Pintura
Así es la nueva exposición organizada por la Fundación Louis Vuitton
El espacio reunirá a artistas como Sam Gilliam, Steven Parrino, Niele Toroni, Katharina Grosse o Megan Roone.
La Fundación Louis Vuitton presenta Fugues in Color «Fuga en Color», una exposición que reúne a cinco artistas internacionales - Sam Gilliam, Steven Parrino, Niele Toroni, Katharina Grosse y Megan Roone - en una espacio que explora el uso del color más allá de las restricciones del soporte, con obras que escapan del lienzo e invaden los espacios circundantes.
Presentada en la última planta de la Fundación, en París, Fugues in Color muestra obras en las que la pintura es libre de escapar de los límites del lienzo. Se muestra aquí, por primera vez en Francia, el histórico conjunto de “cortinas” que Sam Gilliam confeccionó a finales de los años sesenta y que se encuentran en la entrada de la exposición. Estos lienzos de colores, que cuelgan a su libre albedrío en el espacio y constituyen los cimientos de su técnica visual, marcaron un importante punto de inflexión en la historia del arte abstracto estadounidense.
Yuxtapuestos a ellos nos encontramos una serie de “lienzos deformados” de Steven Parrino. Estos lienzos colocados en el suelo o montados en bastidores revelan bandas verticales en blanco y negro o de un solo color (negro, rosa o plata) para cuestionar la naturaleza del medio pictórico, entre imagen y objeto. Tampoco están exentos de referencias a las culturas populares y underground de Estados Unidos.
Las impresiones de pincel de Niele Toroni se pueden apreciar en una colección de obras en diversos medios, como lienzo, lienzo encerado y madera y papel. La rigidez y consistencia de este método, que estableció en 1967, no excluye un número infinito de variaciones según el soporte, el color, la intensidad del trazo, etc.
Megan Rooney reivindica una galería al aire libre intercalando pintura, arquitectura y performance para crear un paisaje pictórico en el que la no-figuración se basa en la evocación de la realidad. El artista utiliza diferentes herramientas para aplicar pintura a la pared, de manera que produzca un reino inmersivo de vibraciones de color a través de trazos que se estimulan mediante los movimientos del cuerpo en relación con el escenario.
Por su parte, Katharina Grosse, veterana en intervenciones expansivas in situ, inserta en Gallery 10 una estructura dinámica compuesta de formas triangulares superpuestas. Grosse convierte el espacio en una «interfaz entre la pintura y la luz del día» y participa en la propulsión del color en una flamante coreografía de gran ímpetu al pintar sobre la pared, el suelo y la estructura de madera.
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