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Veto a Rocío Carrasco en la boda de Ortega Cano

La intención del torero de invitar a la hija de la Jurado a su enlace con Ana María Aldón le está enfrentando con sus hijos: si va ella, no irán

Rocío y José, en la inauguración de Auditorio Rocío Jurado en 2006
Rocío y José, en la inauguración de Auditorio Rocío Jurado en 2006larazon

La intención del torero de invitar a la hija de la Jurado a su enlace con Ana María Aldón le está enfrentando con sus hijos: si va ella, no irán.

No ha pasado ni una semana desde que José Ortega Cano anunciara su intención de casarse con Ana María Aldón y ya recibe críticas por todas partes. Las más duras vienen desde su entorno familiar. Sobre todo, de su círculo más inmediato, el que forman su hija y sus hermanos. Y no es que no se alegren de que se case con la sanluqueña que le ha devuelto la ilusión, no. En este sentido, se unen a la felicidad de José, pero le censuran y no entienden que haya mostrado sus intenciones de invitar al enlace a Rocío Carrasco Mohedano, de la que todos están completamente distanciados. Si José sigue empeñado en tenerla a su lado ese día se puede encontrar sin la compañía del resto de la familia. Y la alegría se tornaría en drama.

Un amiga de Gloria Camila desvela a LA RAZÓN que «las diferencias entre las dos hermanas son insalvables; mucho tendrían que cambiar las cosas para que Gloria y Rocío se junten bajo el mismo techo. La hija mayor de la Jurado se está portando muy mal con su hermana adoptiva y, sobre todo, con sus propios hijos, Rocío y David, a los que Gloria quiere con locura. Ya se vio cuando se presentó en Madrid el sello dedicado a la cantante. Al acto asistió Ortega, pero no José Fernando ni Gloria. Y en julio puede suceder lo mismo».

El ex torero justifica esa invitación tan polémica con un «a Rocío Jurado le gustaría mucho ver a su hija mayor en mi boda», pero se olvida de que a sus otros dos no les haría la menor gracia. Es más, nos revelan familiares que «José está muy preocupado por este enfrentamiento. A él le gustaría mediar para que las dos partes se reconcilien, pero no sabe cómo afrontar el asunto porque ve demasiado distanciamiento, incluso un odio desmesurado. Invitaba a Rocío con su mejor intención, aunque no esperó el rechazo tan categórico de otros integrantes de la familia».

Sus mayores enemigos

Desde Málaga, donde reside el ex marido de Rocío Carrasco, Antonio David Flores, con sus hijos y su esposa Olga, también llegan rumores de que ninguno estará en una ceremonia nupcial con la presencia de Rocío, pues en ellos tiene a sus mayores enemigos: una ex pareja que podría entrar en prisión por su culpa y con el que mantiene juicios desde hace más de quince años, y dos hijos que han optado por vivir con su padre, abandonando voluntariamente el domicilio materno. Ya estuvieron ausentes en la boda de su madre con su actual marido y, evidentemente, no van a acudir a la que nos ocupa a pesar del cariño que sienten hacia José y Ana María.

Un problema añadido es Fidel Albiac, del que los citados solamente parecen tener malos recuerdos. «Ro» y «Da» le reprochan la mala relación que tuvo con ellos mientras vivieron bajo el mismo techo. Y Flores no olvida que su ex le fue infiel, según repite siempre, con él cuando todavía estaban casados.

En cuanto a la familia Ortega Cano, que se sepa, no mantienen relación con Rocío y no porque ellos no lo hayan intentado, pero es que la hija de la Jurado les ignora prácticamente desde que murió su madre, hace ya 11 años. Con los Mohedano, la cosa todavía es peor. Su tío Amador ya se ha manifestado públicamente en contra de su sobrina; su ex, Rosa Benito, hablaba con ella de vez en cuando, pero en los últimos años ni se ven. La única que parece llevarse bien con su prima es la hija de los anteriores, Chayo Mohedano, que incluso estuvo invitada a la boda de Fidel y Rocío.

Ante tales perspectivas, José Ortega Cano y Ana María Aldón, que se casarán en julio de 2018 por lo civil y en Madrid, se van a enfrentar al cisma familiar en toda su crudeza. Quizá José tendría que haber consultado con los suyos si era conveniente invitar a la hija mayor de su primera esposa a su segunda boda. En este sentido, muchos opinan que ha dado un paso en falso.

Curiosamente, en el entorno de Rocío ha sentado muy bien esa «envenenada» invitación porque ven en el hecho, a pesar de dimes y diretes, el cariño que Ortega siente hacia la hija de la mujer a la que más ha querido (dicho por él mismo). Incluso nos adelantan que la misma Rocío estaría dispuesta a asistir al enlace porque siente un cierto cariño por el viudo de su progenitora. Le agradeció muchísimo su presencia el día del sello en el Teatro Real, aunque luego ocupara un puesto en segunda fila, detrás de la otra familia de la Carrasco, las Campos.