Valencia

Sanjuán reconoce que eran «muy laxos» con la justificación de las subvenciones

Agustina Sanjuán, primera por la izquierda, junto al resto de los imputados
Agustina Sanjuán, primera por la izquierda, junto al resto de los imputadoslarazon

La ex secretaria general administrativa de la Conselleria de Solidaridad, Agustina Sanjuán, reconoció ayer que «eran muy laxos» tanto en la Conselleria como «en todos los departamentos que tienen que ver con la cooperación, porque es una materia muy sensible».

Explicó que no es que se diera el dinero «a troche y moche» pero sí que se admitían justificaciones y documentación «fuera de plazo». Retomó en este punto las explicaciones que ya dio Rafael Blasco durante su declaración sobre los expedientes que no se cerraban, y señaló que «realmente no se cerraba ningún expediente, allí había subvenciones concedidas desde el año 1991, el primero que se dieron subvenciones, cuyos expedientes aún no se habían cerrado».

En este contexto, Sanjuán trató de justificar que la ONG Cyes aportara documentación a su expediente de subvenciones fuera de plazo, pero, sobre todo, que cubriera con «nuevas facturas» parte del importe de lo que se había gastado en los inmuebles en Valencia y que la Conselleria le había pedido que devolviera. «Al final salía que tenía que devolver 180.000 euros, que no devolvió, pero no sé por qué, no era mi competencia».

Sanjuán también dijo no saber cómo ni por qué se modificaron documentos que se enviaron tanto a la Fiscalía como a la Sindicatura de Cuentas, y negó que ella hubiera participado en ellos.

Aludió a la «consultoría externa del señor Castell» como posible responsable de estas variaciones.

En concreto se refería Sanjuán a preguntas del fiscal, a un informe sobre la legalidad de las ayudas a Cyes que ya alertaba de varios extremos irregulares como la experiencia de la organización o la adquisición de inmuebles.

Dichos informes fueron «limpiados» cuando se enviaron a la Fiscalía, y ya antes cuando se pusieron a disposición de la oposición y de los periodistas en la jornada de «puertas abiertas» que Rafael Blasco ordenó cuando surgió el «escándalo».

Sanjuán sí que reconoció participar en la elaboración de un inventario de las facturas admitidas y excluidas que se incluyó en el expediente con una fecha falsa. «Se hizo por respetar el orden cronológico que no existía en el expediente, y que se ordenó para ponerlo a disposición de quién fuera, de la forma más transparente posible».

Sanjuán no quiso responder a las preguntas de la acusación particular y popular, y más tarde, por consejo de su abogada, tampoco lo hizo al resto de defensas.