Andalucía

CC OO cifra el fraude de los bancos por las horas extra impagadas en 123 millones

El sindicato espera que el Tribunal Europeo se pronuncie sobre la obligación de las entidades de controlar la jornada

Oficina del Banco Popular, en una imagen de archivo
Oficina del Banco Popular, en una imagen de archivolarazon

Horas extra que no cobra el trabajador ni cotizan a la Seguridad Social. Es la «práctica habitual» que utiliza la banca con sus empleados desde hace años, a los que obliga a permanecer diariamente más horas trabajando, según denuncia el sindicato CC OO. «Cada vez hay menos personal. El trabajo y las obligaciones de ventas que imponen las direcciones de las entidades son casi inabordables», advierte Alicia Domínguez, responsable de Sector Financiero en CC OO Andalucía. «Se trabaja gratis total, con lo que eso supone de fraude», insiste. Los horarios de ocho a tres son una quimera que ningún banco cumple. El cálculo que han hecho es que anualmente se trabajan sin cobrar 4,5 millones de horas extra –una media de cuatro horas más por empleado–. El impacto económico sería de 123 millones de sueldos no cobrados, casi 35 millones de euros no ingresados por la Seguridad Social y 33 millones perdidos por IRPF, según CC OO. «La Ley protege a los bancos porque las sanciones son de entre 600 y seis mil euros y ya no se puede denunciar hasta el año siguiente. Casi les sale a devolver», ironiza Domínguez.

El sindicato inició la batalla contra este abuso hace tiempo, pero los despidos masivos registrados desde 2008 han contribuido a fomentarlo. En estos nueve años el sector ha disminuido drásticamente: casi trece mil empleados menos y una de cada tres oficinas cerradas. «Y hay otra realidad: los comerciales por ejemplo tienen que estar todo el día disponibles –explica la responsable de CC OO–. «Planteamos establecer una desconexión efectiva y que se recoja en los convenios colectivos, algo que ya se ha conseguido en algunas entidades de seguros». La normativa laboral no favorece la vigilancia sobre las empresas, que no están obligadas a establecer mecanismos para controlar las entradas y salidas de sus empleados. «Eso dificulta nuestras denuncias ante la inspección de trabajo, los inspectores lo tienen muy difícil para demostrar que se está produciendo ese fraude». El sindicato ha recurrido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para que se pronuncie al respecto. Su demanda fue respondida el 19 de enero por la Audiencia Nacional, que tomaba así en consideración las alegaciones presentadas y su propuesta de derivar la cuestión a la UE. En concreto –explica CC OO– la Audiencia plantea al TJUE un pronunciamiento sobre si la interpretación que ha hecho el Tribunal Supremo de los artículos 34 y 35 del Estatuto de los Trabajadores, en el sentido de que no es obligatorio para las empresas llevar el registro de la jornada, es contraria a lo establecido en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. El Supremo había emitido sentencias favorables a Bankia y Abanca eximiéndolas de justificar las horas que trabajan sus empleados.

Un goteo incesante de despidos desde 2008 y récord de beneficios

Una de cada tres personas que trabajaba en 2008 en un banco o caja ha sido despedida. En la misma proporción se han reducido las oficinas. La plantilla la conforman ahora 24.500 personas y hay una red de cerca de 4.500 entidades. Esta era la situación a principios del año pasado, ya que las entidades no están obligadas a presentar el balance anual hasta junio. Desde CC OO admiten que 2017 fue un año poco significativo en este sentido, aunque se mantiene el goteo de cierres. Sabadell (9 oficinas); Cajaamr (31); Sanatander (4); Ibercaja (2), Evobanco (siete de las ocho que tenía) o BMN (con 24 oficinas cerradas este año) corroboran esa tendencia a arrinconar a los pequeños bancos en favor de los gigantes del sector, que irá acompañada de reducciones de plantilla. Huelva y Cádiz se han visto especialmente afectadas con la pérdida de más del 40% de sus trabajadores. Las fusiones y absorciones han provocado que muchas localidades pequeñas se queden sin oficina, simplemente con una ventanilla, ahondando con ello en la exclusión financiera en zonas rurales.

Caixabank es la que mayor peso tiene en Andalucía. Gran parte de sus cinco mil trabajadores se concentra en Sevilla, debido a la notable presencia que tenía la extinta Cajasol. Con Unicaja ocurre algo similar pero en Málaga, donde trabaja la mitad de sus 3.600 empleados. Ambas capitales aglutinan el 43% del empleo del sector. Santander, tras la compra del Banco Popular, ha aumentado considerablemente su presencia, por delante de BBVA, la otra gran entidad. Esas estimaciones corresponden a 2016. Habrá que esperar hasta junio para conocer el nuevo mapa, aunque desde CC OO señalan que los cierres continúan. Mientras tanto, las grandes entidades continúan rompiendo su techo de beneficios con los 13.500 millones obtenidos el año pasado. Eso sí, previamente la banca había recibido una inyección de más de sesenta mil millones para rescatar el sector.