Despoblación e igualdad, prioridades de la nueva delegada del Gobierno de la Región

Rodeada de sus familiares, compañeros de partido y numerosos cargos institucionales de la Comunidad, la socialista Virginia Barcones tomó ayer posesión de su cargo como representante del Gobierno del Reino de España en Castilla y León.

Una nueva etapa en la que la dirigente soriana de Berlanga de Duero, número dos del PSOE autonómico, dice que afronta con humildad, cercanía y empatía con la gente, pero también con el ánimo de ser útil a los castellanos y leoneses y con la lucha contra la despoblación y la igualdad entre hombres y mujeres, pero también entre personas y territorios, como prioridades.

«Castilla y León es una tierra llena de recursos y de oportunidades; un lugar más que capacitado para crear empleo y riqueza pero cuyo enorme potencial está aún por explotar», destacaba la delegada del Gobierno, para quien transformar esas potencialidades en oportunidades, especialmente a los jóvenes y en los pueblos, será una de sus principales líneas de actuación durante su mandato.

Orgullosa de ser socialista, Virginia Barcones reivindicó también su condición de mujer y su conocimiento de la realidad de esta Comunidad y sus gentes; se comprometió a trasladar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, todas las reivindicaciones de los castellanos y leoneses; y tendió la mano a Junta, diputaciones y ayuntamientos para mejorar la cooperación. De la misma forma, agradeció y destacó la labor de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en beneficio de nuestro bienestar, pero les animó a «no bajar la guardia» al amparo de la estadística, y pidió a toda la sociedad, en general, y la Policía y Guardia Civil, en particular, más implicación y diligencia frente a la violencia machista.

La democracia funciona

En un gesto que le honra, Virginia Barcones no se olvidó en su intervención de su antecesora, María José Salgueiro, a quién agradeció los servicios que ha prestado a los castellanos y leoneses estos dos años de legislatura, y puso en valor que con su presencia en la toma de posesión, «se demuestra que la democracia en España funciona».