Ayuntamiento de Madrid

Acampados bajo el viaducto de Segovia hasta lograr la RMI

Los indigentes del puente rechazan todos los recursos a la espera de la ayuda de 400 euros

Cinco subsaharianos empleados como «gorrillas» residen desde hace semanas en las bases del viaducto de la calle Bailén
Cinco subsaharianos empleados como «gorrillas» residen desde hace semanas en las bases del viaducto de la calle Bailénlarazon

Los indigentes del puente rechazan todos los recursos a la espera de la ayuda de 400 euros.

Desde hace semanas bajo el puente de la calle Segovia, en el distrito Centro, residen cinco personas. Un campamento de indigentes que, tal y como publicó ayer LA RAZÓN, está provocando problemas de inseguridad y malos olores a los vecinos de este céntrico barrio en el que los sintecho conviven no sólo con los residentes, sino también con los turistas que se acercan hasta el Palacio Real o la catedral de La Almudena. Las bases del viaducto se han convertido en el lugar ideal para desplegar tiendas de campaña, muebles, enseres domésticos y cartones entre los que viven los indigentes. Un problema con el que la Policía Municipal asegura que «no puede luchar».

Todas las semanas, al menos una vez, aseguraron ayer desde el área de Equidad, Derechos Sociales y Empleo que dirige la primera teniente de alcalde de Madrid, Marta Higueras, los efectivos del Samur Social acuden hasta este punto para tratar de «disolver» el campamento. Sin éxito, añadieron, porque los subsaharianos que residen en el barrio de Palacio, y que están empleados en su mayoría como «gorrillas», «rechazan todos los recursos».

Tramitan los papeles

El problema podría estar en vías de solucionarse, aunque el «arreglo», explicaron desde Equidad, «lleva bastante tiempo». Actualmente en las dos bases del viaducto sobre la calle Segovia residen tres y dos personas sin recursos, respectivamente. Antes había bastantes subsaharianos más residiendo en este punto de la capital –y antes que ellos hubo un campamento de rumanos–: «Varios se han marchado ya porque los efectivos del Samur Social les han gestionado la RMI (Renta Mínima de Inserción», explican desde el área que dirige Higueras. Son los empleados municipales los que se encargan de tramitarles todos los papeles para regularizar su presencia en España y permitirles así optar a la ayuda cercana a los 400 euros que les permite salir de la calle.

Cada vez que un vecino o comerciante denuncia ante los agentes la presencia de los sintecho o, como relataron a este diario, que la «zona está llena de excrementos» porque estos hombres «hacen sus necesidades junto al lugar donde duermen», la Policía Municipal abre un expediente atendiendo a la ordenanza municipal que se vulnere en cada caso (ocupación de la vía pública, limpieza de espacios públicos...). Denuncias, reconocieron ayer desde el área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, que no tienen mucho más recorrido puesto que la solución sólo llega cuando obtienen un lanzamiento judicial. «Después hacemos un seguimiento para evitar que vuelvan a asentarse», subrayaron las mismas fuentes.

En cualquier caso, las fuentes municipales aseguraron que estas personas que residen de forma ilegal en la vía pública «no son conflictivos, no tienen broncas, ni beben, ni roban, ni nada...». Una respuesta que no llega a tranquilizar a comerciantes y vecinos que sólo quieren recuperar esta histórica infraestructura de la calle Bailén para pasear.