unos meses después, se confirmó lo que muchos anticipaban: es el nuevo director creativo global de Dior, convirtiéndose en el primer diseñador, desde Christian Dior, en liderar todas las líneas de la maison.
Su debut al frente de Dior Homme, presentado en la colección primavera-verano 2026, no ha pasado desapercibido. Anderson revisita los códigos clásicos de la casa, pero desde una óptica contemporánea y libre. El desfile, celebrado en un espacio inspirado en la Gemäldegalerie de Berlín, combinó referencias históricas como fracs y chalecos del siglo XVIII con piezas urbanas, pantalones remangados, calzado fluorescente y reinterpretaciones de los icónicos accesorios de la firma.
Entre los detalles que más han llamado la atención están los book tote forrados con portadas de obras de Baudelaire o Truman Capote y un Lady Dior transformado en colaboración con la artista Sheila Hicks, utilizando crin de caballo de lino puro.
A sus 40 años, Jonathan Anderson asume uno de los retos más complejos del sector: reinterpretar el legado de Dior en un momento en que la industria pide innovación, pero también respeto por la herencia. Su debut ha dejado claro que la historia no es un límite, sino un punto de partida.
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